domingo, 28 de agosto de 2016

EL APÓSTOL NOS PLANTEA EL VALOR INCONMENSURABLE DE LAS RIQUEZAS DIVINALES, DE SU SEÑORÍO EN EL TRÁMITE DE LAS EDADES, DE SU GOBIERNO SOBERANO RIGIENDO LA CRONOLOGÍA HUMANA A SU SAZÓN, DE LA TODO SUFICIENDIA DIVINAL PARA CUBRIR A SU MANERA Y A SU ESTILO SU PROPÓSITO ETERNAL. PARA ÉL SEA TODA LA GLORIA.

LIMA - PERÚ  DOMINGO 28 DE AGOSTO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS.

Romanos 11:33-36.

"¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén".


*** Introducción.- Hemos sido gratamente sorprendidos por el nivel de entendimiento que el Padre compartiera al apóstol para entregarnos de modo pormenorizado todo el trabajo de amor que la Deidad se tomara para lograr su objetivo durante el trámite de la cronología humana, integrándonos corporativamente, y haciéndolo de tal modo en estas veinte centurias, que no quedaran dudas sobre su bondadosa intención para con sus elegidos, arqueo y neo testamentariamente. Tan es así, que la proclama del apóstol en los versos siguientes nos revela que él mismo se sorprende de lo que Dios le impartiera para nuestro conocimiento. Dios halló en Pablo al sujeto más oportuno para tal cometido.

*** (Ro.11:33) Esta porción del mensaje contiene el sentir del hombre de Dios respecto a las cosas que él le mostrara para que en el trámite de los veintiún siglos siguientes, todos tuviéramos un sano entendimiento del divino fluir, nos aceptemos mutuamente, y nos liguemos voluntariamente a su beneplácito, obrando en consecuencia con su perspectiva. Tres aspectos de la divina realización son reconocidos por Pablo aquí: 

1) Las riquezas.- refiriéndose a la abundancia de las cosas que tiene el Padre para la ejecución de su voluntad abierta y misteriosamente. Nuestra limitada mentalidad debe recorrer el plano revelacional en la medida en que el Padre la comparte, encontrándose la imaginación en un limbo que no es capaz de captar con todo lo que ella puede asumir, sopesar o idear, abismándonos hasta el extremo.


2) La Sabiduría.- Los trazos divinos, tan amorfos e indescriptibles a veces, nos hacen ver el uso que Dios hace del tiralíneas en el paisaje estelar, componiendo cosas, tiempos, sazones, personas y circunstancias, en divinos disloques, en una confusa urdimbre que siempre deja en nosotros una interrogante sin aparentes respuestas, las cuales se irán produciendo según el tiempo que nos dediquemos a observarlas quietamente, discerniéndolas en el Espíritu cuando el divino pensar nos lleva a utilizar sabiamente la mente de Cristo, rindiéndonos a sus trazos difusos, a sus indescriptibles e indefinibles movimientos, yendo y viniendo en un arrítimico vaivén que nos dejará pasmados, hasta que en la generación que nos corresponda podamos captar el intento divino, definiéndolo según su sabiduría.

3) La Ciencia Divina.- Dado que Dios trabaja planificándolo todo de principio a fin; siendo plenamente consciente de lo que ha sido, es y será; carece de movimientos repentinos o exabruptos, o de arreglos de última hora. La multitud de matices, infinitos como son en Dios, no lo aturde ni lo confunde, sino que cada haz de luz del arco iris contiene sus nueve colores en un correcto degradé (incluyo aquí el ultravioleta y el infrarrojo), transformándose en blanca luz al atravesar el prisma invertido que lo devuelve a su manifestación más simple para el ojo humano, impartiendo así su sapiencia, su anhelo y su perspectiva a las mentes y corazones más dóciles a su influjo (habiendo por ello un solo Espíritu Santo que imparte en nueve manifestaciones sus gloriosas dotaciones; y su fruto en nueve formas que componen un carácter conforme al corazón de Dios). ¡Hay tantas cosas por saber, entender y explicar...Así es Papá!


Y cuando intentamos captar la medida de sus juicios, nos quedamos tan abismados, que la mente exige volver al puerto de la Cordura, dejando inconclusa aquella aventura que se difunde tanto en aquel paisaje divergente que atemoriza a las almas simples; y que reta a los que son prisioneros de esperanza, quienes conscientes de un más allá que responde a sus perspectiva, esperan a su Rodrigo de Triana en el nido de cuervo gritar que lo que buscaban de dibuja en el horizonte. Pero nos es imposible profundizar, hasta que aquel que entiende lo profundo de Dios, nos revele por el Espíritu la divina intención. El sondeo de la mente natural y finita, puede filosofar y teorizar; pero sólo la mente de Cristo SABE. La inescrutabilidad de sus caminos nos dejará siempre perplejos, azorados y estupefactos, porque no se pueden seguir las huellas del águila en el aire; de la nave en el mar; ni las del furtivo amante en la doncella; y agradecemos porque la culebra no deja huella sobre la Peña. ¡Bendito Dios!

*** (Ro.11:34) Al interrogarnos el apóstol de quién ha sido capaz de entender la mente del Señor, hemos de reconocer que no hay mente capaz de captar la mente del Padre según su sazón (Job 26:14). De no ser por el conocimiento revelacional, jamás habríamos de colegir el divino pensar, ¡por eso requerimos de la mente de Cristo, de la unción del Espíritu Santo! (1Co.2:16b; 1Jn.2:20,27). Y cuando hace la interrogante que Isaías planteara en el capítulo 40:12-14. ¿Comparar a Dios? ¿Con quién? Asumir que Dios tuvo alguna vez necesidad de algún consejero, tutor o corrector, es algo blasfemo y profano.

*** (Ro.11:35) Este verso, tomado de Job.41:11, propone la pregunta de si Dios le debe algo a alguien, si recibió alguna ayuda; y la respuesta sólo puede ser una, reconocerlo como el Todo suficiente, como El Shaddai; el que lo es todo,  y tiene todo para darle a todos todo.

*** (Ro.11:36) Aquí Pablo reconoce que todo se origina en Dios (de él); que él es la causa de todo lo que es y existe (por él); y que todo tiene en él su sentido y realización (para él). Sí, para él son todas las cosas, y él es el único cuya gloria no se apagará, y quien puede impartirle esa gloria a las estrellas que brillen a perpetua eternidad (Mt.13:43; Dn.12:3).

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  28/08/2016

1 comentario:

  1. UNA ADECUADA COMPRENSIÓN DEL DIVINO OBRAR LLEGA HASTA NOSOTROS POR LA MEDITACIÓN DE LA PALABRA ESCRITA. SI SOMOS ESCRUTADORES DILIGENTES DE LA PALABRA DE DIOS ALCANZAREMNOS UN PLENO ENTENDIMIENTO, Y NUESTROS CUESTIONAMIENTOS AL DIVINO OBRAR SERÁN RESUELTOS PROLÉPTICAMENTE. PABLO PONE A NUESTRA DISPOSICIÓN EL FLUIR DIVINAL CON EL FIN DE CONSEGUIR DIOS SU PROPÓSITO EN LAS EDADES.

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