LIMA - PERÚ VIERNES 07 DE JUNIO DEL 2019 MENSAJE # 3167
MALAQUÍAS 1:1-5.
"Profecía de la palabra de Yahweh contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Yahweh; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Yahweh. Y amé a Jacob. Y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto. Cuando ellos dijeren: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Yahweh de los ejércitos: Ellos edificarán y yo destruiré, y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Yahweh está enojado para siempre. Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Yahweh engrandecido más allá de los límites de Israel".
=== Al ingresar al ámbito de los oráculos de la Deidad para con su pueblo elegido, el Padre señalará sus reclamos en cuanto al panorama relacional subsistente, el cual no era grato en el área del amor correspondido, mostrando algo que es clásico entre el Progenitor (Creador y Redentor en este caso), y los hijos engreídos (vale decir la nación israelita integrada por el reino del norte y el del sur, al mostrar su ingratitud y su insolencia al Dios vivo, al contestar como lo hacen). El Padre les dirige la palabra haciendo un reclamo directo al argüir que él los ha amado de modo inalterable a pesar de su naturaleza díscola y renuente. Los tiempos verbales hebraicos poseen una connotación mucho más amplia que el que tenemos en el español, surgiendo en esta afirmación un presente continuativo, vale decir: 'Yo os he amado, amo y amaré'; y esto es lo que la mente natural no capta, dado que nuestros afectos están sujetos a las fluctuaciones de la voluntad, la misma que suele alterarse frente a algunos reveses, sean de mayor o menor importancia, según la sazón o el sentir de quien recibe el agravio, la ofensa o el desaire; minimizando todo ello, o llevándolo al límite según sea el humor o el pesar del agraviado.
=== Fue W. Shakespeare el que refirió que el amor no es amor si cambia al cambiar las condiciones. Y será positivo que analicemos este dictamen, porque el amor divino posee una naturaleza inalterable, independientemente de lo que acontezca con el panorama relacional. Nosotros no somos así; pasando de una posición a otra según se desarrollen los acontecimientos afectando con nuestra voluntad nuestros sentimientos; menguándolos, acrecentándolos o anulándolos. De allí que la contestación al Padre resulte tan grosera e hiriente para su maravilloso corazón, y su inefable sentir por quienes son sus hijos elegidos y amados incondicionalmente. Esta es una actitud profana e irreverente. La expresión: ¿En qué ...? se va a presentar reiterativamente, obligando a Dios a referir puntualmente los hechos, poniendo en el tapete su panorama relacional basado en la elección, haciendo notorio ante los hijos engreídos que la misma, le da a él derechos inalienables sobre toda la descendencia judaica, la cual había de ser respetada y honrada todo el tiempo.
=== La elección divina fue muy concreta, y así como Esaú menospreció su primogenitura, y sus derechos divinamente asignados; manifestándolo con un torpe y olímpico rechazo tras comer su plato de lentejas guisadas; el Padre tomó nota del accionar del hijo mayor de Isaac y Rebeca, destinándolo hasta el total desechamiento conforme referiría luego. Vallejo decía: "Hay golpes en la vida, tan fuertes, yo no sé. Golpes como del odio de Dios". Y la naturaleza profana es totalmente inconsiderada e infame, no entendiendo la magnitud de los resultados hasta que tiene que sufrir las consecuencias, LAS CUALES SERÍAN IRREVERSIBLES; tanto para él como para su descendencia. Y la profecía de Malaquías nos refiere que este es un pueblo contra el cual Yahweh está indignado para siempre, proclamando su desaparición, y advirtiendo solemnemente que el pueblo judío lo vería, haciendo notoria la gloria del Dios vivo más allá de sus límites. Tengamos cuidado con nuestro lenguaje y con nuestra actitud para con aquel que nos ha dado su gracia, y nos lleva a ser parte de su reino.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/06/2019 MENSAJE # 3167
"Profecía de la palabra de Yahweh contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Yahweh; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Yahweh. Y amé a Jacob. Y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto. Cuando ellos dijeren: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Yahweh de los ejércitos: Ellos edificarán y yo destruiré, y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Yahweh está enojado para siempre. Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Yahweh engrandecido más allá de los límites de Israel".
