LIMA - PERÚ VIERNES 20 DE MAYO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO
Santiago 3:13-18.
"¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz".
*** Algo que es de sumo interés en la vida espiritual de los creyentes, es el plano testimonial, ya que es básico para evidenciar la fe que decimos tener, haciendo gala de la madurez a la que hemos llegado, no por el alarde continuo; sino por nuestra capacidad y experiencia en el manejo de la palabra de justicia, obrando continuamente en el plano piadoso que corresponde a los servidores de Dios; porque: "... cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Pr.23:7a). La mención de la sabiduría (valores prácticos aplicables a la vida diaria como una manifestación de nuestra piedad), y del entendimiento (nivel de comprensión del deseo divinal y sus aplicaciones en el panorama fraterno), son las virtudes que ponen en evidencia nuestro nivel de desarrollo en el ámbito corporativo y social. La persona sabia no requiere de alterarse en lo emocional, gritar o expresarse despectivamente de otros; antes, con una mansedumbre que nos sorprende a todos, aclara nuestro pensar, nos saca de confusiones, nos libra de las consecuencias de nuestra necedad, y "abarata los costos" de nuestra estulticia y del desconocimiento de las cosas. Tales personas, sin ofendernos en lo más mínimo, enderezarán nuestros pasos, y nos pondrán en línea con la perfecta voluntad divinal, haciendo lo que agrada a Dios.
*** En contraposición a lo antedicho, observamos a los seudo dirigentes mostrar su espíritu de competitividad, las amarguras que acidifican su carácter, y sus actitudes hostiles para quienes miran como sus enemigos, llenos de una actitud infraterna que afrenta, oprime y divide, que los tales "confunden" con un correcto celo espiritual: ¿Anás y Caifás como símbolos de bondad y humildad? ¡Ay, padre! Cuando asumimos una religiosa y "hollywoodense" conducta, hasta nos gloriamos en nuestra humildad y sencillez que llama al arrepentimiento a nuestros detractores, mintiendo contra la verdad, acusando al Señor de blasfemo por decir la verdad ¡Aleluya! Aquel aparente conocimiento de Caifás sobre lo que ocurriría si un hombre moría por la nación, no era fruto de su entendimiento, sino de la divina inspiración soberana del Padre, disponiendo que las cosas se hicieran a su sazón, con las personas programadas para ello (Hch.4:27-28). Esa hipotética sabiduría, tiene su origen o procedencia de las zonas bajas, del inframundo, de la cloaca que desprende sus fétidos olores como si fueran un exquisito perfume. ¿No hemos visto como los malvados se huelgan de las perversidades de sus vicios, y de sus obras malignas con que celebran sus momentáneos triunfos?
*** La sabiduría natural tiene como estatura los bajíos de lo terrenal; lo instintivo de la norma animal. la estructura subterránea de lo diabólico; y el gran titiritero es un maestro para lograr que los celos (antagonismo interior por los éxitos del contrario que los lleva a defenderse de su circunstancial enemigo), y la contención (el impulso negativo que los lleva a actuar en relación con su sentir, embistiendo a sus opositores a mansalva), perturbando los ánimos, haciéndolos funcionar en desmedro de su dicha, atrayendo sobre sí el castigo y la ruina; es así como el diablo inspira a sus peleles y marionetas, buscando victorias aplastantes, pero no duraderas. El Señor sabe dar al traste con todo ello, y donde el enemigo esperaba el luto, hay manto de alegría; y donde aguardaba el plañir de los santos, ve alegres danzas de los que celebran el glorioso nombre de nuestro Salvador.
*** La sabiduría que proviene de las altas esferas, viene impoluta, sin mezcla, absolutamente pura en esencia y virtud, trayendo a los corazones de los hijos una paz que hace que la imagen divina no se difunda más, sino que luzca perfectamente visible, distinguiéndose de todo. Ello es lo que nos permite ser amables, disponiéndonos para el trato gentil y afable con los demás, y que nos hace dispensar lo que tenemos generosamente y con prodigalidad, aprendiendo a ser cordiales con las necesidades de nuestros prójimos, fructificando gozosamente; y con absoluta seguridad de vernos bendecidos y retribuidos por el Padre, no teniendo necesidad de fingir o de lucir amables exteriormente, sino haciéndolo de corazón, derramándonos a favor de los santos. Y hemos de notar que el autor nos habla del fruto de la justicia, ya que sembrando en la paz interior de que Dios es nuestro Redentor-Proveedor, nos es sencillo observar gozosamente la paz que corona nuestros campos como una confirmación de la naturaleza seminal que sembráramos en su momento (Ro.5:1-2).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 20/05/2016
LA NATURALEZA DE LA SABIDURÍA SE EVIDENCIA POR LO QUE HA LOGRADO DESARROLLAR EN LOS CORAZONES DE SUS SIERVOS. LA SABIDURÍA NATURAL, ANIMAL Y DIABÓLICA, NO PUEDE DISIMULAR SU PROCEDENCIA; Y LA QUE PROVIENE DE ARRIBA, SE DERRAMA PARA TODO AQUEL QUE LA ANHELA SINCERAMENTE, Y SE REVELA A SÍ MISMA POR SUS FRUTOS.
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