LIMA - PERÚ LUNES 12 DE JUNIO DEL 2017 MENSAJE # 1810
HEBREOS 1:1-3.
"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas".
=== El autor condensa en breves sentencias las verdades espirituales más trascendentes, las que revelan muchas cosas respecto al Padre, y su relación con el género humano a través de sus escogidos por medio de la línea profética. La mente hebrea no trata de polemizar respecto a la existencia de Dios, dándola como un hecho real e innegable, mencionándolo como alguien que tiene comunión por medio del Verbo de Dios, la Palabra, la misma que muestra una relación viva, continua, persistente, y con un propósito en la corriente del tiempo, aparejando algo que trascenderá el mismo, mostrando los alcances de los valores eternales. Las comunicaciones han sido constantes, señalando sus directivas en el contexto de las edades, mostrando lo que fue, es y será, según su beneplácito. La privilegiada casta hebraica fue elegida para ser la receptora de la palabra que comandaría las acciones que componian la Regia Voluntad Divina; y del modo en que un pergamino es desenrrollado para poder leer su contenido, así las edades iban siendo reveladas fase a fase para el logro del divino querer. Toda la revelación anterior halla su confluencia en la individualidad del Verbo hecho carne: JESUCRISTO, el cual se constituye en la FUENTE EMISORA DIVINAL QUE REVELA LO QUE HA DE SER POR LA SINGULARIDAD DE LA QUE SE HALLA REVESTIDO.
=== El autor, refiere que el Padre se expresa a sí mismo a través del accionar y el fluir del Hijo, aduciendo que el futuro tiene en él su plano existencial, y que de él depende la trascendencia del deseo divinal, condensándose en él su propósito, sentido y perspectiva; porque todo lo creado y lo que ha de ser era SU HERENCIA; y es por ello que todo lo que el Hijo hiciera era algo de sumo interés para nosotros. Nadie está más interesado que el Heredero para preservar todo lo que el Padre diseñara en su sola potestad, siendo que estaba hecho a su medida, garantizando así su plena satisfacción, la misma que componía el cubrimiento de la voluntad divina para el plano eternal y glorioso en que el Padre decidiera tenernos. Ya que el Señor hizo las edades, procuró que todo proclamara la gloria del Hijo, que era el eco de la suya propia. Los haces de luz convergente que conducen los tiempos y las sazones, no hacen si no conducirnos a la progresiva revelación de su voluntad, apuntando al plano eternal como algo que se consolidará y permanecerá por siempre, conforme a lo planeado con antelación; sin importar lo paradojal que ello nos parezca.
=== El que es el AURA DIVINAL (el resplandor de su gloria), no hace más que resaltar aquello que circunda. Cuando observamos detenidamente un cuadro con un paisaje, nuestra vista se posa en el paisaje, y no en el marco que lo rodea, y el propósito del Hijo era resaltar la imagen del Padre, siendo ello lo que nos revela la gloria y el afán del Hijo: que el Padre sea glorificado. Al hablar del Hijo como la imagen de su sustancia, se refiere al SER ESENCIAL QUE REVELA LA NATURALEZA DEL PADRE, LA DIVINA EXPRESIÓN QUE LO SOSTIENE TODO EN EL UNIVERSO, que ejecuta la divina perspectiva, y que hace que todo se torne a la imagen y semejanza de lo que quiere el Padre... y de aquí, el autor salta al panorama redentivo, para que todo lo que se ha descrito llegue a concretarse, conforme al deseo del Padre, y porque lo ha logrado en el modo más singular, adquiere el derecho de sentarse a LA DIESTRA DEL PADRE, honor que solamente le cabe a él, y que gustosamente comparte con nosotros para que entendamos quiénes somos, qué tenemos, y qué podemos lograr, mediante la justicia adjudicada que se verá transformada en gloria en aquel día.
"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas".
=== El autor, refiere que el Padre se expresa a sí mismo a través del accionar y el fluir del Hijo, aduciendo que el futuro tiene en él su plano existencial, y que de él depende la trascendencia del deseo divinal, condensándose en él su propósito, sentido y perspectiva; porque todo lo creado y lo que ha de ser era SU HERENCIA; y es por ello que todo lo que el Hijo hiciera era algo de sumo interés para nosotros. Nadie está más interesado que el Heredero para preservar todo lo que el Padre diseñara en su sola potestad, siendo que estaba hecho a su medida, garantizando así su plena satisfacción, la misma que componía el cubrimiento de la voluntad divina para el plano eternal y glorioso en que el Padre decidiera tenernos. Ya que el Señor hizo las edades, procuró que todo proclamara la gloria del Hijo, que era el eco de la suya propia. Los haces de luz convergente que conducen los tiempos y las sazones, no hacen si no conducirnos a la progresiva revelación de su voluntad, apuntando al plano eternal como algo que se consolidará y permanecerá por siempre, conforme a lo planeado con antelación; sin importar lo paradojal que ello nos parezca.
=== El que es el AURA DIVINAL (el resplandor de su gloria), no hace más que resaltar aquello que circunda. Cuando observamos detenidamente un cuadro con un paisaje, nuestra vista se posa en el paisaje, y no en el marco que lo rodea, y el propósito del Hijo era resaltar la imagen del Padre, siendo ello lo que nos revela la gloria y el afán del Hijo: que el Padre sea glorificado. Al hablar del Hijo como la imagen de su sustancia, se refiere al SER ESENCIAL QUE REVELA LA NATURALEZA DEL PADRE, LA DIVINA EXPRESIÓN QUE LO SOSTIENE TODO EN EL UNIVERSO, que ejecuta la divina perspectiva, y que hace que todo se torne a la imagen y semejanza de lo que quiere el Padre... y de aquí, el autor salta al panorama redentivo, para que todo lo que se ha descrito llegue a concretarse, conforme al deseo del Padre, y porque lo ha logrado en el modo más singular, adquiere el derecho de sentarse a LA DIESTRA DEL PADRE, honor que solamente le cabe a él, y que gustosamente comparte con nosotros para que entendamos quiénes somos, qué tenemos, y qué podemos lograr, mediante la justicia adjudicada que se verá transformada en gloria en aquel día.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 12/06/2017 MENSAJE # 1810
CUANDO LA DOCTRINA BÁSICA ACERCA DE CRISTO NOS ES EXPUESTA EN UNA FORMA SINTETIZADA, COMO EN ESTA PORCIÓN DE HEBREOS, NO NOS QUEDA MÁS QUE QUEDARNOS MARAVILLADOS Y EMBELESADOS POR LA GLORIA DEL DIVINO OBRAR. GRACIAS PADRE, POR SER QUIEN ERES, Y POR TU GRACIA EXTENDIDA PARA NOSOTROS EN TU SINGULAR BONDAD.
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