LIMA - PERÚ LUNES 24 DE JUNIO DEL 2019 MENSAJE # 3184
PRIMERA DE SAMUEL 26:9-12.
"Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Yahweh, y será inocente? Dijo además David: Vive Yahweh, que si Yahweh no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Yahweh de extender mi mano contra el ungido de Yahweh. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos. Se llevó, pues David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese ni entendiese. ni velase, pues todos dormían; porque un profundo sueño enviado de Yahweh había caído sobre ellos".
=== Hubo dos ocasiones en las que Dios puso a Saúl en las manos de David, y él reaccionó del modo en que nosotros debiéramos reaccionar cuando vemos la caída de un consiervo que nos cae antipático, o contra el que sentimos un rechazo, o que nos haya causado algún tropiezo o desazón en tiempos pasados; o que nos haya puesto en entredicho, o infamado injustamente (los motivos pueden ser muchos, y unos más leves o graves que otros). Lo que guardamos en nuestros corazones habrá de emerger en momentos críticos, y nuestra reacción, en ese instante, definirá lo que llevamos dentro, exponiendo nuestro ser integral cuando es dominado por ese sentir particular. La primera vez, estando Saúl en una cueva también, en plena evacuación, David rasgó su manto, experimentando una súbita turbación que más tarde analizaría en un diálogo espiritual con la Deidad, quien pusiera en su corazón que Saúl era el UNGIDO DE YAHWEH, a quien sólo él podía juzgar definiendo su sino en la Corte Suprema de la Justicia Divina. Hay quienes no tienen ningún miramiento o escrúpulo para dictar sentencia sobre otros consiervos; privándolos de la unción, el nivel, la competencia o la virtud que debieran corresponder a un genuino ministro del Señor; ejecutándolo sumariamente en el tribunal de nuestra conciencia, apriorística y precipitada siempre, declarando el caso cerrado, dejando al gigante hebreo yerto sobre sus propias heces, para mayor escándalo.
=== Las dos veces, ajenas voces le dijeron a David que Dios ponía en sus manos la vida de Saúl; y todo alrededor parecía hacer eco a esa percepción; aun su sentido común, procurando abreviar aquella espera que cada vez se hacía más lenta y pesada; más peligrosa y trágica, que un día lo llevaría a parar en Siclag, en la tierra de los filisteos, donde permanecería dieciséis meses, hasta la muerte de Saúl, al lado de sus hijos en el monte de Gilboa. El proceso fue bastante tedioso y largo, hasta que David se sintió descorazonado; prefiriendo huir antes que enfrentar al rey descartado, a quien siempre él mirara como el UNGIDO DE YAHWEH. Cosas como estas nos harían intuir a David como un hombre conforme al corazón de Dios. Los valores eternales nos pueden ser entregados en una forma simple y llana, si así lo dispone el Señor; pero en este caso, había que descubrirlo paulatinamente; y esto se da cuando tenemos una relación genuina y constante con la Deidad, entendiéndonos como seres bicampamentarios (del cielo y de la tierra), aguardando por el bendito testimonio de arriba hasta hacerlo coincidir con el de abajo: "... Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra"; "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo ... Y tres son los que dan testimonio en la tierra: El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan" (1Jn.5:7-8).
=== En esta segunda ocasión, el dulce cantor de Israel, el espantador del espíritu malo que atormentara a Saúl, el alanceador; se llevó el arma y el agua del rey Saúl, no tocando más su integridad; mas haciendo que el rey razonara sobre lo que David asumiera como una extraña obsesión de profanos auspicios; que el odio y el rencor de Saúl no interpretaran jamás como una locura, bendiciendo a quienes quisieran entregar a David como de parte de Dios, ya fueran personas o ciudades, y llevando al enfermo y sanguinario rey a matar a los sacerdotes de Yahweh, hasta desaparecer la ciudad de Nob; y llevándolo a consultar a una adivina en Endor, donde se le anunciara su muerte y la de sus hijos. Hay un momento en que la degradación religiosa te lleva a los extremos, porque no deseas recepcionar la nueva de que tú ya no eres rey, y esto, por divina decisión. Y aunque este episodio en la vida de Saúl lo llevara a una honda reflexión sobre la elección del hijo de Isaí, no pudo cambiar su obsesión por quitarle la vida a quien considerase su competencia, procurando rechazar la divina decisión. ¡Ojalá que nunca tengamos esa actitud! Y si la tenemos, ¡te invito a renunciar a ella en el nombre de Jesús!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/06/2019 MENSAJE # 3184
"Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Yahweh, y será inocente? Dijo además David: Vive Yahweh, que si Yahweh no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Yahweh de extender mi mano contra el ungido de Yahweh. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos. Se llevó, pues David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese ni entendiese. ni velase, pues todos dormían; porque un profundo sueño enviado de Yahweh había caído sobre ellos".
