martes, 27 de septiembre de 2016

LA CARGA DE JUAN, ERA EL MANTENER A TODOS LOS CREYENTES EN EL CONTEXTO DE SU FILIACIÓN. EL APÓSTOL DEFINE LA NATURALEZA DEL ANTICRISTO ENSEÑANDO QUE SU LABOR ES NEGAR A JESÚS COMO EL MESÍAS. EL VALOR DEL BINOMIO ESPIRITUAL INDIVISIBLE: PADRE E HIJO COMO UNA REALIDAD ÚNICA, BINARIA Y TRASCENDENTE. EL NO RECONOCIMIENTO DEL UNO SE BASA EN EL DESCONOCIMIENTO Y VÍNCULO CON EL OTRO, SIENDO ELLO DEFINITIVO Y REVELADOR DE LA CONDICIÓN DE AQUELLA PERSONA. LA IMPORTANCIA DE PERMANECER EN LA PALABRA, PARA QUE EL TESTIMONIO DIVINO PERMANEZCA EN NOSOTROS TAMBIÉN.

LIMA - PERÚ   MARTES 27 DE SETIEMBRE DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE PRIMERA DE JUAN

Primera de Juan 2:21-24.

"No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre".

*** Introducción.- La mención del último tiempo por parte del apóstol,marcaba el hecho de que el Mesías ya había venido, y que el enemigo trabajaba con mucho ahínco para impugnarlo o deslegitimizarlo, porque si la promesa llenó de esperanza a la nación escogida durante centurias ¿qué sería la confirmación de su presencia entre nosotros? Por eso Satán inició una campaña de descrédito contra la obra redentora, la realidad de una nueva creación, y la posesión de la vida eterna en la nueva esfera regia, que nos diera seguridad acerca de nuestra herencia, y la certeza de que todo lo demás se cumpliría a cabalidad en el orden precisado por el Señor; y el sello del divino obrar se hizo presente por la unción del Espíritu Santo en todos los hijos de Dios, dándonos un certificado válido por todas las edades. Los desertores del pueblo de Dios, gente relapsa, fueron los elegidos por el diablo para destruir los efectos del divino obrar, ya que nada es más valioso para el enemigo que el uso sistemático de los decepcionados de la vida eclesial, de gente que no encontró lo que querían porque Jesús lo abarcaba todo, y no había gloria para los geniales y astutos; sino para los que servían a Dios con total disposición, de modo que se cubriera eficazmente su propósito para con el género humano. Al sentirse despojados de gloria propia, de ganancias deshonestas, de riquezas pecuniarias, de fama y reconocimiento, ¿de qué valía dedicarse al Señor? Y al igual que Judas, decidieron vender a su Señor por algunas monedas.



*** (1Jn.2:21) El apóstol (con mucho tino) aclara que no los acusa o estigmatiza como ignorantes de la verdad escritural y espiritual; antes bien, porque ellos ya tenían el conocimiento del caso, él les repetía las verdades en los que la iglesia de Dios caminara, y que eran el baluarte de la verdad que no perecería, ciñéndolos una vez más a su esperanza de gloria en Cristo Jesús. A renglón seguido, Juan manifiesta un principio básico que no debemos olvidar, que ninguna mentira tiene la verdad como su origen, fuente o procedencia. El enemigo suele decir la verdad como algo referencial, para luego trastocar el significado de las cosas; asumir que si la palabra dice así, significa exactamente lo contrario; que el panorama profético se extenderá más en cuanto al área de la paciencia; que hay nuevas y frescas revelaciones que deben ser agregadas a la palabra de Dios (como hacen la mayoría de sectas heréticas que quitan y agregan cosas a lo señalado por Dios, desvirtuando lo que está escrito, buscando impugnarlo para poder introducir su veneno, sus falsas doctrinas y expectativas). ¡Muy alertas pueblo de Dios!

