LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 05 DE DICIEMBRE DEL 2018 MENSAJE # 2897
SEGUNDA DE PEDRO 1:3-4
"Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos".
=== La obra divina siempre tiende a suplir de manera absoluta las necesidades y potencialidades de quienes participarán del llamamiento celestial. El Padre nunca deja nada al azar. Así como nuestro ADN contiene un programa genético y procesal para toda la extensión de nuestra vida natural; así también el Padre nos apareja para que nuestra vida espiritual y trascendente, no sea una aventura; si no la exacta reproducción del género de vida asignado con el éxito como resultado. El individuo que no está consciente de su impartición para la correcta ejecución del propósito, defeccionará por ello; no integrándose a su realidad de orden trascendente, desperdiciando el valioso material del que se viera premunido por la Deidad. Y es el deseo del siervo y apóstol que cada creyente entienda su asignación, se ocupe en ella, y obtenga plena aprobación al cubrir su cometido según lo programado. Así, pues, la VIDA, término que implica la totalidad del plano existencial en su función tripartita ideal, operando para la gloria de Dios, es algo que debe gobernar nuestras mentes, promoviendo el agrado divinal como aquella fuerza viva que nos impulsa hacia el sino deparado para nosotros como miembros de la familia de Dios. Al referirse a la PIEDAD, nos revela la forma en la que hemos de conducirnos durante el tiempo de nuestra peregrinación, ajustándonos conscientemente a la realidad tripartita que compone nuestra manera de ser y nuestro andar, honrando con principios y acciones al Dios Creador y Redentor que nos hizo capaces de cubrir su voluntad soberana en el trámite de nuestra peregrinación.
=== Ambas cosas nos fueron adjudicadas para que al movernos en ellas, obtengamos de un modo total todos los detalles que cubrirán las expectativas del Padre en lo concerniente a su propósito. Cuando Dios programó todo ello, utilizó su poder: "... Él es quien SUSTENTA todas las cosas con la palabra de su poder ..." (He.1:3). Y es por eso que EL CONOCIMIENTO DE AQUEL QUE NOS LLAMÓ POR SU GLORIA Y EXCELENCIA, pasa a constituirse en la fuerza viva que nos impulsa como el motor y motivo para el avance sustantivo, promoviendo el andar en línea recta con la revelación que se nos imparte, en el cual el retroceso no es una opción: "Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que tienen fe y salvan su alma" (He.10:39). Cuando Nabucodonosor ordenó que se preparase a los cautivos de entre los judíos en las letras y las ciencias de los caldeos, él fue muy celoso en su solicitud: "Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de los eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios e ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey, y que se les enseñase las letras y la lengua de los caldeos" (Dn.1:3-4). Si esto es así para el rey babilónico, ¿qué nos hace pensar que Dios pedirá algo menos?
=== Lo que Pedro clasifica como preciosas y grandísimas promesas, no son sino la ENERGÍA SEMINAL (Semillas de fe), que crecen al conjuro de la dedicación de los portadores de la misma, quienes han de desarrollar progresivamente dichas capacidades para alcanzar la ideal madurez que los lleve de la mano a la santificación, que es la naturaleza divina que nos otorga el derecho de constituirnos como herederos. Nótese cómo al final de este verso se ratifica ue HEMOS HUIDO DE LA CORRUPCIÓN QUE HAY EN EL MUNDO A CAUSA DE LA CONCUPISCENCIA (malos deseos o maldad). Lo opuesto a la corrupción es la pureza o santidad; y es esa la parte de la naturaleza divina: La Santidad, lo que hemos de desarrollar para que nos sea otorgado e valor absoluto de nuestra herencia; porque sin sanidad, nadie verá a Dios (He.12:14).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/12/2018 MENSAJE # 2897
"Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos".
