LIMA - PERÚ SÁBADO 28 DE MAYO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO
PRIMERA DE PEDRO 1:6-9.
"En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas".
*** (1P.1:6) Tras comunicarnos la maravillosa capacidad de la divina cobertura que hace que todo su plan y su propósito se cumpla en nosotros, manifestando el género vital del que estamos revestidos para ALCANZAR LA SALVACIÓN, aparejada para el día postrero, el apóstol se interioriza en los corazones de los esperanzados santos, quienes se gozan en medio de las adversidades, porque nuestra fe es constantemente probada, evaluada en sus avances, mostrando el nivel que ha alcanzado la misma, no siendo un cúmulo de información escondida en nuestras mentes pasivas; sino una fortaleza que nos cubre, una armadura completa que nos guarda a salvo de los ataques del maligno, y un ariete que agrede las puertas del hades para que las libertades pertinentes puedan ser disfrutadas ampliamente.
*** (1P.1:7) Dentro de la hornaza en la que el oro se purifica (Pr.17:3), despumando la escoria que se eleva mientras el dorado metal se derrite, separándose y evidenciando su regia naturaleza (Pr.25:4), se halla el creyente de un modo simbólico, mostrando en el horno de aflicción el tipo de fe que mantiene y lo sostiene, haciendo notorio el valor real de la fe que confiesa como propia. Pedro califica la fe del creyente como algo de mayor valor que el oro mismo, señalando la transitoriedad de éste, consciente que en la ciudad santa el oro pavimenta las calles, y que si hace uso de él como ejemplo, es por el valor que el ser humano le atribuye debido a su finura y escasez. Los resultados de la prueba de fuego nos indican como se transmuta nuestra fe en tres formas básicas:
(I) Alabanza (indicando el loor que nosotros le ofrecemos a Dios al creerle y al manifestarle por lo que él es y hace);
(II) Gloria (es el resplandor que rodea nuestro accionar como una muestra de la divina excelsitud, tributando todo al Padre);
*** (1P.1:8) Aquí Pedro nos refiere lo que Pablo dice en Hebreos 11:1, compartiendo que nuestra fe no requiere de íconos de madera, o representaciones gráficas, metálicas o pétreas, para sostener artificialmente nuestras creencias y convicciones. El ex-pescador de Galilea, tuvo el privilegio de gozar de la presencia física y antropomórfica del Señor Jesús, maravillándose de ver el testimonio de su esencia y presencia en el ámbito espiritual de los que pueden hacer tangible lo intangible CREYENDO en el divino obrar, sintiéndose explosivamente gozosos de esta gloria compartida que veintiún siglos después también nosotros experimentamos. Pedro, al intentar describir nuestra dicha, la califica como inefable (indescriptible, inabarcable por humanas expresiones), con un fulgor intolerable para las humanas visiones.
*** (1P.1:9) Y será en este avanzar inconteniblemente hacia la realidad suprema de nuestra fusión con él en principios y prácticas, que nos veremos en nuestra faceta integral como gente real y trascendente, y la salvación de nuestras almas se hará evidente hasta el extremo.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/05/2016.
EN LA MEDIDA EN QUE NUESTRA FE PROGRESE EN NUESTRA UNIÓN CON EL SEÑOR, HA DE LLEGAR LA FUSIÓN QUE NOS INTEGRE A SU REALIDAD TRASCENDENTE, Y QUE COMPRENDAMOS A CABALIDAD LO QUE ES NUESTRA HERENCIA AL VIVIR EN LA ESFERA GLORIOSA CON NUESTRO SEÑOR Y DIOS.
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