LIMA - PERÚ JUEVES 16 DE JULIO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 15:55-58.
"¿Dónde está, o muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad frmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano".
*** La irónica pregunta que brota de la pluma apostólica, debe ser considerada como un desafío a la muerte misma como principado, haciéndole ver que su dominio sobre el género humano ha concluido; y esta no es una frase simbólica, sino un hecho espiritual válido por toda la cronología neotestamentaria. Aunque la muerte física continuara por la vida cíclica de modo generacional (afectando nuestra vida natural), ya no era un poder que intimidara la existencia de los creyentes, habiendo perdido su trascendencia al mandar a sus víctimas al lago de fuego o a las prisiones del hades, reteniéndolas allí hasta su final condenación.
*** Por eso el Señor, al penetrar en la esfera del hades y de la muerte, ministró el evangelio a los espíritus encarcelados (1P.3:18-19; Ef.4:8-9), para llevarse consigo la cautividad, dejando vacía aquella parte separada por una sima o abismo que mantuviera en la esfera subterránea a todos los que habían partido, y que a partir de su resurrección recibieran su lugar en la casa del Padre (Lc.16:22-26).
*** El aguijón de la muerte era el pecado (aquella arma o recurso con el que mataba a sus víctimas); implicando que si nunca se hubiera pecado, la muerte no hubiera entrado en la esfera de la vida humana. Cuando la ley testificó la maldad humana como algo que Dios rechazara, todos quedaron incursos con aquella acusación, estando conscientes de la condenación que sobre todos recayera, confinándolos para siempre a la separación de la Deidad.
*** Y es aquí donde Cristo interviene, promoviendo con su muerte vicaria el perdón de los pecados y la supresión de la condenación. Y por medio de su Señorío en la vida de los hijos de Dios, lograría en nosotros la santidad de los herederos, introduciéndonos en el reino como nuestro hábitat particular. Si nos mantenemos con él, seremos salvos por su vida (Ro.5:10)
*** La solicitud paulina para los que han entendido su rol protagónico, no es el legalismo; sino la continuidad en la fe (firmeza y constancia), la cual nos trae el crecimiento espiritual, haciéndonos colaboradores de Dios en el plano corporativo a tiempo completo, obteniendo réditos eternos. Vamos, pues, por nuestras coronas obedeciendo a la fe.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/07/2015
*** Por eso el Señor, al penetrar en la esfera del hades y de la muerte, ministró el evangelio a los espíritus encarcelados (1P.3:18-19; Ef.4:8-9), para llevarse consigo la cautividad, dejando vacía aquella parte separada por una sima o abismo que mantuviera en la esfera subterránea a todos los que habían partido, y que a partir de su resurrección recibieran su lugar en la casa del Padre (Lc.16:22-26).
*** El aguijón de la muerte era el pecado (aquella arma o recurso con el que mataba a sus víctimas); implicando que si nunca se hubiera pecado, la muerte no hubiera entrado en la esfera de la vida humana. Cuando la ley testificó la maldad humana como algo que Dios rechazara, todos quedaron incursos con aquella acusación, estando conscientes de la condenación que sobre todos recayera, confinándolos para siempre a la separación de la Deidad.
*** Y es aquí donde Cristo interviene, promoviendo con su muerte vicaria el perdón de los pecados y la supresión de la condenación. Y por medio de su Señorío en la vida de los hijos de Dios, lograría en nosotros la santidad de los herederos, introduciéndonos en el reino como nuestro hábitat particular. Si nos mantenemos con él, seremos salvos por su vida (Ro.5:10)
*** La solicitud paulina para los que han entendido su rol protagónico, no es el legalismo; sino la continuidad en la fe (firmeza y constancia), la cual nos trae el crecimiento espiritual, haciéndonos colaboradores de Dios en el plano corporativo a tiempo completo, obteniendo réditos eternos. Vamos, pues, por nuestras coronas obedeciendo a la fe.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/07/2015
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ResponderEliminarEL APÓSTOL RESALTA AQUÍ LA VICTORIA FINAL SOBRE LA CONDENACIÓN, LA SUPRESIÓN DEL PODER DE LA MUERTE COMO UN HECHO ACTUANTE QUE, AMENAZANDO LA EXISTENCIA HUMANA, LLEVARA CAUTIVA A LA GENTE QUE SE SUJETARA AL TEMOR DE MORIR COMO SENTIDO VITAL (HE.2:15), PERDIENDO LA PERSPECTIVA CORRECTA DE UNA VIDA FELIZ Y SEGURA AL LADO DEL SEÑOR, QUIEN NOS REDIMIERA DE LA MALDICIÓN DE LA LEY, Y NOS MANTUVIERA EN LÍNEA CON LA ACEPTACIÓN DIVINAL EN EL PROCESO SANTIFICANTE Y TRANSFORMADOR QUE NOS LLEVARA A LA GLORIA COMO HIJOS SUYOS.
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