=== Hubo dos ocasiones en las que Dios puso a Saúl en las manos de David, y él reaccionó del modo en que nosotros debiéramos reaccionar cuando vemos la caída de un consiervo que nos cae antipático, o contra el que sentimos un rechazo, o que nos haya causado algún tropiezo o desazón en tiempos pasados; o que nos haya puesto en entredicho, o infamado injustamente (los motivos pueden ser muchos, y unos más leves o graves que otros). Lo que guardamos en nuestros corazones habrá de emerger en momentos críticos, y nuestra reacción, en ese instante, definirá lo que llevamos dentro, exponiendo nuestro ser integral cuando es dominado por ese sentir particular. La primera vez, estando Saúl en una cueva también, en plena evacuación, David rasgó su manto, experimentando una súbita turbación que más tarde analizaría en un diálogo espiritual con la Deidad, quien pusiera en su corazón que Saúl era el UNGIDO DE YAHWEH, a quien sólo él podía juzgar definiendo su sino en la Corte Suprema de la Justicia Divina. Hay quienes no tienen ningún miramiento o escrúpulo para dictar sentencia sobre otros consiervos; privándolos de la unción, el nivel, la competencia o la virtud que debieran corresponder a un genuino ministro del Señor; ejecutándolo sumariamente en el tribunal de nuestra conciencia, apriorística y precipitada siempre, declarando el caso cerrado, dejando al gigante hebreo yerto sobre sus propias heces, para mayor escándalo.
=== Las dos veces, ajenas voces le dijeron a David que Dios ponía en sus manos la vida de Saúl; y todo alrededor parecía hacer eco a esa percepción; aun su sentido común, procurando abreviar aquella espera que cada vez se hacía más lenta y pesada; más peligrosa y trágica, que un día lo llevaría a parar en Siclag, en la tierra de los filisteos, donde permanecería dieciséis meses, hasta la muerte de Saúl, al lado de sus hijos en el monte de Gilboa. El proceso fue bastante tedioso y largo, hasta que David se sintió descorazonado; prefiriendo huir antes que enfrentar al rey descartado, a quien siempre él mirara como el UNGIDO DE YAHWEH. Cosas como estas nos harían intuir a David como un hombre conforme al corazón de Dios. Los valores eternales nos pueden ser entregados en una forma simple y llana, si así lo dispone el Señor; pero en este caso, había que descubrirlo paulatinamente; y esto se da cuando tenemos una relación genuina y constante con la Deidad, entendiéndonos como seres bicampamentarios (del cielo y de la tierra), aguardando por el bendito testimonio de arriba hasta hacerlo coincidir con el de abajo: "... Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra"; "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo ... Y tres son los que dan testimonio en la tierra: El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan" (1Jn.5:7-8).
=== En esta segunda ocasión, el dulce cantor de Israel, el espantador del espíritu malo que atormentara a Saúl, el alanceador; se llevó el arma y el agua del rey Saúl, no tocando más su integridad; mas haciendo que el rey razonara sobre lo que David asumiera como una extraña obsesión de profanos auspicios; que el odio y el rencor de Saúl no interpretaran jamás como una locura, bendiciendo a quienes quisieran entregar a David como de parte de Dios, ya fueran personas o ciudades, y llevando al enfermo y sanguinario rey a matar a los sacerdotes de Yahweh, hasta desaparecer la ciudad de Nob; y llevándolo a consultar a una adivina en Endor, donde se le anunciara su muerte y la de sus hijos. Hay un momento en que la degradación religiosa te lleva a los extremos, porque no deseas recepcionar la nueva de que tú ya no eres rey, y esto, por divina decisión. Y aunque este episodio en la vida de Saúl lo llevara a una honda reflexión sobre la elección del hijo de Isaí, no pudo cambiar su obsesión por quitarle la vida a quien considerase su competencia, procurando rechazar la divina decisión. ¡Ojalá que nunca tengamos esa actitud! Y si la tenemos, ¡te invito a renunciar a ella en el nombre de Jesús!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/06/2019 MENSAJE # 3184
NADA DE LO QUE ESTÁ ESCRITO EN LA PALABRA POSEE LA CALIFICACIÓN DE SUPERFLUO. HEMOS DE SER METICULOSOS EN LO QUE LEEMOS PARA NUESTRA INSTRUCCIÓN.
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