martes, 16 de junio de 2015

LA UNIDAD CORPORATIVA ES UN HECHO INNEGABLE, Y NUESTRA ASOCIACIÓN NOS HARÁ SENTIR LA REALIDAD DE LA MISMA, CON MANIFESTACIONES DE GOZO O DE DOLOR, DE FRACASOS Y DE TRIUNFOS, DE HERIDAS Y DE GLORIAS. DESCUBRAMOS EL SECRETO DE LA UNIDAD, Y HAGÁMONOS FUERTES Y SEGUROS CON ELLO.

LIMA - PERÚ    MARTES 16 DE JUNIO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.

Primera de Corntios 12: 25-27.

"Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular".

*** La naturaleza corporativa, hubo de ser revelada en su variabilidad, su multiplicidad celular, y su integridad funcional. Todo aquel universo de células participantes, cada una con su propia forma y utilidad, se vio en la necesidad de aceptar a los demás componentes como parte integral de aquel macroorganismo que los componía, les daba una lógica ubicación, les otorgara una órbita dimensional, y los hiciera girar alrededor de un núcleo que componía su naturaleza e identidad, denominando a ese complejo arquitectónico: EL CUERPO DE CRISTO.

*** Al contemplar la armonía y el balance en su andar, el cuerpo aprendió a reconocerse como una unidad pluralista de un interés focal único: Traducirse en la gloria de Dios, mediante la fusión de millones de microcosmos, en aquella divina representación que suponía la presencia del Padre en forma antropomórfica. Al ligarlos entre todos, y usarlos con tiempos y espacios distintos o compartidos, les hizo ver su plano funcional como un todo compacto bien unido entre sí, aceptándose entre ellos como parte de esa realidad célico-pedestre que interpreta la vida que produce el agrado divinal.

*** Así como una familia aprende a estimarse, protegerse, desplazarse y operar pluralmente con un beneficio común; así el cuerpo de Cristo va descubriendo progresivamente el secreto de la asociación para ejecutar cosas que le suponen un bienestar compartido, una alianza, una muy peculiar fusión, y un solo apellido, que crea consciencia familiar, identificándose por el número de sus componentes, su locación, y su sentido existencial.

*** Es por esa fusión, que llega a conocerse el dolor, la alegría, el deleite, el desencanto, percibiendo cómo los afecta a todos, aunque sólo un minúsculo sector esté bajo ataque; y eso los trae a la consciencia de unidad; doliéndonos con el dolor cercano o lejano, ligados como estamos por causa de los ligamentos y células nerviosas, percibiendo con esa sensibilidad lo que cada fibra de nuestro ser experimenta, ya sea positivo o negativo. Es en esa situación que lo general y lo particular se condensan como una unidad integral, entendiendo lo que somos, y lo que soy. El plano relacional corporativo es una realidad ineludible. Rehuirla es absurdo. Hemos sido ligados a un destino común que tiene a Dios como inicial referencia, y a él también como la meta de nuestra peregrinación, hasta descubrir el peón del ajedrez su posición regia al llegar al octavo escaque ¿Hemos llegado ya? ¿Vamos de camino?

*** Somos el cuerpo de Cristo (como un todo), o somos parte de él (rumbo a la integración). Un cabal sentir, supone un correcto peregrinar y una meta en un plano convergente que le dará sentido a todo al llegar al vértice.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  16/06/2015

1 comentario:

  1. TODO EL QUE LUCHA POR UNA IDENTIDAD, ES PORQUE NO LA POSEE. SIN EMBARGO, EL SER HUMANO FUE CREADO COMO REY Y SEÑOR DE UN MUNDO FORJADO POR SU CREADOR, Y DEJADO BAJO SU RESPONSABILIDAD. SU REALIDAD CONSISTE EN INTERPRETAR EL ROL PROTAGÓNICO PARA EL QUE FUERA DISEÑADO POR EL PADRE, NADA MÁS, NADA MENOS. NO HEMOS DE BUSCAR UNA IDENTIDAD, HEMOS DE INTEGRARNOS A LA REALIDAD CORPORATIVA QUE COMPONE NUESTRA IDEALIDAD.

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