domingo, 1 de mayo de 2016

LA BÚSQUEDA DE UNA PATRIA CELESTIAL, ES EL RESULTADO DE HABERLE CREÍDO A DIOS RESPECTO A SU PROMESA. CADA PRUEBA QUE LA FE DE LOS PATRIARCAS HUBO DE PASAR, CADA UNA DENTRO DE SU CONTEXTO, MOSTRABA EL CALIBRE ESPIRITUAL DE ESTOS HOMBRES, Y LO INALTERABLE DE SU FE AL PROSEGUIR EN POS DE LO PROMETIDO POR LA DEIDAD.

LIMA - PERÚ  SÁBADO 30 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 11:14-20.

"Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia, pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir. Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras".

*** La gente que atravesara las cuatro etapas que observamos en nuestra ministración de ayer: EL DIVISAR A LO LEJOS, EL CREER, EL SALUDAR Y EL CONFESAR, forjan la realidad constructiva que nos da conciencia de edificio (2Co.5:1), y la cadencia de nuestra marcha a la gloria se vuelve uniforme, llenándonos de gozo durante la misma. La consciencia de la herencia, hace que nunca volteemos nuestros rostros para mirar atrás, manteniendo la vista en la perpsectiva convergente. Nuestra consciencia de patria no puede considerar a Egipto (el mundo), como el lugar donde preferiríamos morar, sintiendo que Canaán es el lugar donde todas las promesas habían de cumplirse, y donde podíamos demandar del Padre toda bendición. La memoria patriarcal les hacía saber que ellos eran aquella generación que poseería la tierra en una forma definitiva, y el rítmico latir de sus corazones judíos hacia allá los conducía. Para ellos, volver a Egipto no era una opción; y el día en que decidieran que había que volver atrás, sellaron su destino, siendo devorados por ese desierto que cruzaron en once jornadas, y que les sirviera de improvisado cementerio a los profanos incrédulos.

*** El anhelo en los corazones de los que nacieron en el desierto los inducía a pensar en una patria de celestial diseño, donde todo abundara, siendo cuidados por el Padre en el trámite de su permanencia en ella. La razón por la que ellos añoraban aquella ciudad, era porque Dios les había descrito la misma en forma detallada (Dt.11:8-32). Y dado que Dios no miente, no había engaño en su ofrecimiento, tampoco una quimera o una vana ilusión; sino la certeza de su existencia, y de su posesión al llegar a ella. Hay, pues, una ciudad preparada por el arquitecto divino para que la descendencia de Abraham la posea como su heredad, conforme a la promesa.

*** El Señor se reserva el derecho de probar nuestra capacidad, idoneidad y disponibilidad para lo que él guste mandar, según su propósito. Nuestra relación pactual con el Dios vivo, nos ubica en una posición privilegiada, pero también de grandes compromisos ineludibles. Nuestra fidelidad al pacto implica nuestra lealtad con nuestro socio pactual, dándole derechos sobre todo lo que somos, tenemos y podemos, poniéndolo a su disposición; así como él pone en nuestras manos todo lo que es y tiene para nuestra dicha compartida con él; y tenemos que reconocer que él es el Socio Mayoritario en esta alianza que hiciera con la nación elegida mediante el pacto con el patriarca Abraham y su descendencia. El sacrificio de Isaac, fue la más terrible de las pruebas que habría de pasar Abraham, pues Dios le había prometido que a través de su unigénito, él llegaría a conformar multitud de naciones...¿Por qué esta paradoja?


*** Las pruebas que Dios decida para la fe que decimos poseer son de su absoluta potestad. Los hechos que marcarán los socios de pacto tienen que ver con las condiciones del mismo para los dos, debiendo asistirse mutuamente, y ceder los derechos del caso cuando la solicitud de alguno de ellos así lo requería. Si Dios había forjado la vida en un vientre estéril como el de Sara, y le había dado la oportunidad a un anciano en el ocaso de su existencia, para ser los progenitores de una nueva estirpe que habría de poblar el mundo, no había límite a lo que él podría hacer, y devolverle a Isaac por la vía de resurrección, o el tener mil hijos más, no significaban un dilema para el Señor. Y la primera opción fue lo que Yahweh eligió. Y el fiel patriarca salió hacia el monte Moriah para hacer lo que Yahweh le ordenara como Socio Mayoritario del pacto. La lógica de Abraham tuvo que cruzar los oscuros pasadizos de su pensar como padre, y de las parcas que ya entonaban el fúnebre canto en la mente del patriarca, paladeando de antemano su victoria sobre el propósito divino, no pensando jamás en el fiasco; y Abraham seguía su marcha hacia el lugar del sacrificio elegido por el Padre, armado de este pensamiento: "Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos nuevamente a Isaac, y de allí, en un sentido figurado lo volvió a recibir".


*** La breve mención de Isaac y su bendición para sus gemelos. nos hace contemplar el panorama profético subsistente en el segundo de los hombres del memorial, haciendo mención sobre el futuro de sus hijos, el cual se cumplió según la visión que Dios le mostrara en lo concerniente a cada uno en su relación con el propósito eternal. Nótese que la bendición patriarcal obedecía al plan divino en todas sus instancias, ejecutando, y no estorbando el mismo.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   30/04/2016

1 comentario:

  1. LAS PRUEBAS DE NUESTRA FE NOS PERMITEN CALIBRAR EL VALOR DE LA MISMA EN NUESTRAS EXPERIENCIAS DIARIAS Y CONSTANTES. EL PADRE NOS PERMITIRÁ, MEDIANTE LAS MISMAS, SABER CON EXACTITUD EL ESTADO DE NUESTRA ESPERANZA, REACTIVÁNDONOS PASO A PASO PARA ESTAR EXPEDITOS PARA DIOS.

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