LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 13 DE JUNIO DEL 2017 MENSAJE # 1812
JOEL 1:2-4.
"Oíd esto, ancianos, y escuchad todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los díad de vuestros padres? De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación. Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado".
=== El panorama profético, en cuanto a la consumación del propósito divinal ha sido concebida en cuatro etapas o ciclos, los mismos que son repetitivos, y que confirman toda idealidad. Así es que Dios lo declara al decir: "... Porque yo soy Yahweh tu Dio, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos" (Éx.20:5-6). Y es este el principio que hemos de aplicar cuando vemos que Yahweh trae la langosta para castigar a su pueblo, haciendo juicio sobre su maldad repetitiva al pasar por las cuatro etapas de la vida de la langosta, la cual es altamente selectiva en lo concerniente a su alimentación, devorando la vida o verdor de las plantas, descortezándolas y pelándolas hasta dejarlas blancas, secas e improductivas, deformándolas en extremo, hasta hacer su apariencia algo deleznable. Santiago lo describe así: "Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es (1) atraído, y (2) seducido. Entonces la concupiscencia, después que (3) ha concebido, (4) da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Nótese que hay dos nacimientos: el del pecado como consecuencia de nuestra permisividad a causa de nuestra concupiscencia, permitiéndole gobernarnos interiormente; y la muerte, como el resultado del pecado ejecutado. Lo primero, lo incuba dentro; y lo segundo, lo exterioriza en una forma perversa. Así, el pollito, aparece primero como un huevo; la madre lo incuba; y luego, nace el futuro gallito. Este proceso es reconocido por Dios a través del mandamiento, haciéndonos ver por qué el desecha hasta la cuarta generación de los malignos que, abandonando su temor a Dios, se pervierten hasta una total degeneración.
=== Si el Señor arguye que los israelitas habrían de contar esto a sus hijos, nietos y bisnietos, era porque ellos no se arrepentirían de su maldad, y el juicio arrasaría aquella nación perversa de modo sumario e irrevocabe. No obstante, el Padre le concede a la nación obstinada una nueva opción de alcanzar su gracia mediante un auténtico o genuino arrepentimiento, rasgando sus corazones, y no sus vestidos (Jl.2:12-13), para que el Padre cambiara sus juicios en bendiciones (Jl.2:14), y que todo lo que Dios creara para ellos en la tierra prometida alcanzara una bendita restitución, revelando la restauración de la comunión con la nación israelita de acuerdo al orden divinal, no aceptando el Padre nada menos que eso. La tentación implica nuestro deseo por las cosas que no debemos hacer o anhelar; cuando nuestra resistencia es quebrantada por la pasión indomable (producto de la concupiscencia o desorden interno), surge la atracción por lo malo; y será por habernos acercado demasiado que su magnetismo nos jalará hacia ello, y su seducción nos apresará, cautivándonos. Así, habida la cópula entre lo que deseo y no debo, surge el interdicto de la concepción de lo que nunca debió ser, y el pecado halla un espacio donde enquistarse, convirtiéndose paulatinamente en una pasión irresistible, produciendo en nosotros las ganas de pecar, y lo demás... es cuento. Así, la desnudez que exponía a Adán y Eva, los cubrió de vergüenza; y la vergüenza, abochornada de sí misma, se cubrió con hojas de higuera, tratando de guardar las formas hasta que apareciera la noticia en las redes sociales, vistiéndose de descaro hasta el sol de hoy.
=== Hemos de persuadirnos de que lo que hagamos afectará a nuestras generaciones; y le digo esto a los llaneros solitarios, para que entiendan hasta qué punto el Señor nos ha ligado con lo que ha de ser, concatenándonos generacionalmente; para gloria si obedecemos sus preceptos y buscamos su agrado; o para vergüenza y confusión perpetua si nos oponemos a sus designios. Lo que definimos como pecados generacionales son el uso indebido de nuestro libre albedrío, prefiriendo lo que desagrada a Dios, y buscando establecer nuestra voluntad personal de ser nuestros propios dioses, y forjar un mundo ideal que no tenga "tantas restricciones" como la voluntad divina. Sin embargo, lo que nosotros llamamos restricciones o prohibiciones, no son si no señales de advertencia para que no nos dañemos a nosotros mismos. Aquellos que hemos sido extraídos de la condenación por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, nos sentimos agradecidos con él por haber roto las cadenas de nuestro destino ignominioso, proponiéndonos eternidad y gloria en lugar de la más terrible condenación. Que la historia que le contemos a nuestros descendientes esté llena de la gloria de Dios es mi oración por cada uno de mis lectores.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/06/2017 MENSAJE # 1812
SIEMPRE ES GLORIOSO VER CÓMO LA GRACIA DIVINA Y LA MISERICORDIA DEL PADRE SE HACEN PRESENTES EN LOS MOMENTOS MÁS ÁLGIDOS PARA LA NACIÓN HEBREA, LA MISMA QUE ES CONMINADA AL ARREPENTIMIENTO PARA MANTENER LA VIGENCIA DEL PACTO CON EL SEÑOR.
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