miércoles, 4 de mayo de 2016

HEMOS DE APRECIAR A JESÚS POR SUS LOGROS ANTE EL PADRE, POR SU REDENCIÓN EFECTIVA Y EFICAZ PARA QUE NOSOTROS PARTICIPÁRAMOS DE TODOS LOS BENEFICIOS DE LA SALVACIÓN. TRAS LA INCLUSIÓN EN EL PLANO DE LA FILIACIÓN, HEMOS DE MOVERNOS EN UNA FORMA DISCIPLINADA HASTA ALCANZAR EL NIVEL DESEADO POR EL PADRE, PARA ASIMILARNOS EN EL CONTEXTO DE SU PATERNIDAD.

LIMA - PERÚ  MIÉRCOLES 04 DE MAYO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 12:3-9.

"Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor a quien ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportais la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

*** Aquel cuya vida nos parece una paradoja completa, ininteligible si Dios Padre no nos revela las virtudes de su propósito, y la gloria de su voluntad en medio de tantas contradicciones, nos llevaría al más mortal y completo desaliento. El término considerar en el griego significa hacer cuentas, y nadie puede hacer un cálculo crematístico sin elementos reales. No somos, pues, llamados a imaginar algo, ni a alucinarlo; sino a hacerlo efectivo sobre la base de elementos sólidos, con histórica y profética sustentación; y lo que pasó con el Salvador, fue escandalosamente real (Hch.26:26). Algo que nunca logró la aflicción, ni tampoco la crucifixión, fue quebrar el ánimo del Salvador, y por el gozo puesto delante de él, sufrió gozoso la cruz (v.2). Es por eso que somos invitados por el autor sagrado a no desmayar en cuanto a nuestro avance.

*** Nuestro combate contra el pecado no es imaginario, sino real; y representa un costo a todos los que estamos corriendo esta carrera descrita anteriormente. Si hoy nos parece algo simple y fácil de derrotar, hemos de comunicar que el diablo tiene niveles de tentación que pueden hacer que nuestras vidas se compliquen en demasía. Un simple desaire, un desabrimiento, una ofensa, una afrenta, un dolor sentimental, una pérdida familiar, una prisión, un circo romano, una ejecución, etc.; te muestran los matices a los que serás enfrentado en el tiempo de tu peregrinación; y tu fidelidad no se decidirá entonces, sino hoy, por tu espíritu de compromiso.

*** El autor recuerda la exhortación que como a hijos se nos ha dirigido, solicitándonos que no despreciemos la disciplina del Señor en el proceso de nuestra transformación y conformación; y que no es disposición divina el estar maltratándonos o golpeando durante el trámite, sino que su obra exige parámetros específicos, y hemos de estar expeditos para efectuar su propósito. Se nos invita a no desanimarnos si en alguna forma somos reprendidos; porque su amor está conectado a su justicia, y ésta, a la herencia; que no será nuestra sin la santificación del caso (He.12:14). Los azotes, o las reprensiones disciplinarias, forman parte de nuestra forja tripartita satisfactoria; si no te los dieron, o no fuiste entrenado con ellos como parte de tu bagaje, lo más probable es que no seas un hijo de Dios. Si no te disciplinaron, no es porque naciste perfecto, si no porque Dios no es tu Padre, y ello declara tu naturaleza de bastardo ¡Dios Santo!

*** Nuestros padres terrenales nos disciplinaban y entrenaban desde la perspectiva positiva que ellos tenían, y en medio de todas las cosas que pasamos junto con ellos, los venerábamos por ser quienes eran, y el autor nos hace una pregunta: ¿Por qué no obedecer al Padre de los espíritus para que entendamos la vida en su contexto? ¿Qué puede ser más glorioso y edificante que ser instruidos y disciplinados por Dios mismo?

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  04/05/2016

1 comentario:

  1. LA PATERNIDAD ESPIRITUAL ES UN ASUNTO SDE SUMA IMPORTANCIA, Y NO DEBE SER ENTENDIDO COMO ALGO TRIVIAL, O QUE CAREZCA DE IMPORTANCIA, PUES ELLO FORJARÁ UN FUTURO PARA LA GLORIA DE DIOS; Y NO SERÁ DESCUIDÁNDOLO U OLVIDÁNDOLO QUE CONTRIBUIREMOS POSITIVAMENTE CON ELLO.

    ResponderEliminar