LIMA - PERÚ DOMINGO 16 DE JUNIO DEL 2019 MENSAJE # 3176
DEUTERONOMIO 31:1-8.
"Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Yahweh me ha dicho: No pasarás este Jordán. Yahweh tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Yahweh ha dicho. Y hará Yahweh con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó, Y los entregará delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Yahweh tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Yahweh a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Yahweh va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparara; no temas, ni te intimides".
=== Este es uno de los momentos más dramáticos en la historia del pueblo israelita antes de ingresar a la tierra de promisión. El ciclo mosaico había llegado a su fin por una divina decisión, y el caudillo había de entregar su autoridad y poder al que fuera su mano derecha y su fiel camarada de milicia, y el que luchara las batallas de Israel al lado de su líder y mentor, para ser su sucesor e introducir a la descendencia de Abraham al lugar que él les daba como herencia. Y aquel hombre de ciento veinte años, que sirviera a Yahweh durante toda su peregrinación, y que anhelara pasar el Jordán para ver la heredad que la Deidad había aparejado, manifestaba su placidez y su pena; lo primero, por el deber cumplido; lo segundo, por no haber coronado con el éxito del caso su labor al no haber santificado a Dios allá en las aguas de Meriba, viéndose rechazados él y Aarón, por ello. Junto con la dignidad y la gloria asignada a su llamamiento y caudillaje, cabía una enorme responsabilidad como representante del mismísimo Dios, y éste no dudó en despojar a Moisés y a su hermano de lo que fuera tan importante y básico para ellos: Alcanzar el pase a su herencia en sus días postreros. Y Yahweh como una especial concesión, le permitió a Moisés mirar desde los montes de Moab lo vasto de la heredad que entregaría a Israel, como un postrer consuelo para su amado caudillo y fiel servidor. El dolor y el gozo se dieron cita en el corazón del hijo de Amram y Jocabed, quien después de sus discursos a Israel pasara a reunirse con sus padres.
=== En Josué, también había una serie de sentimientos, al saber que ya no contaría con la presencia de ánimo de su padre espiritual, su consejo, sus directivas y su gran fortaleza; y tuvo que dar un paso adelante para incluirse en el espacio de la célica comunión bicampamentaria (del cielo y de la tierra donde morara Moisés), procurando intensificar cada palabra que de su caudillo ejemplar y poderoso brotara para convertir cada frase en un baluarte y recurso que iba a necesitar para jefaturar a su pueblo en lo concerniente a la conquista, apropiación y repartición de la heredad más allá del Jordán; la cual se ofrecía ante sus ojos con una fuerza cautivadora que no disimulara su deseo por agradar a sus nuevos herederos ... ¿Lo puede percibir el lector? Las palabras del peculiar Moisés sonaban de manera estentórea en los oídos de Josué, estallando en su corazón un gozo inefable que parecía demasiado grandioso como para ser soportado, buscando en cada fibra del mismo su ubicación, dándole el aplomo y la confianza para tomar la posta de alguien que fuera tan insigne y formidable, que lo hiciera sentirse muy pequeño, implorando al Padre su favor para no desentonar en la linea de acción en que fuera ubicado.
=== Y al despojarse Moisés de su atuendo espiritual (me refiero a su posición y llamamiento), él iba vistiendo a Josué de su certeza: Él irá delante de ti, destruirá a estas siete naciones ante tus ojos; tú les darás a tus hermanos su herencia. El triunfo sobre los gigantes amorreos que dejamos atrás se repetirá con cada gobernante cananeo vez tras vez. Yahweh los entregará en las manos de nuestro pueblo. Esfuérzate y ten ánimo. Dios no te dejará, ni te desamparará. Estas últimas frases llegaron a pesar tan hondamente en el corazón de Josué, que se convirtieron en su estandarte, en su divina armadura. Y luego, Moisés transfirió su autoridad y su poder al sucesor que Dios eligiera para ejecutar su voluntad y entregar a Israel su heredad con la certeza de que todo obraría según su parecer, alcanzando las metas conforme a su sazón. Será preciso que cada uno de nosotros tenga un corazón como el de Josué, para apropiarnos de cada palabra que surgiera de labios de Moisés, de modo que operemos con toda la unción, el poder, la autoridad que Dios nos conceda, y cubramos a cabalidad el deseo de la Deidad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/06/2019 MENSAJE # 3176.
"Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Yahweh me ha dicho: No pasarás este Jordán. Yahweh tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Yahweh ha dicho. Y hará Yahweh con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó, Y los entregará delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Yahweh tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Yahweh a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Yahweh va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparara; no temas, ni te intimides".
