EL PODER DE LA PALABRA, NOS ES PRESENTADO CON SINGULAR DESTREZA POR SANTIAGO, REVELANDO EL ENORME POTENCIAL QUE TIENE LA LENGUA PARA IMPARTIR VIDA O MUERTE; PARA ENCUMBRAR DIGNAMENTE, O HUNDIR EN EL CIENO MÁS INFAMANTE A QUIEN QUIERA. LO IMPERATIVO QUE ES CONOCER ESTE PODER PARA SU USO ADECUADO, CONFORME A LA DIVINA VOLUNTAD, CUBRIENDO EL PROPÓSITO DE DIOS DURANTE TODA NUESTRA PEREGRINACIÓN.

LIMA - PERÚ  MIÉRCOLES 18 DE MAYO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

Santiago 3:1-6.

"Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos frenos en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas por un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella  misma es inflamada por el infierno".

*** Santiago elige ministrar respecto de un tópico que resulta chocante para quienes no hayan aprendido a refrenar su naturaleza caída, algo en lo que todos estamos comprometidos de una u otra forma. El consejo surge de las ansias por figurar como supuestos mentores de los demás, a pesar de que nosotros mismos estemos incursos en ese pecado que, aunque parece trivial, hace mucho daño, lesionando egos, escandalizando, denostando, injuriando, manchando honras, y erosionando aun las más pétreas y estables fortalezas, hasta hundir en la vergüenza las reputaciones más honorables. Que nuestra sabiduría tenga el aval de un proceder ejemplar que lo refrende siempre. Según lo que nos presenta el autor, nuestra sapiencia será juzgada conforme a la medida de la misma en el área de las aplicaciones. Mientras más conozcamos y entendamos, mayor será la demanda de justicia por nuestra parte; y aun mayor nuestra culpa si somos desobedientes al mandato divino.

*** El escritor nos refiere que cuando una persona ha aprendido a contener la lengua, también es capaz de contener todo su cuerpo, mostrando una implícita obediencia que agrada a Dios, y que lo constituye en un instrumento de precisión impecable. Al pasar al área de los ejemplos, Santiago refiere el uso que se hace del freno de los caballos, ubicado en sus bocas, para así controlar y dirigir sus movimientos corporales, llevándolos a donde el jinete quiera ir. Al hablar de una nave, maximiza la capacidad de algo pequeño para asumir el control de todo el barco, dado su diseño para el caso. Independientemente de las dimensiones, y de la furia de los vientos, la nave acata el deseo del timonel, conservando la dirección, o alterándola, según su deseo. Así, por analogía y aplicación, a pesar de su pequeñez dimensional en el plano corporal, la diminuta lengua usa su capacidad para parlar sublimando el ego, fortaleza interior que cae abatida por el halago y la lisonja, y sucumbe ante el requiebro del autobombo y la soberbia.

*** La pequeña chispa que salta imprudentemente, hace arder como yesca el seco césped, y ocasiona un incendio de inmensas proporciones, combustionando todo lo que encuentra a su paso hasta consumirlo, nos pone en antecedentes sobre aquel miembro que tiene en su poder la vida y la muerte; la bendición y la maldición; el consuelo o la condenación; sacando de su tesoro (lo que abunda en el corazón) lo que atañe a sus intereses. Santiago otorga a la lengua una ignea identidad, y una capacidad múltiple que tiene el poder de afectarlo todo a su sazón, capaz de afectar el curso de nuestra existencia (y la de los demás), siendo encendida por la esfera infernal que el enemigo dirige con destreza inigualable para desviarnos del panorama creacional con el que Dios Padre nos diseñara: "Y vio Dïos que todo lo que hizo era bueno, y bueno en gran manera" (Gn.1:31). Sólo un corazón renovado dará a la lengua un lenguaje nuevo, sazonado con la divina revelación.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  18/05/2016