=== La obra divina siempre tiende a suplir de manera absoluta las necesidades y potencialidades de quienes participarán del llamamiento celestial. El Padre nunca deja nada al azar. Así como nuestro ADN contiene un programa genético y procesal para toda la extensión de nuestra vida natural; así también el Padre nos apareja para que nuestra vida espiritual y trascendente, no sea una aventura; si no la exacta reproducción del género de vida asignado con el éxito como resultado. El individuo que no está consciente de su impartición para la correcta ejecución del propósito, defeccionará por ello; no integrándose a su realidad de orden trascendente, desperdiciando el valioso material del que se viera premunido por la Deidad. Y es el deseo del siervo y apóstol que cada creyente entienda su asignación, se ocupe en ella, y obtenga plena aprobación al cubrir su cometido según lo programado. Así, pues, la VIDA, término que implica la totalidad del plano existencial en su función tripartita ideal, operando para la gloria de Dios, es algo que debe gobernar nuestras mentes, promoviendo el agrado divinal como aquella fuerza viva que nos impulsa hacia el sino deparado para nosotros como miembros de la familia de Dios. Al referirse a la PIEDAD, nos revela la forma en la que hemos de conducirnos durante el tiempo de nuestra peregrinación, ajustándonos conscientemente a la realidad tripartita que compone nuestra manera de ser y nuestro andar, honrando con principios y acciones al Dios Creador y Redentor que nos hizo capaces de cubrir su voluntad soberana en el trámite de nuestra peregrinación.
=== Ambas cosas nos fueron adjudicadas para que al movernos en ellas, obtengamos de un modo total todos los detalles que cubrirán las expectativas del Padre en lo concerniente a su propósito. Cuando Dios programó todo ello, utilizó su poder: "... Él es quien SUSTENTA todas las cosas con la palabra de su poder ..." (He.1:3). Y es por eso que EL CONOCIMIENTO DE AQUEL QUE NOS LLAMÓ POR SU GLORIA Y EXCELENCIA, pasa a constituirse en la fuerza viva que nos impulsa como el motor y motivo para el avance sustantivo, promoviendo el andar en línea recta con la revelación que se nos imparte, en el cual el retroceso no es una opción: "Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que tienen fe y salvan su alma" (He.10:39). Cuando Nabucodonosor ordenó que se preparase a los cautivos de entre los judíos en las letras y las ciencias de los caldeos, él fue muy celoso en su solicitud: "Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de los eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios e ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey, y que se les enseñase las letras y la lengua de los caldeos" (Dn.1:3-4). Si esto es así para el rey babilónico, ¿qué nos hace pensar que Dios pedirá algo menos?
=== Lo que Pedro clasifica como preciosas y grandísimas promesas, no son sino la ENERGÍA SEMINAL (Semillas de fe), que crecen al conjuro de la dedicación de los portadores de la misma, quienes han de desarrollar progresivamente dichas capacidades para alcanzar la ideal madurez que los lleve de la mano a la santificación, que es la naturaleza divina que nos otorga el derecho de constituirnos como herederos. Nótese cómo al final de este verso se ratifica ue HEMOS HUIDO DE LA CORRUPCIÓN QUE HAY EN EL MUNDO A CAUSA DE LA CONCUPISCENCIA (malos deseos o maldad). Lo opuesto a la corrupción es la pureza o santidad; y es esa la parte de la naturaleza divina: La Santidad, lo que hemos de desarrollar para que nos sea otorgado e valor absoluto de nuestra herencia; porque sin sanidad, nadie verá a Dios (He.12:14).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/12/2018 MENSAJE # 2897
DIOS NOS HA COMPARTIDO TODO LO QUE ÉL GUARDABA PARA NOSOTROS EN UNA FORMA GLOBAL Y PERFECTA. SI TOMAMOS CADA UNA DE ESTAS SEMILLAS, Y LAS SEMBRAMOS Y CULTIVAMOS, NUESTRO COMPROMISO CON LA DEIDAD HABRÁ ALCANZADO SU PLENITUD.
ResponderEliminar¡Amén!G Gracias a Dios por sus preciosas y grandísimas promesas.
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