=== Este es uno de los momentos más dramáticos en la historia del pueblo israelita antes de ingresar a la tierra de promisión. El ciclo mosaico había llegado a su fin por una divina decisión, y el caudillo había de entregar su autoridad y poder al que fuera su mano derecha y su fiel camarada de milicia, y el que luchara las batallas de Israel al lado de su líder y mentor, para ser su sucesor e introducir a la descendencia de Abraham al lugar que él les daba como herencia. Y aquel hombre de ciento veinte años, que sirviera a Yahweh durante toda su peregrinación, y que anhelara pasar el Jordán para ver la heredad que la Deidad había aparejado, manifestaba su placidez y su pena; lo primero, por el deber cumplido; lo segundo, por no haber coronado con el éxito del caso su labor al no haber santificado a Dios allá en las aguas de Meriba, viéndose rechazados él y Aarón, por ello. Junto con la dignidad y la gloria asignada a su llamamiento y caudillaje, cabía una enorme responsabilidad como representante del mismísimo Dios, y éste no dudó en despojar a Moisés y a su hermano de lo que fuera tan importante y básico para ellos: Alcanzar el pase a su herencia en sus días postreros. Y Yahweh como una especial concesión, le permitió a Moisés mirar desde los montes de Moab lo vasto de la heredad que entregaría a Israel, como un postrer consuelo para su amado caudillo y fiel servidor. El dolor y el gozo se dieron cita en el corazón del hijo de Amram y Jocabed, quien después de sus discursos a Israel pasara a reunirse con sus padres.
=== En Josué, también había una serie de sentimientos, al saber que ya no contaría con la presencia de ánimo de su padre espiritual, su consejo, sus directivas y su gran fortaleza; y tuvo que dar un paso adelante para incluirse en el espacio de la célica comunión bicampamentaria (del cielo y de la tierra donde morara Moisés), procurando intensificar cada palabra que de su caudillo ejemplar y poderoso brotara para convertir cada frase en un baluarte y recurso que iba a necesitar para jefaturar a su pueblo en lo concerniente a la conquista, apropiación y repartición de la heredad más allá del Jordán; la cual se ofrecía ante sus ojos con una fuerza cautivadora que no disimulara su deseo por agradar a sus nuevos herederos ... ¿Lo puede percibir el lector? Las palabras del peculiar Moisés sonaban de manera estentórea en los oídos de Josué, estallando en su corazón un gozo inefable que parecía demasiado grandioso como para ser soportado, buscando en cada fibra del mismo su ubicación, dándole el aplomo y la confianza para tomar la posta de alguien que fuera tan insigne y formidable, que lo hiciera sentirse muy pequeño, implorando al Padre su favor para no desentonar en la linea de acción en que fuera ubicado.
=== Y al despojarse Moisés de su atuendo espiritual (me refiero a su posición y llamamiento), él iba vistiendo a Josué de su certeza: Él irá delante de ti, destruirá a estas siete naciones ante tus ojos; tú les darás a tus hermanos su herencia. El triunfo sobre los gigantes amorreos que dejamos atrás se repetirá con cada gobernante cananeo vez tras vez. Yahweh los entregará en las manos de nuestro pueblo. Esfuérzate y ten ánimo. Dios no te dejará, ni te desamparará. Estas últimas frases llegaron a pesar tan hondamente en el corazón de Josué, que se convirtieron en su estandarte, en su divina armadura. Y luego, Moisés transfirió su autoridad y su poder al sucesor que Dios eligiera para ejecutar su voluntad y entregar a Israel su heredad con la certeza de que todo obraría según su parecer, alcanzando las metas conforme a su sazón. Será preciso que cada uno de nosotros tenga un corazón como el de Josué, para apropiarnos de cada palabra que surgiera de labios de Moisés, de modo que operemos con toda la unción, el poder, la autoridad que Dios nos conceda, y cubramos a cabalidad el deseo de la Deidad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/06/2019 MENSAJE # 3176.
EL CICLO MOSAICO TOCABA A SU FIN, Y LA CARGA PARA LA CONQUISTA DE LA TIERRA DE PROMISIÓN PASARÍA A LAS MANOS DE JOSUÉ. ESTA ES, PUES, LA TRANSFERENCIA DE LA AUTORIDAD Y PODER PARA QUE LA CONQUISTA SE LLEVARA A CABO SEGÚN LO PROGRAMADO POR YAHWEH.
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