lunes, 8 de agosto de 2016

NUESTRA CONSCIENCIA DE FILIACIÓN; LA PARTICIPACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO COMO LAS ARRAS DE NUESTRA HERENCIA. EL SENTIDO DE LA ESPERANZA; CÓMO NOS MANTENEMOS EN ELLA; PARA QUÉ SIRVEN LAS ORACIONES EN EL ESPÍRITU; LA SINCRONÍZACIÓN DIVINA; LA ARMONÍA ESPIRITUAL BÁSICA PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS CONFORME A LO PRESCRITO PARA NOSOTROS. EL SENTIDO DE NUESTRO LLAMAMIENTO; EL POR QUÉ DE LAS TRATATIVAS DIVINAS.

LIMA - PERÚ  LUNES 08 DE AGOSTO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS

Romanos 8:23-28.

"Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".

*** Introducción.- Pablo, el apóstol, nos ha revelado nuestra procedencia u origen, nos ha mostrado quiénes somos, y asimismo el anhelo divino porque todo vuelva a restituirse al plano original. También se nos ha instado a seguir al Espíritu para ser conscientes de nuestra filiación y de la divina paternidad; y por causa de esa herencia se nos solicita identificarnos con Dios, así en la aflicción como en la gloria. A pesar de todas las cosas acontecidas desde el principio, Dios no ha dejado de oficiar su voluntad con aquellos que se identifican con él en principios y prácticas, trabajando en el contexto espiritual, afectando nuestro plano pedestre, y buscando el consolidar la realidad tripartita que nos haga uno con el Señor según su naturaleza santa. La frustración no es algo que nos arredre, porque Yahweh nos pone por encima de la oposición, y nos llena de una esperanza viva, la cual busca la gloria como su objetivo y su hábitat.

*** (Ro.8:23) Los suspiros de la creación no nos son ajenos; y aunque nos parezca eso algo que no podamos conceptuar cabalmente, o comprender; nuestro accionar es para ella una puerta de esperanza; sintiéndose gozosa con nuestras victorias, desalentada con  nuestros fiascos, y dolida por nuestras eventuales indiferencias que nos retornan a la intrascendencia. El cristiano tiene un rol protagónico que no debe olvidar, siendo una célula corporativa que debe tener una conciencia de edificio (2Co.5:1-5). Cuando nuestro suspirar se hace uno con el de la creación, la disparidad del pensamiento y sentimiento se regulan, convirtiéndose en un movimiento uniforme que nos devuelve a la identidad de hijos, comprendiendo la necesidad vigente de hacernos uno con el plan y propósito del Padre para el logro de los objetivos trazados. Así, pues, al tener las primicias del Espíritu, que nos identifican como hijos de Dios, y nos concientizan como tales, NOS HACE SABER QUE DIOS ES NUESTRO PADRE, y que ello no tiene nada de "simbólico"; sino de real, de verdadero, de vivo, de actuante; aguardando por nuestro toga virilis, y ser declarados como hijos maduros; lo cual no es mágico, ni llega por meritocracia, mas por el avance espiritual pertinente, por el efecto de la vida activa del Hijo de Dios en cada uno de nosotros. Nuestro gemir o suspirar, implica que tenemos las primicias del Espíritu, y que urgimos al Señor por obtener la adopción (el nivel de hijo maduro y cabal heredero), y con ello, la redención de nuestro cuerpo (1Co.15:50-54).


*** (Ro.8:24-25) La salvación es por la fe, pero cuando ésta "prende", se transforma en esperanza, permitiendo que el futuro tenga vida en el presente, y componga en nosotros lo histórico y  lo profético en un mismo y único sentir, que nos lleva cautivos y en línea recta hacia aquella cita ineludible que tenemos con el plano milenial, primero, y eternal después, por causa de la promesa. La esperanza recibida es como el continuo palpitar de nuestros corazones, que late espontáneamente porque así Yahweh lo estableciera, y su cadencia nos da testimonio de la realidad que nos afecta. La esperanza, cuando es visible, pierde su identidad y perspectiva; porque ha dejado de ser algo que se aguarda, para pasar a ser disfrutada aquí y ahora. La esperanza es el vínculo entre lo que es y lo que será o vendrá; es el capullo que asegura lo que ha de ser, y que se abre cuando lo anhelado se hace realidad, y la oruga sale de allí transformada en una bella mariposa que busca su hábitat en las alturas, y se alimenta del néctar divinal. La paciencia es nuestra cubierta externa que testifica nuestra realidad interior. Los prisioneros de esperanza están establecidos en las realidades divinas, y persuadidos de que él obrará conforme a su deseo soberano.

*** (Ro.8:26) Aquellas partes más vulnerables en nosotros (nuestra fragilidad o debilidad) son la carga que el Espíritu Santo lleva gustoso, haciéndonos saber lo que nos conviene en base al plan divino; y cuando le damos lugar en nuestro espíritu y en nuestros labios, se sintoniza con el Padre en el mismo sentir, y en operar puntualmente según lo programado en la eternidad pasada. Aunque algunos lo asuman como insólito o inaudito, el orar en el Espíritu nos sintoniza y sincroniza con el Padre en su divino fluir, y lo que no sabríamos cómo comunicar de manera inteligible, el Espíritu lo torna fácil en el ámbito espiritual, y según lo precisado por el Padre. No nos extrañemos de ello, pues la comunicación célico-pedestre es indispensable para operar en armonía con Yahweh, optimizando nuestro servicio a Dios.


*** (Ro.8:27) Al reconocer al Padre como el Escudriñador de corazones, él entiende el intento del Paracleto, para que LA VOLUNTAD DE DIOS sea interpretada correctamente, y el acople de los dos campamentos surta el efecto deseado, en las edades, para la eternidad. La intercesión es una prioridad a nivel espiritual, porque ella hará que la gracia fluya dentro del programa divino sin contratiempos. Cuando se juega a la anticipación, y se previenen los errores o fallas, se evitan dificultades, y se ajustan los detalles hasta una exacta calibración, dando en el blanco vez tras vez.

*** (Ro.8:28) El vínculo afectivo de divina sazón traerá consigo resultados agradables al Padre, y aunque ello signifique pasar por momentos difíciles, acosos y persecuciones, dolores y penas; los creyentes entenderán que todo ello es para su crecimiento y competencia, desarrollando el temple que se requerirá para los tiempos de aflicción; y cual una piedra que está siendo labrada para formar parte del templo divinal, el creyente dejará hacer a Dios lo que él considere más oportuno para la realización de su plan, y conforme a su beneplácito. Nuestro llamamiento tiene un propósito, y cubrir el mismo es nuestra meta. Los avatares y las cuitas por las que pasemos, no deben tenerse como cosa extraña, sino como parte de nuestra transformación para adjudicarnos la herencia.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  08/08/2016

1 comentario:

  1. EL APÓSTOL PABLO NOS DA UNA CÁTEDRA SOBRE NUESTRO PROCESO DE TRANSFORMACIÓN, NUESTRA ESPERANZA VIVA, Y NUESTRO FLUIR DENTRO DEL CONTEXTO DE SU SOBERANO FLUIR COMO PARTE DE SU OBRAR EN NUESTRA GENERACIÓN, Y NUESTRO INTERÉS EN LA QUE VIENE.

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