UN LARGO ATESTADO, TANTO COMO EL PRONTUARIO DE UNA RAZA CAÍDA QUE EXHIBE SU ONEROSA CONDICIÓN ORGULLOSAMENTE, IDENTIFICÁNDOSE CON ELLA Y GLORIÁNDOSE EN PERTENECER A LAS LARGAS HILERAS DE LOS CONDENADOS POR LAS EDADES; NOS ES PRESENTADO AQUÍ EN UN ORDEN DEGRADANTE, ENTENDIENDO POR ELLO EL LÓGICO RESULTADO.

LIMA - PERÚ  DOMINGO 03 DE JULIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS

Romanos 1:29-32.

"Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que la practican".

*** Un atestado es un instrumento oficial en que se da fe de un hecho, aquí equivaliendo a un testimonio acusatorio de veintitrés delitos que ameritan un juicio. A este nivel es al que se llega después que se rechaza a Dios y su palabra, abominando sus principios, y dedicándose a dejar fluir lo que se lleva dentro estando Dios ausente. Hemos de notar que lo primero que acusa el apóstol es que esta gente está atestada de TODA INJUSTICIA, indicando con ello que no hay razón ni justicia que pueda aplicarse a los hechos que la identifican. A continuación, el apóstol observa cada una de las cosas que componen esta injusticia que ameritan el juicio divino. Cita de inicio la fornicación (porneia en griego), término aplicado a todo desorden de tipo sexual, desde el voyeurismo, el estupro, la pornografía, la violación, el adulterio, el homosexualismo, etc.; que impulsa la perversidad (abandonando lo natural, para aceptar lo contranatural y lo pervertido para reemplazar lo asignado divinamente); la avaricia (ese afán desordenado por poseer y adquirir riquezas para atesorarlas), la maldad  (calificando el deseo y la acción del malo); y aquí el apóstol pasa a las características del fuero interno en su afán por lo que otros poseen o tienen, ocasionando el pesar por los ajenos bienes, la envidia, que lleva a los homicidios, las pugnas, los timos, y el continuo mal obrar. De allí, se desata la murmuración, el chisme, la injuria; echándole la culpa a Dios o a otros de las desgracias propias, pretendiendo ignorar que ellos mismos son los causantes de todo lo que les acontece como consecuencia de sus maldades.

*** La soberbia, la altivez, el tramar el mal en nuevas formas, la rebeldía contra las figuras de autoridad (los padres, la policía, los jueces, los gobernantes); la testarudez, la deslealtad, el no sentir ni el brindar afecto alguno, que los torna fríos e inescrupulosos, haciéndolos implacables e inmisericordes para con sus semejantes. Lo peor de todo esto es que ellos lo hacen de manera consciente, en el uso pleno de sus facultades mentales, y de que Dios hará un juicio sobre todo ello, condenándolos irremisiblemente; no sólo lo hacen, sino que se complacen observando el sadismo de otros, satisfaciéndose y siendo cómplices de las maldades de otros, bajando el pulgar al más puro estilo de los circos romanos de muchos siglos atrás. Tanto el cine como la televisión están llenos de sucias novelas, maldades, violencias, asesinatos, y públicas expresiones de lo que representa la intimidad del tálamo, en las forma más vulgares y desprejuiciadas, y en horario de "protección al menor"... ¡Tremendo saludo a la bandera!

*** El apóstol no sólo nos comenta este hechos para que nos preocupemos o condolamos con los demás; sino que nos llama al repudio de todas estas cosas, llamándonos a apartarnos, y a buscar gloria, honra e inmortalidad con todos los que de corazón puro buscan al Señor, yendo en pos de una herencia que nos exige la santidad para obtenerla y disfrutarla.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  03/07/2016