domingo, 24 de julio de 2016

LA MUERTE Y LA VIDA, COMO HECHOS CONTROVERSIALES E INALTERABLES, HAN DE MANTENERSE VIGENTES EN NUESTRO MODO DE PENSAR, PARA QUE SEPAMOS CÓMO ACTUAR FRENTE A CADA SITUACIÓN QUE SE NOS PRESENTE. EL SEÑORÍO DEL PECADO Y DE LA MUERTE, CONCLUYÓ. AHORA LA VIDA Y LA PIEDAD SON NUESTRO BAGAJE PARA ALCANZAR NUESTRA META. ¡NO LO OLVIDEMOS!

LIMA - PERÚ  DOMINGO 24 DE JULIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS

Romanos 6:8-11.

"Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro".

*** Introducción.- El inicio de este capítulo 6 propone el hecho que estamos MUERTOS AL PECADO como una realidad en la que se ha de fluir el resto de nuestra peregrinación. Cuando nuestra consciencia del hecho se ve interrumpida por algún engaño satánico, una confusión súbita, o un arrebato emocional; esta convicción comienza a desaparecer del plano real, y comienza a desdibujarse en el horizonte; y un sentimiento de orfandad le hace compañía al temor que el enemigo nos inyectó, haciéndonos dudar del cuidado divinal y de la firmeza de sus promesas que componen nuestro recurso básico para solventar espiritualmente a nuestra aún novel convicción. Es por eso que el apóstol insistirá en este hecho como premisa básica del haber espiritual que hemos de manejar para el oportuno alcance de nuestra herencia de orden regio.

*** (Ro.6:8) ¿Hemos notado cómo las fiestas jubilares de la primavera se juntan en un período de tres días casi consecutivos? El 14, el 15 y el 17 de Abib (Pascua, levadura, panes ácimos). Así también la muerte de Jesús, su sepultación y su resurrección se verificaron en las fechas indicadas, implicando que el pago por el pecado se había cumplido, y que la invitación a comer panes sin levadura (vivir apartados del mal diariamente, hasta que el tiempo de la gracia se haya cumplido), nos invitaba a considerar la gracia divina (dos mil años de gracia=dos días para Dios), hasta que la plenitud se hubiera alcanzado, para impartir vida de resurrección a cada creyente, y resucitarlos con Cristo para un plano eternal en conformidad a su propósito. La muerte, pues, y la vida que de ésta emerge (de resurrección), son consideradas para entender que están separadas en consigna, pero juntas en perspectiva. Así, la muerte, elimina la naturaleza adámica en nosotros, junto con su condenación; y la vida nueva hace surgir nuestra eternal investidura para que glorifiquemos al Dios vivo histórica y proféticamente. ¡Si moriste con él, ten la seguridad de que vivirás con él!

*** (Ro.6:9) Junto con este renacer en Cristo, nuestra conciencia se ve enriquecida con una línea de pensamiento renovadora; y es que Dios ubica en nuestras mentes y corazones esta visión, el hecho de que la muerte ya no tiene más opción sobre él, que la venciera de modo inobjetable. Las barreras dimensionales que surgieran entre la muerte natural, y la vida sobrenatural, pueden ser vistas en planos paralelos; pero nunca más juntas otra vez. El señorío que antes tuviera la muerte pasó a ser algo histórico, mas al no poder retener a Jesús en la tumba, se comprobó que la VIDA GENÉRICA ADQUIRIDA, NO PODÍA SER RETENIDA POR LA MUERTE, cesando así su poder como algo absoluto, viniendo a formar parte de la lista de reyes vencidos durante el trámite de la conquista de la tierra de promisión, equivalente a la vida eternal. De allí para adelante, todos los redimidos hemos de ver a la muerte como cuco que ya no espanta, siendo DUEÑOS DE UNA VIDA TRASCENDENTE.

*** (Ro.6:10) Y aquí, el apóstol hace una formal declaración de independencia que debe ser conocida de memoria por todos los santos del Altísimo: "Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas (no habiendo lugar a repeticiones posteriores); mas en cuanto vive, para Dios vive"; debiendo recitarlo nosotros así: Porque en cuanto morí, al pecado morí UNA VEZ POR TODAS; mas en cuanto vivo, PARA DIOS VIVO; aplicándonos así tanto la muerte por sustitución, como la vida por resurrección. El primero, para separarnos de lo naturalmente adámico; y el segundo, para fusionarnos con la realidad de la vida sobrenatural que en nosotros opera según Dios. Ambos, en calidad de valores absolutos e inalterables.

*** (Ro.6:11) Este, pues, es el legado de amor que Dios el Padre nos ha concedido para que sea nuestro estandarte frente a las agresiones del enemigo, y tiene que ver con nuestra actitud ante él: "CONSIDERAOS MUERTOS AL PECADO". La palabra considerar es un término contable, crematístico; y nadie hace cuentas con valores imaginarios, sino con el haber que se posee real y efectivamente. No es que Dios nos diga que imaginemos, que "hagamos de cuenta" como en nuestros juegos fantásticos o fabulaciones típicas de la niñez. Pablo nos habla aquí de valores absolutos, "contantes y sonantes", que otorga Dios, que nosotros contamos, y que el diablo admite como algo muy real e ineludible, y que abofetean su malhadado rostro cada vez que a él nos enfrentamos. Esa misma medida de fe la hemos de aplicar a nuestro VIVIR PARA DIOS EN CRISTO JESÚS, lo cual es la garantía de que triunfaremos sobre toda oposición por causa de la vida que en nosotros se manifiesta. El Señorío de Jesús se opondrá al enemigo, y nosotros pasaremos de largo rumbo a la gloria que compone nuestra herencia.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   24/07/2016

1 comentario:

  1. LAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA VIDA Y LA MUERTE DEL SEÑOR JESÚS, SUS VALORES, SU SENTIDO, Y LA CONFESIÓN DE FE QUE DEBE ESTAR EN LA BOCA DE CADA CREYENTE ACERCA DEL PODER DE LA VIDA DE RESURRECCIÓN, Y LA EFICACIA DE ÉSTA PARA ALCANZAR EL NIVEL QUE NUESTRA HERENCIA EXIGE DE NOSOTROS

    ResponderEliminar