CADA FIESTA JUBILAR TUVO UNA MANIFESTACIÓN, UN HORARIO, Y UNA FECHA PARA CUBRIRSE Y CUMPLIRSE. LAS FIESTAS DE LA PRIMAVERA SE HABÍAN CUMPLIDO: PASCUA, PANES SIN LEVADURA, NUEVO GRANO; Y FALTABA LA DEL MES DE JUNIO, LA DE PENTECOSTÉS; Y TODO DEBE HACERSE EN SU TIEMPO. ¿YA SE HAN CUMPLIDO EN TU EXPERIENCIA PERSONAL?

LIMA - PERÚ  VIERNES 24 DE JULIO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS

Hechos 1:4-5.

"Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días".

*** El programa divinal seguía su curso entre los escogidos de una manera seminal, ya que mediante estos once (que en breve serían doce nuevamente), el Señor forjaría la Iglesia del Dios viviente, habiendo quedado un remanente de 108 discípulos más que se hallarían en el aposento alto esperando la promesa del Señor, como veremos más adelante.

*** El Señor Jesús en una postrer directiva, conminó a los apóstoles; y a los discípulos activos y profesantes; que aguardaran por el celeste revestimiento, para que en la ideal condensación divino-humana se ejecutara el orden divinal neocreacional que llenaría el mundo con una gran consciencia regia a través de la ministración del Evangelio del Reino. Todo mensajero del reino debía estar celestialmente revestido con la autoridad y el poder oportunos para llevar a cabo un rol protagónico y eficaz en lo inherente a la regia perspectiva.

*** En esta reunión de la grey, de una manera muy especial, Jesús les participó la necesidad de la fusión célico-pedestre para activar eficazmente el propósito divinal inmediato; así como pasara con él según lo expresado en Mateo 28:18: "Y Jésús se acercó y les habló diciendo: TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA...". Nótese lo necesario que fue que dicha fusión se realizara primero, para activar el discipulado de orden internacional; la necesidad luego de una identificación (el bautismo), y LA ENSEÑANZA de lo que componía el cuerpo de la verdad doctrinal; para que la obediencia a los divinos principios de un modo constante y regular, permitiera la comunión y amparo celestiales sobre todos los que Dios llamara al panorama ministerial, convirtiéndonos en comunicadores de los valores eternales (Mt.28:19-20).

*** Era de una importancia vital y coyuntural que la promesa del Padre envolviera a los creyentes con un sello distintivo, los identificara y empoderara, y los constituyera en embajadores de una realidad viviente que sería establecida permanentemente. Cada vez que Dios inicia algo, él ya ha arreglado y aparejado las cosas para que lleguen a alcanzar de manera plena su objetividad. Independientemente de que algunas cosas parezcan no haber alcanzado plenitud, el Señor nos hará saber que eran complementarias, accesitarias, y que estuvieron diseñadas para que lo que había de permanecer obtuviera su propósito. Dios, pues, hará uso de lo perentorio, para que lo que él creó para el plano eternal alcance su desarrollo, y su nombre sea glorificado.

*** Lucas describe la promesa del Padre como un bautismo, un total empapamiento de la naturaleza divinal que cobrara la forma de nuestra integridad, la impregnara, e hiciera de una segunda piel (¿una panoplia?); de un regio revestimiento que pudiera ser percibido por otros como una realidad que nos envuelve, identifica y postula como parte integral de su esencia eternal. Si nos acordamos que Adán, antes de la caída, estaba revestido de la gloria de Dios; una característica que dejó de identificarlo después de la transgresión; viéndose el Padre en la necesidad de revestirlo de pieles de animales sacrificados, apuntando a su redención y justicia como gracia divinal. Por ello Pablo ilustra la caída como estar "destituidos de la gloria de Dios" (Ro.3:23); y será el Espíritu Santo de nuestro Dios el que nos dará aquel regio revestimiento que tan necesario es para disfrutar del Edén que compone nuestra vida relacional con el Padre.

*** La autoridad, el poder y la gloria divinales, son las manifestaciones de la esencia que nos ha sido impartida, proponiendo la presencia del Padre como algo que nos ocupa, nos envuelve y nos preside. Ello es un hecho real que la carne no apreciará desde su limitada percepción de las cosas; y será cuando nuestra sensibilidad espiritual despierte a su realidad trascendente que nos tornaremos conscientes de nuestra realidad tripartita, operando a todo pulmón en nuestra esfera correspondiente. Dejemos que la gloria de Dios, por su Espíritu Santo, nos llene, y que nos gratifique con su celeste esencia, hasta embriagarnos de su naturaleza, y experimentemos un gozo sin fin.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  24/07/2015