LIMA - PERÚ SÁBADO 03 DE OCTUBRE DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS
Hechos 9:36-40
"Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Ésta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos, y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó".
*** Del milagro de la sanidad de Eneas, y las conversiones de mucha gente en Lida y Sarón cuando esto fue comunicado; Lucas pasa a un nuevo evento en la vida del ex pescador de Galilea (nótese la forma de fluir de Pedro en cada SEÑAL o milagro operado, y cómo su dependencia de Dios es algo que siempre el historiador de la iglesia refiere, queriendo que nosotros sigamos ese ejemplo de humildad y efectividad espiritual). El enfoque entonces nos lleva hasta Jope, y a otra discípula notoria entre el panorama fraternal por su brindarse entre ellos (¿Te has preguntado por qué algunas veces somos salteados por la vida, la sanidad, el gozo, la prosperidad, etc.? ¿No se deberá a nuestra actitud infraterna y egoísta?), que en el trámite de las visitaciones pedrinas, guiadas por el Espíritu, parecían surgir aquí y allá; siendo el Padre que, actuando soberanamente, hacía surgir los momentos y los eventos para hacer que su gloria se extendiera por doquier, como veremos por los resultados obtenidos.
*** Fue, pues, en el fluir visitacional de Pedro que se fueron dando las cosas que irían forjando parte del testimonio del apóstol a los judíos, mostrando la forma cómo actuaba el Padre con él. Todo lo que se describe aquí en forma sintetizada: la enfermedad repentina, la muerte trágica; el lavamiento del cuerpo de Tabita, el ponerla en una sala; la llegada de Pedro, etc.; son partes fragmentarias de un hecho que se condensaría en el tiempo como la antesala de la conversión de muchos en Jope. Pero, sigamos al autor en el proceso de estos hechos apostólicos, viendo cómo es pormenorizado el divino fluir en concordancia con los pasos seguidos en la esfera pedestre, siguiendo una cadencia y componiendo una sazón, trayendo gloria a Dios a cada paso.
*** Enterados los discípulos de la presencia de Pedro en Lida, no lo pensaron dos veces, y lo hicieron llamar mediante dos mensajeros que le urgieron para viajar hasta Jope, y ver qué se podía hacer por la agónica (y después fallecida hermana), sintiendo que la fe discipular apuntaba alto, esperando una resurrección; y si no, ¿para que llamar a Pedro; para dar algún responso, o alguna prédica post mortem? Así, pues, los mensajeros viajaron hasta Lida, y rogaron a Pedro que fuera con ellos. Apenas llegó, lo llevaron hasta donde estaba el cuerpo de Tabita. Todas las hermanas que amaron a Tabita en vida, presentaron ante Pedro el trabajo de amor de la difunta, dispensándose gratuitamente a favor de sus hermanos en la localidad, lo que debía motivar el corazón del apóstol (según suponían ellas) a darle a Dorcas un trato de orden preferencial (?); en fin, mas Pedro entendía que Dios no solamente pensara en alargar la existencia física de Tabita, sino en todos aquellos que, muertos espiritualmente, requerían verse afectados por la vida de resurrección.
*** Y así como el Señor solicitara que todos salieran de la casa de Jairo, el principal de la sinagoga, para devolverle la vida a su hija; así Pedro solicitó la salida de todos al exterior de la sala donde reposara el cuerpo; para desterrar junto con la muerte al ambiente póstumo que no contribuyese a la fe de quien tenía que operar en la intimidad con la Deidad. Si el dolor y las lágrimas de los circunstanciales asistentes al velorio hubiera ayudado en algo, ¡no habrían llamado a Pedro! Observemos al apóstol, quien orara en el sentido que Dios lo orientara, para luego volverse al cuerpo yerto, y ordenara al tripartito ser revivido por el Padre a levantarse; y la sierva del Señor despertó de su letargo mortal, estando cierta de que lo que había visto y oído donde estuvo, no era un sueño; mientras que estar abajo, sí lo parecía. Ella no se encontró con Pedro a las puertas del cielo con las llaves en su cintura; sino que se despertó, y vio a Pedro usando las llaves del reino para traerla de nuevo al área pedestre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/10/2015
LOS MOVIMIENTOS DIVINOS, SON MARCADOS POR EL FLUIR DE SUS REPRESENTANTES EN SUS ASIGNACIONES DONDEQUIERA QUE VAN. LAS SEÑALES, ACTÚAN COMO HITOS HISTÓRICOS DE ORIGEN CÉLICO-PEDESTRE, QUE DEJAN HUELLA ARRIBA Y ABAJO, PERMITIENDO QUE LOS CIELOS CUENTEN LA GLORIA DE DIOS, Y QUE LA TIERRA TENGA EN ELLA TESTIMONIO DE LA REALIDAD QUE LO AFECTA TODO DESPUÉS QUE JESÚS RECIBIERA AUTORIDAD EN EL CIELO Y EN LA TIERRA, FUSIONANDO AMBAS ESFERAS EN EL CONTEXTO DEL DIVINO BENEPLÁCITO.
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