LIMA - PERÚ SÁBADO 13 DE JUNIO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 12: 12-14.
"Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos".
*** La realidad corporativa, con nosotros como el cuerpo de Cristo, nos es descrita aquí por el apóstol, presentando la pluralidad de la unidad en su fusión anatómica y antropomórfica para que sea plenamente inteligible por todos.
*** Si bien el cuerpo es una unidad, está compuesto de muchos miembros; visibles unos, invisibles otros, aunque depende de éstos, que están ocultos la realidad exterior, saludable y bella, aceptable y gloriosa, que componen el humano fulgor que todos celebramos. La realidad corpórea, no es menor, representando la misma la unidad del cuerpo de Cristo, habiendo hecho de nuestros cuerpos su habitación, y teniendo, como el sistema nervioso central, una extensión que ocupa el perímetro de nuestra humanidad.
*** Así como Dios globalizó el bautismo de la casta hebrea al cruzar el mar rojo; así también universalizó el nuestro al bautizarnos con su Espíritu Santo, empapándonos de su gloria, y revistiéndonos de aquellas cosas que sólo operaran en la zona celestial, y que ahora han sido fusionadas en la esfera célico-pedestre en la que habitamos por su gracia. La gloria de los dos campamentos (con la compañía angelical incluida de un moderno Mahanaim) es la realidad subsistente que nos unifica, adhiere y fusiona; descubriendo cómo hemos sido afectados con su presencia.
*** Dentro de la realidad corporativa desaparecen las nacionalidades, las condiciones, las posiciones, habiendo bebido del pacto espiritual que no sólo nos empapó, sino que nos habitó, manifestándose a través de nuestras lenguas según la inspiración que el Señor nos diera, dándonos a conocer que sólo hay una raza, la humana. La interrelación, trajo la interdependencia; el desconocimiento de las dignidades o indignidades de antaño, y dentro de un contexto que no parece idéntico, hemos adquirido una identidad, una consanguinidad que nos hace herederos y coherederos con Cristo. El cuerpo se extiende hasta donde esté el último de nuestros hermanos, y así como las extremidades poseen uñas (que son parte del cuerpo), también la cabeza posee cabellos y vellos que componen el cuerpo, y nada escapa a esa sensibilidad que nos hace conscientes de lo que somos y tenemos. ¡Aleluya!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/06/2015
LA NATURALEZA CORPORATIVA DE LA FAMILIA DE DIOS ES UNA REALIDAD QUE NO PUEDE SER VIOLENTADA, NI TAMPOCO SOSLAYADA, SINO MÁS BIEN, MOTIVO DE BENDICIÓN PARA TODOS LOS QUE COMPONEMOS EL CUERPO DE CRISTO, SINTIÉNDONOS PARTE DEL MISMO, Y CONTRIBUYENDO CON EFICACIA A EDIFICARLO HASTA ALCANZAR LA GLORIA DE DIOS.
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