LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DEL 2017 MENSAJE # 1814
SANTIAGO 5:13-16.
"¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración efixaz del justo puede mucho".
=== La orientación que Santiago le da a su carta a las doce tribus, atiende muchos aspectos, todos ellos básicos y de interés para la buena marcha congregacional. En la cita de nuestra consideración se contemplan los ánimos de los creyentes en sus momentos de aflicción y de gozo; y también las fases críticas, y cómo se ha de obrar en tales circunstancias. Al observar los ánimos afligidos, de inmediato nos recomienda el hacer oración, dirigiendo ésta al Padre en el nombre de Jesús para restablecer el corazón de los santos devolviéndolos al balance emocional oportuno por causa del contacto con la Deidad, y del aliento que de ello proviene, cambiando sus tristezas en gozo mediante la consolación con la que el creyente es consolado por Dios (2Co.1:3-5). Cambiado el panorama, el escritor inquiere sobre nuestra manifiesta alegría, la cual ha de ser corroborada con manifestaciones de alabanza y regocijo que nos devuelvan a la vida cristiana normal, elevando a otros en el mismo espíritu al motivarlos a la celebración por haber sido oídos por la Deidad, la misma que disipará toda nube gris que ennegreciera nuestro cielo, viniendo la dorada claridad a alumbrar nuestros corazones en una bendita explosión de gozo que sublimará nuestros tiempos de adoración y alabanzas a Dios.
=== Al tocar el aspecto más crítico, el de la enfermedad, o el estado de gravidez que impide a algún hermano estar con nosotros en el culto, en la enseñanza, en la oración, o en la comunión del pan con los miembros de la iglesia; se sugiere que se llame a los ministros de la grey para que se ore por la sanidad, liberación y recobro del hermano doliente. Esta es una misión que corresponde a todo ministro a nivel de la congregación, y tal asistencia no debe ser considerada como un favor, o una caridad; sino como parte de la dinámica del cuerpo de Cristo, atendiendo a cualquiera de los miembros de la iglesia que se halle en desventaja, delicado de salud, o en estado crítico. Debemos aprender a cubrir nuestra labor espiritual y eclesial con sumo placer, y con la más alegre disposición, haciendo que cada vaso del Señor disfrute del espíritu fraterno que adorna a la comunidad con una bendita aquiescencia (asenso o consentimiento de buena voluntad). Los ancianos o ministros eclesiales han sido ungidos por el Señor para operar con las pautas divinas, y obtener resultados para la gloria de Dios, tal como está escrito aquí. ¿Qué deben hacer los ancianos de la iglesia? Orar por la persona enferma, procediendo luego a ungirle con aceite en el nombre de Jesús. ¿Y cuál será el efecto de todo esto? (1) La oración de fe salvará al enfermo (no los ancianos, no el aceite, no los gritos ni los rezos); (2) El Señor lo levantará (esto implica una enfermedad grave, y no una ridícula gripe o un simple malestar); y esta tercera porción es lo más maravilloso, y nos recuerda lo que Jesús hizo con el paralítico descolgado por el techo por sus cuatro amigos en Marcos 2:8-12 (3) Y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados... ¡Wow!
=== A renglón seguido, Santiago nos revela que las confesiones o exhalaciones de culpas u ofensas hechas de unos para con los otros, deben ser exhaladas, para que ninguna barrera haga la comunión de los santos algo sumamente pesado o difícil (Mt.5:22-26), pasando de lo más simple a lo más complicado, la cronicidad de la culpa, y la inutilización de nosotros como vasos del Señor, pasando a ser el lastre del cuerpo; y no parte de la solución. De allí, Santiago pasa a la intercesión del uno por el otro, para que seamos sanados (eso no va dirigido a los ancianos, sino a cada creyente en la comunidad), indicándonos que todos podemos pasar a ser útiles como apoyo de los demás, viendo sanidades, milagros y maravillas por actuar a favor de nuestros hermanos con la debida mansedumbre. La eficacia de la oración está supeditada a una correcta aplicación de la justicia, para que nuestra intercesión por la fe no tenga ningún obstáculo, ningún impedimento, disfrutando de la comunión célico-pedestre con la amplitud que corresponde a los hijos de Dios que andan conforme a la fe, caminando en el Espíritu, y siendo de bendición dondequiera que vayan.
"¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración efixaz del justo puede mucho".
=== La orientación que Santiago le da a su carta a las doce tribus, atiende muchos aspectos, todos ellos básicos y de interés para la buena marcha congregacional. En la cita de nuestra consideración se contemplan los ánimos de los creyentes en sus momentos de aflicción y de gozo; y también las fases críticas, y cómo se ha de obrar en tales circunstancias. Al observar los ánimos afligidos, de inmediato nos recomienda el hacer oración, dirigiendo ésta al Padre en el nombre de Jesús para restablecer el corazón de los santos devolviéndolos al balance emocional oportuno por causa del contacto con la Deidad, y del aliento que de ello proviene, cambiando sus tristezas en gozo mediante la consolación con la que el creyente es consolado por Dios (2Co.1:3-5). Cambiado el panorama, el escritor inquiere sobre nuestra manifiesta alegría, la cual ha de ser corroborada con manifestaciones de alabanza y regocijo que nos devuelvan a la vida cristiana normal, elevando a otros en el mismo espíritu al motivarlos a la celebración por haber sido oídos por la Deidad, la misma que disipará toda nube gris que ennegreciera nuestro cielo, viniendo la dorada claridad a alumbrar nuestros corazones en una bendita explosión de gozo que sublimará nuestros tiempos de adoración y alabanzas a Dios.
=== A renglón seguido, Santiago nos revela que las confesiones o exhalaciones de culpas u ofensas hechas de unos para con los otros, deben ser exhaladas, para que ninguna barrera haga la comunión de los santos algo sumamente pesado o difícil (Mt.5:22-26), pasando de lo más simple a lo más complicado, la cronicidad de la culpa, y la inutilización de nosotros como vasos del Señor, pasando a ser el lastre del cuerpo; y no parte de la solución. De allí, Santiago pasa a la intercesión del uno por el otro, para que seamos sanados (eso no va dirigido a los ancianos, sino a cada creyente en la comunidad), indicándonos que todos podemos pasar a ser útiles como apoyo de los demás, viendo sanidades, milagros y maravillas por actuar a favor de nuestros hermanos con la debida mansedumbre. La eficacia de la oración está supeditada a una correcta aplicación de la justicia, para que nuestra intercesión por la fe no tenga ningún obstáculo, ningún impedimento, disfrutando de la comunión célico-pedestre con la amplitud que corresponde a los hijos de Dios que andan conforme a la fe, caminando en el Espíritu, y siendo de bendición dondequiera que vayan.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/06/2017 MENSAJE # 1814
SANTIAGO NOS COMPARTE LAS PAUTAS DIVINAS PARA CUIDAR DE LAS PERSONAS ENFERMAS EN LA IGLESIA, EL FLUIR DE LOS ANCIANOS, Y EL PANORAMA DE LA INTERCESIÓN PARA VERNOS RECOBRADOS EN EL MÁS BREVE TIEMPO, TORNANDO A LA COMUNIÓN CON LOS SANTOS
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