lunes, 3 de diciembre de 2018

PEDRO EXPONE CON LUJO DE DETALLES EL PANORAMA DE NUESTRA SANTIFICACIÓN PARA EL ALCANCE OPORTUNO DE NUESTRA HERENCIA. ANALICEMOS TODO ELLO PARA NUESTRO CABAL ENTENDIMIENTO.

LIMA - PERÚ   LUNES 03 DE DICIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2893

PRIMERA DE PEDRO 1:13-17.

"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación".

=== La vida de resurrección nos otorga una ESPERANZA VIVA que no se corrompe. aja o altera, haciendo notorio que nuestra posición como hijos de Dios compone una realidad permanente. En el antiguo pacto todo sacrificio o dádiva tenía un valor relativo y temporal, pues todo apuntaba a la realidad trascendente que vendría con el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo, trayendo una realidad imperecedera en lo concerniente a nuestra redención. Dada esta premisa, y este entendimiento, el creyente ha de aparejar su corazón para vivir en una correcta relación con el nuevo orden vital, mirándose a sí mismo como alguien que por FE ha recibido una PROMESA DE VALORES SEMPITERNOS; y que por esa misma FE, se adhiere a una ESPERANZA QUE LO IMPULSA EN UNA NUEVA FORMA O MANERA DE VIVIR: LA PIEDAD, QUE INTERPRETA LA SANTIDAD COMO SU HÁBITAT; ya que por esa misma FE, ÉL ALCANZARÁ SU HERENCIA: LA SALVACIÓN DE SU ALMA. De allí que Pedro insistirá en la santidad como estilo de vida, de ser y hacer en carácter y conducta; ya que ello hace eco de la realidad tripartita en la que hemos sido involucrados por la gracia divina.

=== La santidad no es optativa, ni una de tantas posibilidades de agradar a la Deidad y de hallar nuestra herencia; sino LA ÚNICA ALTERNATIVA QUE HARÁ REALIDAD  el valor integral de la promesa. Salimos de la impiedad, para ser establecidos en nuevos cánones que han de forjar la piedad que agrada a la Deidad, y que  nos conducirá hacia nuestra heredad. La Santa Ciudad no aceptará sino a la gente renovada, santificada y purificada que haya definido ser acepta en el Amado. En este nivel, la sobrenaturalidad ha de ser el estándar en el que andemos. Nótese cómo el apóstol Pedro señala la cadencia y el ritmo de la nueva vida genérica que postula los principios divinos:

(1) Ceñir o fajar los lomos de nuestro entendimiento.- Este es el pensar que sazona nuestro actuar, llevándonos cautivos a la obediencia a Cristo (2Co.10:5), permaneciendo así en la aceptación del Padre.

(2) Sed sobrios.- Esto nos llama a la templanza o equilibrio; y no a la tibieza ni a la santurrronería. El centro de equilibrio, el balance ideal, el punto medio; es el obrar justa y discretamente, para que nuestro Señor reciba la gloria, y nosotros nos mantengamos como los instrumentos de su gracia y amor para con todos y para lo que el caso requiera.

(3) Esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado.- La gracia divina, en su otorgamiento final, es semejante al proceso de crecimiento del ser humano, llegando desde su infancia hasta su madurez, sin saltarse ninguna fase, cubriendo cada etapa según el proceso divinal, a fin de ser reconocidos como hijos maduros llegado el momento.


(4) Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.- La prioridad de ser formados y conformados en el conocimiento y en el entendimiento no puede ser soslayada. Para la nueva creación, el ayer no existe, solo existe el hoy con una visión de futuro, promoviendo el avance sustantivo que traduzca en realidad la certeza de  nuestra esperanza (2Co.3:16-18).

(5) Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.- La santidad de vida es una aplicación constante y continua de la naturaleza de la que estamos investidos y revestidos. De nada sirven los rótulos, los títulos o las bandas que cruzan el pecho de los hipotéticos representantes de las glorias efímeras e inexistentes que blasonan. Nuestra manera de vivir, al igual que los frutos de cada árbol, definen lo que somos, podemos y tenemos. La plena santidad, o el completo desechamiento.

(6) Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.- Para muchos esta es una ordenanza o mandamiento; y tienen razón. Pero en el contexto de las divinas declaraciones, Dios no nos demanda nada que él  no nos haya impartido, conteniendo una premisa y una promesa al mismo tiempo. El legalista, piensa en la obligación y la meritocracia; el bendecido con su gracia, acepta esta proposición como algo que Dios propiciará que se cumpla en su experiencia.



(7) La invocación de la Paternidad divina, hará que nuestra fe opere convenientemente, y nos llamará a honrar a Dios todo el tiempo de nuestra peregrinación.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   03/11/2018     MENSAJE # 2893

1 comentario:

  1. SILVANO ESTÁ PLASMANDO LAS VERDADES ESPIRITUALES INHERENTES A LA SANTIDAD QUE EL APÓSTOL PEDRO LE DICTA, NAVEGANDO EN EL OCÉANO REVELACIONAL DE LO QUE SE HA CONSTITUIDO VEINTIÚN SIGLOS DESPUÉS EN NUESTRO DELEITE DOCTRINAL.

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