*** (1Jn.2:22) A continuación, el embanderado del evangelio de Dios, y ministrador de la vida eterna en su esencialidad, lanza una definición del enemigo que nos ataca en tiempos difíciles y neurálgicos, haciendo una poderosa interrogante que exige una respuesta: ¿Quién es el mentiroso... (y se responde a sí mismo, exponiendo al enemigo), sino el que niega que Jesús es el Cristo (Ungido, Mesías)? La insoslayable autoridad de la que Cristo vino premunido, y que fuera demostrada con hechos durante todo su período ministerial y mesiánico, y que fuera negado por estos infelices incompetentes, demostraba que eran obreros mentirosos, falaces, y siervos del padre de la mentira: Satanás (Jn.8:44). Mientras que el engaño es un coctel de verdades y falsedades; la mentira es pura y abierta en su maldita naturaleza, no habiendo en ella nada de verdad. Entonces. ¿por qué la gente la cree? Porque desconocen la verdad. La verdad es como la luz, donde brilla ella, la oscuridad desaparece. No, la oscuridad no se fue a ninguna parte, allí mismo está; pero no puede evitar que la luz verdadera alumbre y prevalezca iluminándolo todo con su puro esplendor. Un anticristo, es una persona profana que no teme negar al Padre y al Hijo, asumiéndolos como inexistentes y exentos de derecho alguno sobre la faz de la tierra; y que para los casos de sus requerimientos deben asignárselos como identidad.

*** (1Jn.2:23) Juan nos va a declarar que la unidad divina está presente en el Padre y en el Hijo, que es él mismo antropomorfizado. Lo que puede lucir inconcebible para nuestro limitado entendimiento; no lo es para el Creador de todas las cosas asumiendo su realidad comprimida en un cuerpo humano, en un arca de madera y oro, en nuestros corazones, y que, paradójicamente, los cielos de los cielos no pueden contener; y que solamente será inteligible cuando él sea todo en todos. La única manera de poder negar al Hijo en su Deidad, es porque tal persona no conoce ni tiene al Padre. El tener al Padre y al Hijo nos otorga una identidad divino-humana, es decir nos concientiza de nuestra filiación con Jesús y de la Paternidad de Dios para con cada uno de nosotros; vale decir, que somos miembros de la familia de Dios. ¡Eso me regocija en extremo! Nótese también el vocablo utilizado por Juan: "El que no CONFIESA AL HIJO". No podemos asumir esto como una expresión suelta por allí, porque una confesión es una declaración específica sobre algo o alguien específico también, siendo la verdad el fiel contenido de todo lo que se expresa. Entonces, Juan se expresa legalmente, exigiendo que la persona reconozca privada y públicamente que su relación con Jesús posee esa pertinencia, y no otra. Al reconocer al Enviado del cielo, también se reconoce al Enviante (el Padre).

*** (1Jn.2:24) Como era de esperarse, el apóstol redunda en este hecho: La fidelidad a la doctrina apostólica, refiriendo como siempre también la frase "DESDE EL PRINCIPIO", apuntando al cuerpo doctrinal original, el cual había de ser guardado y obedecido según lo que el Padre haya señalado. La naturaleza permanente de la palabra de Dios, obrando en nosotros, indica la inmutabilidad de su consejo, y la suficiencia del mismo para obrar en nosotros su deseo alcanzando la meta de acuerdo a su propósito. Si lo que tienes de parte de Dios es suficiente para el cubrimiento de su propósito, ¿para qué pedir más? Así, pues, si la doctrina básica permanece en nosotros como principio y práctica, nosotros también estaremos ligados al binomio Padre-Hijo, que es la plena certeza de la esperanza.
 
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  27/09/2016

1 comentario:

  1. JUAN REFIERE LO IMPORTANTE Y BÁSICO QUE ES TENER EL CONOCIMIENTO CABAL DE LA DOCTRINA APOSTÓLICA, EL PERMANECER EN ELLA DE MODO INALTERABLE, Y ENTENDER QUE EL BINOMIO CELESTE PADRE-HIJO ES UNA REALIDAD QUE NOS MANTIENE EN LOS DOS CAMPAMENTOS, PUES EL QUE CONFIESA AL HIJO, LO HACE PORQUE EL PADRE LO HABITA; Y EL QUE DESCONOCE AL HIJO, NO TIENE VÍNCULO ALGUNO CON EL PADRE.

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