LIMA - PERÚ LUNES 19 DE JUNIO DEL 2017 MENSAJE # 1824
JONÁS 4:11.
"¿Y no tendré piedad (compasión) de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
=== El profeta Jonás era alguien que servía a Dios, y había llegado a conocer su naturaleza redentora; pero mirándola desde una perspectiva que él juzgaba como la fragilidad divina. ¿Era la Deidad demasiado conmiserativa para su gusto? Aquellos que viven bajo la ley, y que tienen más en cuenta el castigo por la maldad; o la disculpa vía los sacrificios que parecían sosegar su ira, y orientarlo a la restitución de la comunión; entendían la religión como algo simbólico, ritual y ceremonial, viendo un Zeus con su flamígero rayo atento al castigo (Yahweh Dios no es así; esa no es su naturaleza) ante la más mínima desobediencia; y promoviendo el adulterio tomando formas distintas para forjar semidioses a nivel humano, y pegarse una cana al aire al estar adornado de las debilidades de sus "creadores", cuando descendía a la tierra para hacer de las suyas. Las personas que son criadas bajo un panorama de culpas y perdones, y que no alientan su corazón a la obediencia por todo lo que Dios aparejara para ellos; se volverán ladinos, astutos y malcriados, provocando constantemente la ira del Padre; riéndose de su mal humor, pensando que lo han burlado una vez más; y que él no será capaz de castigar a sus engreídos. La forma de pensar de Jonás, era distinta a esto; pero equivalía a su visión de lo que era la justicia legal, mirando la misericordia como un tropiezo y una falla de la personalidad divina. ¡Y por eso, huyó! Le hubiera gustado más la justicia automática, impensada, aquella de los apedreamientos apriorísticos, y de las "santas vindicaciones"; como lo de Sodoma y Gomorra... ¿Por qué no?
=== Cuando nuestro grado del conocimiento divino no es exacto, nos parecemos a los dos hijos de aquel padre que tuvo que darle a su hijo menor su herencia por adelantado; viéndolo partir a su más grande aventura sin la madurez que él intentara imprimir en él, sabiendo lo que ocurriría. El hijo mayor, prefirió quedarse con el padre, esperando que lo premiaran por su línea conductual más apropiada; y por lo que podemos apreciar, ninguno conocía a cabalidad el corazón de su padre. Para el menor, él ya no existía; para el mayor, existía como premiador de los chicos buenos. ¿De dónde sacaron tales conceptos? De su propio corazón, no pudiendo ver a su padre más allá de su particular impresión: Obligado suplidor; o de Excelente premiador. ¿Cómo vemos a nuestros padres a nivel personal? Volvamos con el profeta prófugo. Él conocía a los ninivitas como gente perversa; y desde su superior elección las asumía como indignas del perdón o la misericordia, deseando su desaparición del planeta para que dejaran de ser un problema. ¡Amán llegó a pensar y desear lo mismo para Israel, buscando su exterminio, viendolo como "santo remedio" (Est.3:4-10). Sin embargo, junto con la justicia divina, aparece también su panorama misericordioso, el cual el mismo Padre expresará como PIEDAD o compasión para la gente que no le conoce. El judío, ya hizo juicio; y el cristiano legalista, también, bajando el pulgar ambos como nerones del siglo XXI.
=== Cuando el gran pez vomitó a Jonás en las orillas del Tigris, Jonás había tenido setentidós horas de reflexión, y muy a su pesar, hubo de servir como heraldo divinal para la salvación de los ninivitas, recorriendo tres días enteros los términos de aquella gran ciudad, alentándolos al arrepentimiento. Ojo aquí, porque Jonás seguía siendo Jonás; y el mensaje de Yahweh, seguía siendo el tal. La piedad divinal, y la opción que les diera a los ninivitas para arrepentirse era una carga totalmente necia e inaudita para Jonás, quedándose sobre una colina para ver los resultados ¡Ojalá no se arrepientan, y se mueran todos! decía el profeta para sí; pero ocurrió exactamente al revés, y la rabia jonasina no podía ser mayor. ¿Qué pasaba? Jonás no estaba sintonizado con el corazón del Padre, ni podía entender su piedad para una nación tan cruel. El Señor Jesús vino con un mensaje de parte del Padre, y se mantuvo sintonizado con él todo el tiempo de su peregrinación y de su ministerio mesiánico, y por eso fue a la cruz, al sepulcro, al hades, a la resurrección, y a la gloria, donde se halla sentado a la diestra de Dios. Jesús interpretó exactamente la piedad divinal, permaneciendo sintonizado con él; Jonás no, porque lo suyo era el legalismo puro... y Yahweh nos sigue preguntando: "¿Y no tendré yo piedad de ti, de tus enemigos, y de toda la humanidad? ¡Sintonízate, hermano!
