martes, 7 de julio de 2015

LA RESURRECCIÓN LE PONE PUNTO FINAL AL ABSURDO RÉQUIEM QUE EL ENEMIGO PRETENDE QUE CANTEMOS EN UN LUTO ETERNO. LA ROCA QUE SE MOVIÓ EN LA EX TUMBA DE JOSÉ (MT.27:60) DEJÓ SALIR LA VIDA GENÉRICA QUE NO PUEDE YA MÁS MORIR, POR ESO LA PUERTA NO SE VOLVIÓ A CERRAR JAMÁS, PORQUE NO PUEDE SER IMPEDIDA AQUELLA VIDA QUE SIGUE RECLAMANDO DÍA TRAS DÍA LA TENENCIA DE CADA ALMA CREYENTE QUE PARTE A CELESTES REGIONES PARA EL DISFRUTE DE SU HEREDAD ETERNAL: LA VIDA DE RESURRECCIÓN.

LIMA - PERÚ  MARTES 07 DE JULIO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.

Primera de Corintios 15:18-21.

"Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos: primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos".

*** Pablo continúa aquí dentro de la paradoja que ministráramos ayer comenzando con el v.12, postulando la palabra de la resurrección como una necedad si ésta a fin de cuentas no es dable ni real. Si así fuera, nuestra realidad sólo puede requerir una gloria póstuma, un réquiem o cántico fúnebre que proclame un total desencanto, una decepción desesperada y final que suprima la más tenue esperanza; la que Pablo declara en estos términos: "Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana (sin valor ni sentido); aún estáis en vuestros pecados", es decir, bajo la condenación. Y ello nos llevaría a una catástrofe mayor (v.18), quitando la esperanza a todos los que murieron en el Señor, pues todos se habrían ido al infierno. Y ahora viene el epitafio en las imaginarias lápidas de nuestras conciencias atormentadas: Que si esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todo el género humano.

*** El apóstol describió un cuadro desolador y trágico en extremo, dejando en la inopia a todos los que mostraran fe en el Señor Jesús, haciendo surgir el vacío en el corazón de los creyentes, y dejando pasmados a todos con estas declaraciones tan deliberantes. Pero, es aquí donde Pablo le pone punto final a su ironía doctrinal, y hará uso de esta figura literaria para demostrar que la resurrección es un hecho en sí misma, y en lo que postula y reclama para nosotros a futuro.

*** "Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho" (v.20). La falsa aseveración llega a su fin aquí, y Pablo golpea como con una maza de hierro las quijadas del maligno, preparando la fiel demostración de su hipótesis, promoviendo la realidad de su tesis: Si Cristo resucitó, sí hay resurrección; y nosotros, resucitaremos también. Todas aquellas personas que volvieron a la vida, y se volvieron a morir; no fueron resucitados, sino revivificados. Porque se había establecido que Jesús fuera el Primero de entre los muertos que resucitaría con la vida genérica que a todos los santos afectaría, con esa clase de vida que no puede ya más morir, porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (Lc.20:34-36,38).

*** ¿Cómo podemos demostrar el hecho de la resurrección de tal manera que no haya duda alguna respecto a su realidad y realización? Hemos de retroceder hasta los orígenes para poder comprenderlo. La muerte entró por un hombre. Adán, en su pecar, se constituyó en la muerte que sigue operando sobre todo el género humano. 

***Él, Adán, fue la puerta que permitió que la muerte llegara hasta nosotros generacionalmente. La vigencia de la muerte nos permite ver que la herencia obtenida es real y trascendente. Pero también hemos de recordar la promesa divina de Génesis 3:15 y 21. Ahora, si lo de la suerte común de la humanidad fue algo cierto, y está vigente hasta hoy; el revestimiento de justicia que recibiera la primera pareja, era la garantía divina de lo que se obraría en el contexto de la cronología humana allá, en la cruz del Calvario, en la tumba de José, y de las consecuencias de la muerte, sepultación, resurrección, ascensión y entronamiento del Hijo de Dios; algo de lo que hoy tenemos pleno conocimiento, que nos afecta, nos regenera, nos reviste, y nos ubica como hijos amados de nuestro Dios, exactamente a la imagen y semejanza del primogénito de toda la creación, y primogénito de entre los muertos.

*** Así, pues, Adán hizo trascender la muerte; pero Jesús hizo trascender la vida genérica de resurrección; la misma que debutó allá en la tumba de Jerusalén, llevándose cautiva la cautividad a la presencia del Padre sin que nada ni nadie lo pudiera impedir. Aquella puerta abierta del huerto, sigue hoy abierta, y por allí van saliendo todos los prisioneros de esperanza hacia su herencia eternal, aquella vida trascendente que no puede ya más morir.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   07/07/2015

1 comentario:

  1. CUANDO RECIBIMOS ADECUADA ENSEÑANZA, Y NOS VOLVEMOS EN FE HACIA LOS VALORES ESPIRITUALES COMPARTIDOS, EL GOZO DE NUESTROS CORAZONES NO PUEDE SER DISMINUIDO, Y NUESTRA CERTEZA, NO PUEDE VERSE MENOSCABADA; ANTES BIEN, SE ASIENTA EN NUESTROS INTERNOS FUEROS, Y LA SONRISA ACUDE A NUESTRAS FACES HACIENDOLE SABER AL ENEMIGO QUE NUESTRA SEGURIDAD TRASCENDENTE ESTÁ INCÓLUME.

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