viernes, 29 de julio de 2016

EL PANORAMA RELACIONAL HA DE SER BIEN ENTENDIDO PARA QUE NO SURJA NINGUNA DUDA SOBRE LA LIBERTAD DEL CREYENTE, Y EL CÓMO HEMOS DE DESHACERNOS DE UNA RELACIÓN QUE NO HA DADO LOS RESULTADOS APETECIDOS PARA LA GLORIA DE DIOS. ¿SERÁ POSIBLE LOGRARLO? PABLO, DICE QUE SÍ. ATENTOS A ELLO PARA NUESTRO FUTURO BIENESTAR.

LIMA - PERÚ  VIERNES 28 DE JULIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS

Romanos 7:1-4.

"¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios".

*** Introducción.-  Hasta el capítulo 6, la ley nos ha mostrado su incapacidad para justificarnos y su inhabilidad para santificarnos, porque no fue diseñada para ello. De ella se nos va a decir que:
(1) "Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado ante Dios" (Ro.3:20a);
(2) "Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase" (Ro.5:20);
(3) "Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley" (Ro.6:14).
Dados estos detalles preliminares, podremos analizar estructuralmente el capítulo 7, teniendo entendido que:
1) El creyente está libre de la ley por cuanto murió para con ella (vs.1-6).
2) Si bien la ley hizo que el pecado abundara, dada la tipificación del mismo, la ley EN SÍ MISMA no es pecaminosa (vs.7-13).
3) La ley no tiene poder alguno en contra de la carne, y no nos libra de ella (vs.14-25). De allí la crisis del capítulo 7, y su triste epitafio en aquella lápida dual que todavía se centra en el dilema.
Por eso el apóstol Pablo considera que este asunto aún no ha llegado a entenderse cabalmente, y la dualidad de aspectos que nos fueran presentados: 
(A) El servicio a la carne quedándose rezagados, y contaminados por el pecado hasta el total retroceso y renuncia a la fe; o 
(B) El servicio a la justicia, disponiéndonos para Dios y para que su nombre sea glorificado; y que todo debe ser ejemplificado para saber cómo es que se puede operar en esta vida binaria.

*** (Ro.7:1) Las uniones legales suponen un plano de autoridad y sumisión, y los principios que generan la vida en comunión comprenderán un orden que tendrá que ser obedecido en todas sus instancias. Y Pablo apela al conocimiento de aquellos que conocen la ley en su aspecto funcional más concreto. Dada la relación legal, surge un señorío sobre los que entran a ese pacto, y el apóstol referirá el cómo dicha ley se enseñoreará del hombre de por vida, pues esa es la duración de los pactos para los dos concertantes con los derechos y deberes que el mismo implica. Al entrar en pacto con Israel en el monte Sinaí, la nación israelita se comprometió de por vida con la Deidad, y aquel panorama legal sería el medio que mantendría el vínculo entre ambos. Así, el apóstol propondrá la relación con la ley de una manera simbólica, tomando la Deidad la figura del Marido, y el pueblo elegido en calidad de cónyuge. Veamos...

*** (Ro7:2) Aquí, ingresamos de lleno a una relación de tipo matrimonial, en el que dos personas han unido sus vidas para hacerse uno en el Señor, y procrear una familia que fluya con los principios regulados por el acuerdo en cuestión. Así, pues, la ley del marido va a ser la que domine la escena, y supedite todo a su matrimonial accionar (la ley ocupará el lugar del marido con sus derechos legales, siendo la nuestra la de la mujer casada y puesta bajo autoridad). Dado que la ley no es mudable, y como palabra de Dios que no conoce fin, no morirá jamás; ella (la mujer casada) no quedará nunca libre de la ley del marido, viviendo en el plano de una relación que sólo la hace infeliz, la condena y la anula. La perfección del cónyuge masculino es tan absoluta, que ella entiende que, mientras viva, no podrá sino ser una esclava de aquella relación que suponía su felicidad, y que sólo le trajo desolación y condenación. Su naturaleza deficitaria, la que paulatinamente descubriera, la hizo esclava para siempre. Todo esto es contemplado del lado femenino de la relación hasta aquí. Soñar con la muerte del marido es su constante quimera, consciente de que ello no pasará (Mt.5:17-18; 24:35).


*** (Ro.7:3) La posibilidad de unión con otro cónyuge, con menores demandas y más concesiones (de allí el concubinato con la idolatría y las pasiones adúlteras) que trae consigo el castigo y la condenación a muerte que corta aquella terriblee relación y su hipotética dicha; y otra vez surge el anhelo por la eliminación del marido, soñando despierta con su liberación, no deseando caer en adulterio. Las fallas constantes de la nación israelita trajeron a efecto la carta de repudio. Israel no volvería más a la presencia del esposo, a menos que operase la redención, lo cual la ley no contemplaba, y es por ello que se le ofreció un Redentor, teniendo éste que pagar con su muerte la inmensa deuda de pecado, siendo factible la redención por la muerte sustitutiva solamente. Y Dios le preparó un cuerpo, quitando lo primero para estabelcer esto último, mediante la vida de resurrección (He.9-10).


*** (Ro.7:4) Y Pablo le dice a la atormentada mujer casada que su liberación no vendrá con la muerte del marido, sino con la muerte suya (¿la invitaba Pablo al suicidio?). Te recomiendo que estés atento a su planteamiento. En esta parte, el apóstol pluraliza, y de "la mujer casada", pasa a "vosotros, hermanos míos", habéis muerto a la ley (el marido) mediante el cuerpo de Cristo (¡ojo aquí con la viuda!), para que seáis de otro (ya no habría adulterio), del que resucitó de los muertos (el meollo del asunto está en la novedad de vida), a fin de que llevemos fruto para Dios (apelando a la relación seminal con el nuevo cónyuge). El marido, pues, ¡NO MORIRÁ JAMÁS; Y SUS DEMANDAS, TAMPOCO! Ella va a ser la difuntita, para que pueda surgir una nueva relación sin ninguna condenación, bajo los parámetros de una nueva generación.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  28/07/2016

1 comentario:

  1. EL FIN DE UNA RELACIÓN QUE NOS FUERA CONTRARIA, AGOTADORA E INFELIZ DEBIDO A NUESTRA DEBILIDAD Y NUESTRA NATURALEZA DEFICITARIA. EL GOZO DE UNA NUEVA EN EL CONTEXTO DE UNA NUEVA NATURALEZA QUE NOS INTEGRA A UNA DICHA QUE CONTINUARÁ PARA SIEMPRE.

    ResponderEliminar