"¿Y no tendré piedad (compasión) de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
=== El profeta Jonás era alguien que servía a Dios, y había llegado a conocer su naturaleza redentora; pero mirándola desde una perspectiva que él juzgaba como la fragilidad divina. ¿Era la Deidad demasiado conmiserativa para su gusto? Aquellos que viven bajo la ley, y que tienen más en cuenta el castigo por la maldad; o la disculpa vía los sacrificios que parecían sosegar su ira, y orientarlo a la restitución de la comunión; entendían la religión como algo simbólico, ritual y ceremonial, viendo un Zeus con su flamígero rayo atento al castigo (Yahweh Dios no es así; esa no es su naturaleza) ante la más mínima desobediencia; y promoviendo el adulterio tomando formas distintas para forjar semidioses a nivel humano, y pegarse una cana al aire al estar adornado de las debilidades de sus "creadores", cuando descendía a la tierra para hacer de las suyas. Las personas que son criadas bajo un panorama de culpas y perdones, y que no alientan su corazón a la obediencia por todo lo que Dios aparejara para ellos; se volverán ladinos, astutos y malcriados, provocando constantemente la ira del Padre; riéndose de su mal humor, pensando que lo han burlado una vez más; y que él no será capaz de castigar a sus engreídos. La forma de pensar de Jonás, era distinta a esto; pero equivalía a su visión de lo que era la justicia legal, mirando la misericordia como un tropiezo y una falla de la personalidad divina. ¡Y por eso, huyó! Le hubiera gustado más la justicia automática, impensada, aquella de los apedreamientos apriorísticos, y de las "santas vindicaciones"; como lo de Sodoma y Gomorra... ¿Por qué no?
=== Cuando nuestro grado del conocimiento divino no es exacto, nos parecemos a los dos hijos de aquel padre que tuvo que darle a su hijo menor su herencia por adelantado; viéndolo partir a su más grande aventura sin la madurez que él intentara imprimir en él, sabiendo lo que ocurriría. El hijo mayor, prefirió quedarse con el padre, esperando que lo premiaran por su línea conductual más apropiada; y por lo que podemos apreciar, ninguno conocía a cabalidad el corazón de su padre. Para el menor, él ya no existía; para el mayor, existía como premiador de los chicos buenos. ¿De dónde sacaron tales conceptos? De su propio corazón, no pudiendo ver a su padre más allá de su particular impresión: Obligado suplidor; o de Excelente premiador. ¿Cómo vemos a nuestros padres a nivel personal? Volvamos con el profeta prófugo. Él conocía a los ninivitas como gente perversa; y desde su superior elección las asumía como indignas del perdón o la misericordia, deseando su desaparición del planeta para que dejaran de ser un problema. ¡Amán llegó a pensar y desear lo mismo para Israel, buscando su exterminio, viendolo como "santo remedio" (Est.3:4-10). Sin embargo, junto con la justicia divina, aparece también su panorama misericordioso, el cual el mismo Padre expresará como PIEDAD o compasión para la gente que no le conoce. El judío, ya hizo juicio; y el cristiano legalista, también, bajando el pulgar ambos como nerones del siglo XXI.
=== Cuando el gran pez vomitó a Jonás en las orillas del Tigris, Jonás había tenido setentidós horas de reflexión, y muy a su pesar, hubo de servir como heraldo divinal para la salvación de los ninivitas, recorriendo tres días enteros los términos de aquella gran ciudad, alentándolos al arrepentimiento. Ojo aquí, porque Jonás seguía siendo Jonás; y el mensaje de Yahweh, seguía siendo el tal. La piedad divinal, y la opción que les diera a los ninivitas para arrepentirse era una carga totalmente necia e inaudita para Jonás, quedándose sobre una colina para ver los resultados ¡Ojalá no se arrepientan, y se mueran todos! decía el profeta para sí; pero ocurrió exactamente al revés, y la rabia jonasina no podía ser mayor. ¿Qué pasaba? Jonás no estaba sintonizado con el corazón del Padre, ni podía entender su piedad para una nación tan cruel. El Señor Jesús vino con un mensaje de parte del Padre, y se mantuvo sintonizado con él todo el tiempo de su peregrinación y de su ministerio mesiánico, y por eso fue a la cruz, al sepulcro, al hades, a la resurrección, y a la gloria, donde se halla sentado a la diestra de Dios. Jesús interpretó exactamente la piedad divinal, permaneciendo sintonizado con él; Jonás no, porque lo suyo era el legalismo puro... y Yahweh nos sigue preguntando: "¿Y no tendré yo piedad de ti, de tus enemigos, y de toda la humanidad? ¡Sintonízate, hermano!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/06/2017 MENSAJE # 1824
YAHWEH QUIERE MOSTRARNOS SU PIEDAD LLEVADA AL EXTREMO, CON UN PROFETA QUE NO ESTABA SINTONIZADO CON ÉL, Y QUE TUVO QUE SER PERSUADIDO PARA SERVIR COMO NEXO SALVÍFICO CON UNA NACIÓN QUE SE ARREPENTIRÍA DE SU ARREPENTIMIENTO UN SIGLO DESPUÉS, SIENDO ARRASADA POR SUS ENEMIGOS.
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