=== Al ingresar al ámbito de los oráculos de la Deidad para con su pueblo elegido, el Padre señalará sus reclamos en cuanto al panorama relacional subsistente, el cual no era grato en el área del amor correspondido, mostrando algo que es clásico entre el Progenitor (Creador y Redentor en este caso), y los hijos engreídos (vale decir la nación israelita integrada por el reino del norte y el del sur, al mostrar su ingratitud y su insolencia al Dios vivo, al contestar como lo hacen). El Padre les dirige la palabra haciendo un reclamo directo al argüir que él los ha amado de modo inalterable a pesar de su naturaleza díscola y renuente. Los tiempos verbales hebraicos poseen una connotación mucho más amplia que el que tenemos en el español, surgiendo en esta afirmación un presente continuativo, vale decir: 'Yo os he amado, amo y amaré'; y esto es lo que la mente natural no capta, dado que nuestros afectos están sujetos a las fluctuaciones de la voluntad, la misma que suele alterarse frente a algunos reveses, sean de mayor o menor importancia, según la sazón o el sentir de quien recibe el agravio, la ofensa o el desaire; minimizando todo ello, o llevándolo al límite según sea el humor o el pesar del agraviado.
=== Fue W. Shakespeare el que refirió que el amor no es amor si cambia al cambiar las condiciones. Y será positivo que analicemos este dictamen, porque el amor divino posee una naturaleza inalterable, independientemente de lo que acontezca con el panorama relacional. Nosotros no somos así; pasando de una posición a otra según se desarrollen los acontecimientos afectando con nuestra voluntad nuestros sentimientos; menguándolos, acrecentándolos o anulándolos. De allí que la contestación al Padre resulte tan grosera e hiriente para su maravilloso corazón, y su inefable sentir por quienes son sus hijos elegidos y amados incondicionalmente. Esta es una actitud profana e irreverente. La expresión: ¿En qué ...? se va a presentar reiterativamente, obligando a Dios a referir puntualmente los hechos, poniendo en el tapete su panorama relacional basado en la elección, haciendo notorio ante los hijos engreídos que la misma, le da a él derechos inalienables sobre toda la descendencia judaica, la cual había de ser respetada y honrada todo el tiempo.
=== La elección divina fue muy concreta, y así como Esaú menospreció su primogenitura, y sus derechos divinamente asignados; manifestándolo con un torpe y olímpico rechazo tras comer su plato de lentejas guisadas; el Padre tomó nota del accionar del hijo mayor de Isaac y Rebeca, destinándolo hasta el total desechamiento conforme referiría luego. Vallejo decía: "Hay golpes en la vida, tan fuertes, yo no sé. Golpes como del odio de Dios". Y la naturaleza profana es totalmente inconsiderada e infame, no entendiendo la magnitud de los resultados hasta que tiene que sufrir las consecuencias, LAS CUALES SERÍAN IRREVERSIBLES; tanto para él como para su descendencia. Y la profecía de Malaquías nos refiere que este es un pueblo contra el cual Yahweh está indignado para siempre, proclamando su desaparición, y advirtiendo solemnemente que el pueblo judío lo vería, haciendo notoria la gloria del Dios vivo más allá de sus límites. Tengamos cuidado con nuestro lenguaje y con nuestra actitud para con aquel que nos ha dado su gracia, y nos lleva a ser parte de su reino.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/06/2019 MENSAJE # 3167
NUESTRO RESPETO Y NUESTRA CONSIDERACIÓN PARA CON EL ÚNICO DIOS, YAHWEH DE LOS EJÉRCITOS. APRENDAMOS A SER SUMAMENTE REVERENTES Y MUY PRUDENTES AL ACERCARNOS A ÉL PARA RENDIRLE ADORACIÓN.
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