LIMA - PERÚ JUEVES 28 DE MAYO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS
Primera de Corintios 10:21-23.
"No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica".
*** Pablo sigue insistiendo en el hecho de que no podemos ser tan ligeros en nuestro modo de pensar y de juzgar. Los asuntos de conciencia son los más delicados al considerarse, en especial cuando la visión de las cosas se ha polarizado. Siempre el celo judaico es más amplio que el relajado celo greco-macedonio. La unidad y unicidad divinal de los judíos los hace así de celosos; mientras que la multitud de falsos dioses gentiles, les daba múltiples opciones en el área religiosa. De allí las formas diferentes de pensar, y lo vivo o relajado del celo divinal y su sentido de pertenencia.
*** Aquí, Pablo, se muestra más exigente y más explícito en lo concerniente al pacto hecho con el Señor. Recordemos que nuestra confesión de fe nos comprometió para siempre con el Señor Jesús, y que, al aceptar su Señorío, el del enemigo, que antes rigiera nuestras vidas, fue desechado. No podemos ser desconsiderados y necios con nuestro Señor y Dios, y nuestra clara consciencia del plano relacional nos llevará a buscar su agrado y a tener la actitud, aptitud y altitud, solicitadas por él para el reino.
*** Nuestra consciencia pactual nos hará incapaces de participar en las obras inicuas típicas de las tinieblas, abominando y rechazando todo lo inherente a un plano relacional con otros dioses. La ingesta de lo dedicado a otros dioses nos contaminará necesariamente, porque esa es la norma para comprometerse pactualmente.
*** Cuando nosotros comemos del pan y bebemos del vino en nuestras santas cenas, conmemoramos nuestro pacto con el Señor y confesamos ante otros nuestra salvación y nuestro compromiso con Jesús, ¡por eso tenemos una Santa Cena! Y en un pacto o alianza, aparte del corte de las muñecas y el beber de la copa del vino donde ambas sangres se mezclaran, había una CENA DE CONFIRMACIÓN, sellando dicho pacto; y a esto se está refiriendo el apóstol. Al comer y beber de las viandas que son servidas, los concertantes del pacto interiorizan las naturalezas de ambos como una sola, constituyéndose así en una familia, y sellando su compromiso por todo el tiempo de su peregrinación, comprometiendo también a toda tu generación por cuanto eres cabeza de pacto.
*** No es una cosa ligera o sin importancia el sentarse a una mesa (símbolo de comunión pactual), en la que estamos comprometiendo nuestras individualidades con los demonios, y con las prácticas de las que Dios ha prohibido que participemos en ellas. Así, la ouija, las mesadas espiritistas, los baños de florecimiento, el jobeo con huevos de gallina, aves, cuyes, etc.; el rezo a los niños asustados por un "curioso", etc.; son cosas de las que debemos alejarnos; asimismo las celebraciones del día de la amistad (el amor, san Valentín); de la madre; del padre; de algún santo, de la navidad pagana del 25 de diciembre, etc.; todas ellas instituidas por el mundo en las fechas que coinciden con paganas fiestas y costumbres seculares, contaminándonos con ello.
*** La licitud de las participaciones que nos parecen inofensivas deben ser consideradas bajo la premisa de lo conveniente delante del Señor. Así, pues, si no nos conviene; si no nos edifica; nos toca desechar o desestimar tales festividades, por muy inocuas o inofensivas que nos parezcan. ¡La solemne advertencia nos ha sido compartida! Es el deseo de mi corazón que no llegue a eternizarse la pugna con otros siervos de Dios por puntos como el presentado en este pasaje, ¡Qué Dios los bendiga!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/05/2015
*** Cuando nosotros comemos del pan y bebemos del vino en nuestras santas cenas, conmemoramos nuestro pacto con el Señor y confesamos ante otros nuestra salvación y nuestro compromiso con Jesús, ¡por eso tenemos una Santa Cena! Y en un pacto o alianza, aparte del corte de las muñecas y el beber de la copa del vino donde ambas sangres se mezclaran, había una CENA DE CONFIRMACIÓN, sellando dicho pacto; y a esto se está refiriendo el apóstol. Al comer y beber de las viandas que son servidas, los concertantes del pacto interiorizan las naturalezas de ambos como una sola, constituyéndose así en una familia, y sellando su compromiso por todo el tiempo de su peregrinación, comprometiendo también a toda tu generación por cuanto eres cabeza de pacto.
*** No es una cosa ligera o sin importancia el sentarse a una mesa (símbolo de comunión pactual), en la que estamos comprometiendo nuestras individualidades con los demonios, y con las prácticas de las que Dios ha prohibido que participemos en ellas. Así, la ouija, las mesadas espiritistas, los baños de florecimiento, el jobeo con huevos de gallina, aves, cuyes, etc.; el rezo a los niños asustados por un "curioso", etc.; son cosas de las que debemos alejarnos; asimismo las celebraciones del día de la amistad (el amor, san Valentín); de la madre; del padre; de algún santo, de la navidad pagana del 25 de diciembre, etc.; todas ellas instituidas por el mundo en las fechas que coinciden con paganas fiestas y costumbres seculares, contaminándonos con ello.
*** La licitud de las participaciones que nos parecen inofensivas deben ser consideradas bajo la premisa de lo conveniente delante del Señor. Así, pues, si no nos conviene; si no nos edifica; nos toca desechar o desestimar tales festividades, por muy inocuas o inofensivas que nos parezcan. ¡La solemne advertencia nos ha sido compartida! Es el deseo de mi corazón que no llegue a eternizarse la pugna con otros siervos de Dios por puntos como el presentado en este pasaje, ¡Qué Dios los bendiga!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/05/2015
UNA CONCIENCIA ENTRENADA EN LAS COSAS DE DIOS, EN LO QUE ÉL ACEPTA Y LE AGRADA, HARÁ LO PERTINENTE, BUSCANDO LO CONVENIENTE PARA SU AVANCE ESPIRITUAL, INTENTANDO EDIFICARSE Y CRECER EN EL CONOCIMIENTO DE DIOS, DESEANDO QUE SU COMPROMISO CON LA DEIDAD SE VEA CONFIRMADO, RECIBIENDO LA BENDICIÓN DE LA QUE LA FIDELIDAD SE APROPIA AL ACTUAR DE CONSUNO CON EL SEÑOR.
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