LIMA - PERÚ DOMINGO 07 DE JUNIO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 11:31-34.
"Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados: mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere".
*** Cuando Pablo señala las pautas de las indignidades de los comensales, dado su estado, surge el consejo oportuno para que todo aquello que ya describiera, no pase; y estos son sus consejos:
(I) Una adecuada introspección o auto análisis personal, sabiendo si se está apto o no para participar de la santa cena de una manera consciente. Por ello la gente llegaba a la fiesta con anterioridad para purificarse (Hch.21:26; 24:18;Jn.2:6), y de ese modo estar aptos para ser parte de la santa cena pascual. Si bien nosotros no practicamos rituales, haríamos bien en purificar nuestros corazones de cualquier mancha o pecado que nos impida participar en forma aceptable de la santa cena, recibiendo la bendición de la participación; y no el juicio.
(II) Si no somos lo bastante cuidadosos en los asuntos de la dignidad, recibiremos el azote correspondiente: enfermedad, debilidad o muerte. El juicio que hace el Señor con los creyentes, es para separarlos del juicio que corresponde a la impiedad, con la condenación eternal. El arrepentimiento de nuestras maldades en el tiempo oportuno, la confesión de nuestras culpas y las peticiones de perdón al Señor, buscan limpiar nuestras conciencias de obras muertas, de ser descalificados o el vernos impedidos de la comunión con el Señor por dicha condición; no es, pues, algo trivial.
(III) La importancia de cultivar el orden, el respeto mutuo, y el concierto de los santos en forma fraterna, para no pecar contra Dios y contra el espíritu fraternal que debe caracterizar estas fiestas de amor y de preparación para un año de bendiciones al cubrir las expectativas divinas. El esperarnos unos a otros mostrará la excelencia de la cordialidad, la importancia de la puntualidad, y el honor que se le concede a dicha celebración para mantener limpias nuestras conciencias, y disponer nuestros corazones para la optimización de nuestra comunión con Dios.
(IV) Si nuestra natural predisposición para la alimentación en la santa cena, pudiera verse interrumpida por nuestra gula, o por algún epicúreo exceso, será preferible comer algo en casa, evitando de ese modo el desorden de los pecados infraternos. Hasta por un bocado de pan prevarica el hombre, y Esaú; hermano de Jacob; vendió su primogenitura por un plato de lentejas (Pr.28:21b;He.12:16b). Si no deseamos una reunión para juicio, seamos prudentes con nuestra carnalidad, manteniendo en orden nuestra proclividad adámica. Otros detalles serían arreglados al arribo de Pablo a Corinto.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 06/06/20125
HAY LA NECESIDAD DE SER CUIDADOSOS EN LOS DETALLES, PUES LAS FIESTAS ANUALES NOS PONEN EN ANTECEDENTES SOBRE CÓMO OBRAREMOS PARA CON EL SEÑOR A LO LARGO DE LAS CELEBRACIONES O FIESTAS DEL SEÑOR. NO PRETENDO EN FORMA ALGUNA JUDAIZAR, PERO SÍ QUE NOS PERCATEMOS DE QUE NUESTRA ACTITUD INICIAL EN NUESTRA RELACIÓN CON LA DEIDAD DEBIERA TENER ÓPTIMOS INTENTOS Y EL MANIFIESTO DESEA DE COMUNICARNOS SON ÉL GOZOSAMENTE EN TODO. SEAMOS PRUDENTES.
ResponderEliminar