lunes, 16 de mayo de 2016

SANTIAGO NOS REVELA LOS INSEPARABLES PRINCIPIOS LEGALES QUE DIOS MOSTRARA COMO SU SANTIDAD OPERATIVA, TANTO EN NUESTRA RELACIÓN CON ÉL COMO CON NUESTROS HERMANOS EN EL SENTIDO FRATERNO. ASÍ, TAMBIÉN EL SENTIDO CLARO DE LA FE OPERATIVA QUE NOS IMPULSA A ACCIONAR TODO LO QUE DIOS APAREJÓ PARA NOSOTROS, Y PARA QUE PODAMOS SER SUS TESTIGOS.

LIMA - PERÚ  LUNES 16 DE MAYO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO.

Santiago 2:10-17.

"Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos, porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano y una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras es muerta en sí misma".

***La Tora o Instrucción bíblica se nos presenta como una unidad inseparable, en lo legal, lo moral y lo cultual, y eso es algo contrapuesto a los códigos orientales, los cuales se limitaban a lo legal, dejando lo religioso y lo moral para otras instancias, tales códigos preludiaban las tendencias actuales de separar o divorciar lo secular de lo espiritual. La Tora no hace eso. Dios considera el plano ético y relacional entre él y sus seres creados, y entre nosotros de manera interrelacional como un todo indivisible, de allí las dos tablas de la ley que marcan nuestra relación vertical con Dios, y la horizontal con nuestros congéneres. En el trámite de de esta carta Santiago lo volverá a mencionar.


*** (Stg.2:10) Aquellos creyentes practicantes (decimos esto para diferenciarlos de los meros profesantes sin un compromiso real), que fueran celosos guardadores de la ley en casi todo, no esperaban verse juzgados por la monolítica Tora como transgresores por lo que ellos asumieran como faltas veniales, considerándolo Dios desde otra perspectiva bajo la cual él nos juzga. Por eso se asume que quien yerra en un punto es visto como culpable a nivel general. Yahweh, pues, nos pide que estemos atentos para no pecar contra ninguno de los mandamientos, ni de los cuatro que nos relacionan directamente con él; ni de los seis que nos interrelacionan fraternalmente. Jesús le dijo a Pedro: ¿Me amas? Si es así, pastorea mis ovejas, apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas; que será tu modo de demostrarme cuánto me amas realmente (Jn.21:15-17).



*** (Stg.2:11) Aquí el autor nos revela el encadenamiento de los mandamientos según el sentido divino. Si no has errado en cuanto al panorama matrimonial, pero tu sentimiento de venganza contra tu hermano te lleva a eliminarlo, como Caín a Abel; un solo veredicto hay para ti: Eres un transgresor de la ley (Éx.20:14; Dt.5:18), y debes ser castigado por ella.


*** (Stg.2:12-13) Nuestro hablar y nuestro obrar deben operar de consuno, y en un modo convergente, para que dicho y hecho se hagan uno en principio y práctica. La libertad de la ley, implica que todo aquello que no la transgrede, y opera en una misma perspectiva con la Deidad forja el agrado divinal, y resulta en bienestar, paz, gozo y dicha personales que a todos atañe. Si somos conscientes de ello, omitiremos cualquier forma de agravio a Dios y a nuestros hermanos, entendiendo que se nos aplicará la justicia de la ley si no buscamos su aprobación, sino su juicio. Y aquí aparece nuevamente el concepto de lo que la misericordia es: la aplicación de la inmerecida y divina bondad que redime al transgresor por el divino favor, inhibiendo la justicia correspondiente, asumiendo el Padre las consecuencias que nuestro pecado provocara, y ese es el significado del propiciatorio, donde se ubicara la sangre del sacrificio sustitutivo ¡Te amamos, Señor! Nosotros somos el enorme contingente que durante el período de la gracia ha podido experimentar que la misericordia ha triunfado y triunfa sobre el juicio, poniendo en nuestros labios un cántico nuevo.

*** (Stg.2:14-16) Aquí Santiago introduce al pueblo de Dios en un aparente conflicto insoluble. ¿De qué nos aprovechará si decimos o declaramos nuestra fe en Dios sin haber las obras que la comprueben? La tan mentada fe de esta gente carece del respaldo correspondiente, pues ésta no pasa de una simple mención o de un asentimiento intelectual, siendo como una factura sin el refrendo que certifique que la deuda se pagó en caja; el tal puede servir como un certificado de deuda; pero no como una factura cancelada. La fe en Dios posee la capacidad de la operatividad sobre la base de la promesa que la sustenta. Ella declara la promesa divina, la contiene, y la realiza, obrando en conformidad al divino compromiso adquirido con quien la ha creído, y actúa y reposa en ella. La fe va más allá del pensamiento que la mantiene estática en el recuerdo; el sentimiento que se percibió mediante una emoción que luego concluyera con su efecto transitorio; o el buen deseo de experimentarla en alguna otra ocasión que no sea hoy. La fe es viva, activa, constante, perseverante y eficaz; no es una foto o una copa de alguna victoria alcanzada con anterioridad, es tan palpitante como tu corazón, tan actual como tu respiración y tan cierta como tu sanguínea circulación.

***  (Stg.2:17) El autor ejemplifica su concepto con las necesidades de ciertas personas, las cuales han de ser provistas eficaz y efectivamente, ya que si  no se hace esto, nuestro lenguaje y nuestra actitud resultan insustanciales e inútiles. O tu fe tiene una diaria palpitación, permaneciendo activa aun durante tu sueño, o debes mandarle hacer una lápida que rece: Aquí yace... ¡Medítalo! Sin las obras pertinentes y correspondientes no podemos corroborar la existencia de lo que la boca afirma, y la actitud niega.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  16/05/2016


1 comentario:

  1. SOMOS INSTADOS OOR EL AUTOR DE LA EPÍSTOLA A CONSIDERAR EL VALOR REAL DE LA PALABRA DE DIOS, DE SU APLICACIÓN PRÁCTICA, Y DE LA FE COMO LA BASE QUE NOS LLEVA A ACTUAR EN CONSECUENCIA CON LA NATURALEZA DIVINA, OPERANDO EN LOS MISMOS PRINCIPIOS QUE EL PADRE LO HACE.

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