FILEMÓN 8-12.
"Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mi mismo".
=== En el contexto de la comunión de los santos, más de una vez nos encontraremos en situaciones y circunstancias que pueden ser chocantes en extremo, y que pueden suscitar algún dilema grande o pequeño que nos haga solicitar por la vía del ruego lo que pudiera hacerse de alguna otra manera. Los creyentes, independientemente de su funcionalidad ministerial, deben observar un alto grado de fe en lo concerniente al plano de la comunión; siendo que Dios nos ha de usar de mil modos distintos en lo tocante al panorama salvífico, ganando almas aquí y allá, ignorando nosotros lo concerniente al pasado de los que Dios habrá de añadir a su grey; y el caso de Onésimo, preso por haber cometido una falta grave contra su amo en Colosas, y perseguido por la justicia para ser restituido a su posesionario; fue introducido por la gracia a la familia de Dios, el cual borrara sus pecados por la sangre del Cordero de Dios, estando a cuentas con la Deidad, aunque manteniendo sus deudas con la justicia humana, la cual exigía el pago de sus delitos, y su reposición al amo en cuestión en calidad de esclavo. Si bien su panorama espiritual estaba saldado, el pedestre seguía en funciones haciendo sus demandas en lo natural; y Dios nos ordena obedecer a las autoridades y a las leyes que nos rigen, haciendo su voluntad en ese sentido (Ro.13:1-5). Todo ello nos pone en un gran conflicto cuando ambas cosas se juntan, debiendo supeditar nuestro accionar considerando las cosas de acuerdo a su valor intrinseco, HACIENDO LO QUE CONVIENE, dándole a Dios la gloria del caso.
=== Hubiera sido sencillo para Pablo hacer uso de su autoridad apostólica, dar un úcase (decisión zarina), ordenando a Filemón que se aguante su ira, su decepción y su deseo de ver vindicada su posición como amo de su esclavo, exigiendo plena restitución; y aún de disponer de la vida de su sirviente (los esclavos no tenían ningún derecho, y sus amos podían disponer de ellos a su antojo, sin que ello implicara algo ilegal); sin embargo, no se llega a Filemón con una actitud así; sino que emplea una rogativa para allegarse a su consiervo colosense, suplicándole que se condujera como el Padre para con él, haciendo uso de la gracia para mostrar una total benevolencia a favor de Onésimo, ocupando él el lugar del deudor, y haciendo suya la deuda del tal para con su patrón, AUTOIMPUTÁNDOSE él la pena que se mereciera justamente aquel neoconvertido. Ignoro la conmoción que el corazón de Filemón recibiría con tal petición, y en la mente del tal habría surgido un: "¡No me pidas eso, Pablo!"; Yo sería incapaz de levantar mi indignación en contra tuya. He recibido tanto de ti, y no ignoro quién eres delante de Dios, y sería peor que una blasfemia que te pudiera mirar como alguien indigno, como un ladrón o como un esclavo infiel. Hermano, me atas de pies y manos; ¡jamás haría eso contra ti! Y fue en esa condición que Pablo sustituyó a Onésimo en el ánimo ofendido de su consiervo, no dejándole obrar en consecuencia; sino motivando su corazón hacia el perdón y la restitución en su más elevado nivel.
=== Esta breve misiva al amado Filemón nos pone en antecedentes sobre cómo hemos de actuar a nivel fraternal. La condición de Onésimo no había cambiado en lo natural, pero sí en el ámbito espiritual en que los cristianos somos llamados a movernos. Y aquel esclavo deficitario le era devuelto a Filemón como su hermano en Cristo, cambiando totalmente la perspectiva con la que habría de ser recibido; no ya en la barraca de los esclavos; sino en la comunión de los santos; y Pablo le hace ver cómo este siervo del consiervo colosense pasaba de la inutilidad a la utilidad por el valor de la obra divina realizada en el corazón de Onesimo por intermedio de Pablo, quien programara su corazón impregnándole confianza, en lugar de su pánico; enviando al tal, no al cadalso ni a la prisión, ni a la celda del castigo; sino a la comunión con su hermano en Cristo. Aquel: "RECÍBELE COMO A MÍ MISMO", exigía el máximo esfuerzo del alma de Filemón; la que solamente podía ver mitigada su enojo y aversión al ser irrigada por el arroyo de la paz venido de arriba mediante su espíritu, recibiendo el confortamiento de las aguas refrescantes que nos traen consuelo, alivio y una buena predisposición del ánimo para obrar como conviene, dejando atrás el pensamiento de ser dueño de la vida de alguien, pasando a compartir su comunión con un hermano en Cristo en conformidad al plano fraternal propio de la cristiandad. ¡Una lección impresionante!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/06/2017 MENSAJE # 1806
DIOS HA DE APAREJAR NUESTROS CORAZONES PARA QUE SEAMOS SEMEJANTES A ÉL AL MOMWENTO DE JUZGAR LAS DEBILIDADES AJENAS, DEJANDO VER HASTA QUÉ PUNTO HEMOS LLEGADO A PARECERNOS A NUESTRO PADRE CEELSTIAL, TANTO EN EL CONOCIMIENTO COMO EN EL INTENTO.
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