LAS OPERACIONES DIVINAS SE DISTINGUEN COMO SEÑALES, PRODIGIOS Y MARAVILLAS; Y LA MAYOR DE ELLAS ES EL SER UN INSTRUMENTO EN SUS MANOS PARA EVIDENCIAR LA GLORIA DE AQUEL A QUIEN REPRESENTAMOS. SI DIOS SE MUESTRA A TRAVÉS DE NUESTRO FLUIR COMO SIERVOS SUYOS, SEAMOS AGRADECIDOS, Y PERMANEZCAMOS ANÓNIMOS SIN SENTIRNOS MAL POR ELLO.

LIMA - PERÚ  VIERNES 02 DE OCTUBRE DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS

Hechos 9:32-35.

"Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor".

*** El protagonismo introductorio de Saulo de Tarso, deja lugar al pedrino fluir. Y el apóstol se estaba moviendo en la visitación a otros lugares aparte de Jerusalén, donde también ministró la Palabra de Dios, haciendo las tareas inherentes a su labor apostólica entre los grupos que en la región fluían a nivel eclesial; y fue en tales instancias que le comunicaron la triste situación del hermano Eneas, quien estaba paralítico desde hacía ocho años, con todo lo que ello implica a nivel personal y familiar. En ese momento, sintiéndose guiado por el Espíritu Santo, Pedro se dirigió al domicilio del hermano paralítico, sintiendo en cada fibra de su ser que la sanidad del tal era un hecho que no podía permanecer más como una carga dentro suyo, y apenas lo tuvo ante sí, Pedro refirió: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama". Y al igual que pasó con el cojo de nacimiento de la puerta la Hermosa, siendo sanado por el poder del Nombre de Jesús, así aconteció en este caso; y la parálisis se fue, y el maravillado hermano Eneas se incorporó, dando gloria a Dios, quien lo sacara de su miseria física, de su condenación, y de la falsa consolación de quien no admite la gloria de Dios revelándose en su vida, permaneciendo en su lecho hasta el tiempo de su recogimiento.

*** Dado que Eneas no era un "ilustre desconocido" en la región de Lida y de Sarón, el milagro de su sanidad, llegó a oídos de todos, quedándose asombrados de que algo así pudiera ocurrir; y entendiendo que esta sanidad era UNA SEÑAL de que la presencia de Dios seguía operativa en los discípulos de Jesús, los habitantes de aquel sector se convirtieron al Señor. 

*** Hemos de entender que entre la REFERENCIA existencial del Padre y del Hijo; y la PRESENCIA operativa de los tales, hay un mundo de DIFERENCIA. La divina esencialidad debe hacer notoria su EXISTENCIA  y su VIGENCIA, para que sea conocida su ESENCIA, su origen y su PROCEDENCIA; descartando así la posible incredulidad y escepticismo de los que, si no tienen una señal manifiesta ante sus ojos, entienden que no hay EVIDENCIA.

*** Aunque en el Señor Jesús existían las plenas facultades y dotaciones dadas por el Padre a su augusta persona, él no hacía un uso indiscriminado de ellas; y si hacía patente su poder y sus maravillas, no era para que se impresionaran con él; sino para dar testimonio de que el Padre actuaba a través de él. La nación judía precisaba de evidencias físicas y comprobables para dar un veredicto ACERCA DE LA FIGURA ANTROPOMÓRFICA QUE SE PRESENTABA ANTE ELLOS COMO EL MESÍAS. 

*** El accionar del Hijo de Dios no tiene nada que ver con el exhibicionismo y figurettismo que ha vuelto vulgar lo que era sagrado y revelacional, haciendo intrascendente lo que debiera ser la más fiel demostración de la capacidad operativa divinal en sus siervos. 

*** La soberbia humana convencional pretende hacer pasar a Dios como "el asistente del mago", o figura principal; y el nombre del Señor pasa a segundo plano mientras el "ungido" se promociona, con el fulgor de una gloria que no emana de él. 

*** Pedro posee la bendita y peculiar singularidad de la humildad, sabiéndose instrumento y recurso divinal, pero jamás se vio a sí mismo como alguien singular y poderoso; o único y digno de emular, aprendamos del apóstol que supo llevar la gloria del Señor en un vaso de barro, y que le dio la honra a quien debía tenerla: Dios.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  02/10/2015