NUESTROS SINGULARES HERMANOS CORINTIOS TENÍAN UN PRONTUARIO DE INCREÍBLES DIMENSIONES. LA LUCHA DEL SEÑOR, Y LA DEL APÓSTOL PABLO COMO MENTOR, NO FUE NADA SENCILLO ENTRE ESTA GENTE ACAYANA DE GRIEGAS COSTUMBRES Y HELENÍSTICAS PRÁCTICAS. CUANDO VEMOS CUÁNTO HUBO DE SOPORTAR ESTOICAMENTE EL APÓSTOL, NOS ADMIRAMOS DE SU PACIENCIA, DE SU DOLOR, SUS AFLICCIONES Y SUS LÁGRIMAS POR ESTE PUEBLO CORINTIO.

LIMA - PERÚ  JUEVES 04 DE JUNIO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS

Primera de Corintios 11:20-22.

"Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo".

*** Ayer iniciamos nuestro comentario con los abusos que se cometían en el trámite de las reuniones eclesiales, y en este punto, observaremos los que se cometían durante la cena del Señor, comprobando de esa manera la naturaleza profana e infame de aquellos que no habían renovado sus mentes acerca de las ceremonias cultuales en honor del Señor, y pensaban que estaban en sus bacanales o borracheras, buscando que las mismas disolvieran sus inhibiciones y les permitieran todo exceso mientras permanecieran obnubilados por su alcoholismo, dando lugar a los peores y más degradantes espectáculos. Algo tan patético y deprimente, hería la más honda sensibilidad de los que, identificados con el orden y la decencia de las fiestas jubilares hebreas, y los ágapes cristianos que tanto favor les hicieran para honrar y bendecir a la Deidad, y para ver cómo sus frutos en el Señor se multiplicaran, dada su fidelidad; no podrían jamás aprobar este tipo de reuniones infames y denigrantes.

*** Entre aquellos espectáculos, estaba la glotonería epicúrea, las borracheras báquicas, y la burla y menosprecio contra los menos afortunados; mismos que hicieran de esta fiesta una noche de ayuno y oración... ¿No era una cena para que todos compartieran? Pregúntele al hermano Epicuro y al hermano Dionisio, quienes no querían olvidar sus naturalezas caídas y se daban al desborde en ocasiones como estas. Los hambrientos y los borrachos daban el espectáculo más bochornoso. Las enojadas caras de los primeros, y la alegría intoxicada de los segundos, eran el fiel reflejo de estas "fiestas de amor y conmemoración del sacrificio del Señor Jesús". ¿Podemos esperar que Pablo felicite tales atrocidades? ¿Las felicitarías tú?

*** Los "gorrones epicúreos", y los liberales devotos de Baco, se convirtieron en el estándar de estas reuniones; y los que buscaran realmente conmemorar su liberación del yugo de este siglo y de la muerte eternal, trataban de buscar su espacio para tener intimidad con Dios (como lo hicieran los siete mil que Dios preservara en la época de Elías, y que no besaran al ídolo Baal), e intentaran aplicar una tolerancia de fantástico valor para no apartarse o maldecir a esta gente.

*** La majestad eclesial, como Casa de Dios y Cuerpo de Cristo: no entendía a este sector de la "familia de Dios" que tomara tan a la ligera (por hablar con lenidad de estos desaforados), y se asumían como el pueblo de Dios en la época de Elí, Ofni y Finees, sintiéndose tentados a menospreciar las ofrendas al Señor, y no haciéndolo por temor al castigo o la condenación. Esto era un asco, una manifiesta señal de impiedad que ameritara un juicio. ¡Jamás podríamos alabar algo como eso, sin sentir repugnancia por nosotros mismos!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  04/06/2015