domingo, 16 de diciembre de 2018

EL PADRE CELESTIAL RECHAZA Y REPUDIA CUALQUIER ODIO O RENCOR ENTRE HERMANOS; Y ES NUESTRO SAGRADO DEBER EL EVITAR QUE TAL SENTIMIENTO SE APODERE DE NUESTRAS ALMAS, AMANDO A LOS DEMÁS COMO A NOSOTROS MISMOS.

LIMA - PERÚ    DOMINGO 16 DE DICIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2919

ABDÍAS 10-11.

"Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre. El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivos a su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos".



=== Al inicio de esta profecía, recibimos el informe divino donde él certificaba que esto era su deseo, y que él puso en todos los vecinos y aliados eventuales de Edom para que su amistad se convirtiera en enemistad, y que todos planificaran juntos su caída y destrucción. La simiente de Esaú había acumulado odio contra su hermano Jacob (hablamos aquí de las descendencias de ambos, y no de los hermanos que, en su momento, supieron perdonar y olvidar, y se reconciliaron). Pero cuando se guarda rencor, y se comunica a la generación venidera los hechos, procurando ver en ellos un acto de traición y despojo, y un halo de hipotética resignación que no fuera aceptada por los descendientes de Edom, buscando la ocasión para vengar el 'descarado robo' que se le hiciera a su padre, perdiendo todo el territorio que hubiera sido la herencia de Edom, y que él despreciara tan olímpicamente vendiéndosela a Jacob por un plato de lentejas, despreciando su riqueza y su destino porque no valorara el formar parte del MEMORIAL DIVINO, que podría haber sido: Abraham, Isaac y Esaú; desechando la bendición que Dios había aparejado para el primer hijo de Isaac. Cuando Esaú vendió su primogenitura, jurando que pertenecía a Jacob, perdió todo derecho a ella, y la bendición del padre le correspondía legalmente a Jacob, y el llamado 'robo de la bendición' nunca fue tal; y si así hubiera sido, Yahweh hubiera hecho juicio contra Jacob. Así, pues; el hijo que anhelaba la herencia, la hizo suya; y el que la despreciaba, la desechó para siempre; independientemente de cómo él lo viera o juzgara, buscando asesinar para entonces al hermano menor apenas falleciera su padre, Isaac. ¿Cómo habrían contado estos acontecimientos Esaú o sus hijos mayores? No lo sabemos. Pero el odio irreconciliable de la estirpe edomita nos permite imaginarnos que no fue la verdadera historia lo que se contó.



=== La soberbia intenta recomponer la imagen del patriarca destituido, proponiendo una historia sustituta. Y la resignación inicial se volvió indignación, y ésta en un aborrecimiento que no hallara salida, y que aguardaba históricamente su oportunidad, asumiendo que la invasión de Israel, y su probable eliminación como nación, "les había hecho justicia". Y todo lo que aquí enumera el profeta Abdías como el réprobo accionar de Edom contra Jacob, pone de relieve lo que ellos llevaran dentro, no dudando en regocijarse de ver la invasión contra Israel, y cómo la suma de sus rencores se vería vindicada por ajenas manos. Este pensamiento judío de obtener venganza por manos ajenas les hacía pensar que estarían exentos de culpa, y fue por eso que Saúl buscara que los filisteos acabaran con David; David buscó que los hijos de Amón mataran a Urías heteo, sintiéndose aliviado al oír la noticia de su muerte. ¿Pensaba Dios como ellos? Para nada, y por eso tanto Saúl como David fueron castigados, cada uno dentro de su contexto. Y el Señor también estuvo buscando la ocasión para castigar el espíritu infraterno de la nación edomita ¿por qué? Porque nunca renunciaron a este sentir, e hicieron del mismo su estandarte contra su hermano ... ¡El Padre no tolera el odio irreconciliable que se manifestará en un espíritu infraterno, asesino, e hipotéticamente vindicativo! Esto hizo que Yahweh determinara para Esaú la desaparición como casta, cortándolo para siempre.



=== La injuria contra Jacob (afrenta, agravio, ultraje) trajo sobre Esaú un manto de vergüenza como casta, y el Padre no dudó en asumir esa afrenta como algo personal sobre su elegido. Independientemente de que la conducta de la persona elegida pueda estar pasando por una fase crítica, o esté siendo tratado por Dios; no tenemos derecho de tratarlo mal o hacerle un daño, pues eso es el campo de actividad de la justicia divina en el que no tenemos injerencia alguna (1S.24:10; 26:9). Estas palabras del rey David deben coronar nuestro modo de pensar, para que nunca nuestra mente, o nuestro corazón, o nuestros labios, se manchen pensando, sintiendo o diciendo algo en  contra de los que Dios ha elegido para ponerlos en autoridad. Que esta premisa regia nos valga en momentos críticos, serenando nuestro ser integral. Al pasar el Padre a identificar el sentir de los edomitas como uno de los agresores del pueblo elegido, señaló para ellos un sino. El mandamiento divino que siempre repite Juan apóstol, es el de amarnos entre nosotros, siendo ello un sello de nuestra realidad espiritual y compromiso eternal.



EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    16/12/2018    MENSAJE # 2919

1 comentario:

  1. DEBEMOS ESTAR PLENAMENTE CONVENCIDOS DE QUE LA ÚNICA RELACIÓN QUE DIOS QUIERE ENTRE NOS, ES LA DEL AMOR FRATERNAL, Y NO OTRA. NO PERMITAMOS QUE EN NUESTROS CORAZONES EL ODIO O EL RENCOR FRATERNO HAGA SU NIDO.

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