LIMA - PERÚ SÁBADO 18 DE JULIO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APóSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 16:5-9.
"Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros por algún tiempo, si el Señor lo permite. Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios".
*** La planificación paulina sobre su periplo apostólico implica el plano íntimo que sostenía con los destinatarios, siendo por ello que el apóstol describe con lujo de detalles los pasos a dar y el lineamiento a seguir para su labor ministerial. Ya que Corinto le quedaba de camino en ese viaje, aprovecharía la ocasión para estar con ellos, y dada la rudeza climatológica de aquellos sectores, podría ser que invernara en la más cómoda ciudad de Corinto.
*** Su viaje a Macedonia era categóricamente necesario, y Pablo se movía bajo la guianza divina, y en un curso claro de prioridades para hacer más efectiva su labor misionera, y cubrir la totalidad de sus consignas. La naturaleza peculiar de los corintios (algo que contemplamos con ustedes a lo largo de este estudio en los capítulos anteriores, desarrolló en el corazón del apóstol un afecto singular por estas personas), y aunque ello no significara para Pablo una adecuada sustentación (a los corintios no les costó nada recibir lo mejor de la vida de Dios a través del apóstol Pablo, ministrándoles gratuitamente el evangelio una y otra vez), el siervo de Dios se esforzó y actuó para beneficiar a esta casta helenista con un desmesurado amor fraterno por sus almas. El negocio paulino no componía el ganar dinero con sus labores ministeriales, sino en ganar almas para el reino de Dios. Así era el corazón de este hombre de Tarso.
*** Pablo insiste siempre en su autoridad espiritual coherente con los planes divinos, y el honor de contar con su presencia por su llamamiento y elección. Él había entendido lo que era ser una bendición, y cargar con ella para distribuirla equitativamente entre los elegidos del Señor, no dejando nada guardado, volcando todo lo que tenía de Dios, "echando su pan sobre las aguas" (Ec.11:1).
*** La carga de su corazón (en el panorama profético y evangelístico) tenía destinatarios que Dios ya había especificado, y cada viaje misionero (para fundar o consolidar), tenía a este heraldo repartiendo las noticias de arriba donde fuera, no dejando reposar su shofar o trompeta, anunciando por doquier la Palabra de Dios. Las conferencias que daría en Corinto eran de inapreciable valor, y eso le tomaría un tiempo considerable, deseando por ello un tiempo para realizar su anhelo con ellos.
*** Para junio, estaría en Éfeso, porque el Padre había abierto una puerta amplia al evangelio, y había un gran número de personas para ganar; y como es de imaginarse; el diablo había levantado a muchos de sus colegas (adversarios) para evitar que las buenas nuevas se difundieran desde ese punto tan estratégico, multiplicando exponencialmente el número de conversiones. La exposición del evangelio a las multitudes compone la esencia de la guerra espiritual, pues la pureza esencial de la Palabra divina es el grito divinal que derriba los muros de Jericó; la vara de la autoridad que abre el mar rojo; el arca que abre el Jordan; el martillo que quebranta la piedra, etc. La adversidad del enemigo no es el dilema principal, sino el silencio cómplice de quienes omiten ser siervos útiles al Señor, evitando que la Palabra de Dios corra y obre eficazmente. No dejemos de hablar de lo que hemos visto y oído, y que compone la esencia de nuestra realidad espiritual trascendente.
EFRAÍN ARTUJRO CHÁVEZ ESPARTA 18/07/2015
AL CONCLUIR ESTA EPÍSTOLA, PABLO COMPARTE CON LOS CORINTIOS SUS VIAJES MISIONEROS, SU PASO POR MACEDONIA, MUY AL NORTE DE CORINTO, Y SU DESPLAZAMIENTO HASTA ELLOS DESPUÉS, PARA MINISTRARLES ENJUNDIOSAMENTE SOBRE LO QUE DIOS PARA ELLOS TENÍA; Y LUEGO, ENRUMBARSE POR EL MEDITERRÁNEO HACIA ÉFESO, TORNANDO AL ORIENTE PARA CUBRIR SU PROLÍFICA LABOR EN AQUEL LUGAR TAN ESTRATÉGICO PARA LA DIFUSIÓN Y LA DIVULGACIÓN DEL EVANGELIO.
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