LAS DIRECTIVAS DIVINAS AFECTAN A TODOS AQUELLOS A LOS QUE DIOS HA ELEGIDO COMO SUS VOCEROS Y SUS REPRESENTANTES, LOS CUALES SERÁN REVESTIDOS DEL OPORTUNO ATUENDO PARA FUNGIR COMO TALES.

LIMA - PERÚ   SÁBADO 08 DE DICIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2903

DANIEL 4:13-17.

"Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejarán en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres".

=== El rey Nabucodonosor está compartiendo su testimonio, y en él nos revela la relación célico-pedestre que hay entre Dios y el género humano, haciendo notorio que sus escogidos en las sucesivas generaciones mantienen su libertad individual, y que, mientras no son procesados para hacer una sabia ejecución de los principios divinos, son susceptibles de yerros y torpezas que hasta nos hacen dudar de su condición como tales. Dos no nos robotiza, ni nos hace sus títeres o marionetas; invitándonos a participar con él en el cubrimiento de su propósito por las edades, generación tras generación. Y es solamente cuando nos tornamos obstinados, o nos sentimos supuestamente superiores a los demás, que nos tiene que aislar y medicar, de modo que entendamos nuestro rol y mayordomía (independientemente de nuestra jerarquía y posición de humana factura), para que nos constituyamos en colaboradores suyos, y nuestra eficacia participativa se maximice, haciéndonos sus providenciales instrumentos. Pero cuando la soberbia nos corona, y nos sentimos como 'pares del reino', y no como 'pajes de armas'; precisamos de la divina corrección. Fue así que Dios hizo subir a Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que conociera que en el ajedrez celestial los reyes tienen que aguardar los movimientos iniciales y preparatorios de los peones, y los elementos de su guardia personal, para que las cosas regias se mantengan en orden, y él reciba la protección ordenada y adecuada que lo lleve a ganar la partida. Mientras que la soberbia produce movimientos giratorios alrededor del eje, en su imaginación; la prudencia hace lenta su participación, llevándolo a operar con equilibrio y acierto, y es así que este rey babilónico hubo de aprender que los planes maestros son diseñados por el Padre celestial; que él los ha de recibir por inspiración, y que todos en conjunto habrán de operar para interactuar con la Deidad en principios y prácticas. Cuando eso acontece, todo sale bien; cuando no ... ¡Ay, Padre!

=== Nabucodonosor, era alguien a quien había de dirigir en sueños; porque despierto, no oía ni atendía a Dios. Pero cuando se despojaba de la corona (no podía dormir con ella puesta, el que lee,entienda), era más sencillo penetrar en él por la  vía de la subconsciencia (Job 33:14-17), obligándolo a buscar un adecuado intérprete (para eso estaba Daniel), de modo que la revelación tuviera la adecuada orientación, y el rey experimentara el plano trascendente válido para las edades, haciendo que todo corresponda en el plano generacional, manteniendo las edades en línea con su voluntad soberana. Y fue en esos momentos en que el cielo y la tierra dialogaban, que el rey terrícola vio bajar de la celeste esfera a un vigilante y santo que señaló una sentencia, un veredicto, una resolución que no admitía una contestación. Veamos. Nabucodonosor, reconoció la investidura del ser celestial que le comunicara una sentencia de siete años para alcanzar pleno entendimiento acerca de las divinas gobernaciones y sus cumplimientos. Al llamarlo VIGILANTE, entendió su labor como un supervisor celestial que se ocupaba de mantener el buen orden en su adecuado nivel, de modo que todo se regulara y acomodara al beneplácito divinal; y al definirlo como SANTO, apuntaba a su elección como alguien separado por Dios, y aparejado para obrar en conformidad con lo que a él le agradaba. El atuendo del siervo celestial, y su gloriosa apariencia, eran familiares para alguien que no admitía en su corte nada inferior a lo mejor, identificándolo como alguien muy connotado a  nivel de la corte celestial, y que poseía la autoridad que se le confiere a un heraldo para comunicar un veredicto que no admitía réplica alguna, ejecutando de inmediato el mandato divino.

=== Cada detalle sobre el dictamen divino fue pormenorizado, referido y proclamado, despojando al rey de Babilonia de toda su ornamentación y su parafernalia, ordenando que al reo se le revistiera bestialmente, se le abandonara a su suerte bajo la divina guardianía, mientras que su regia condición no se vería usurpada (por lo del tocón encadenado a la hierba del campo con cadenas de bronce y hierro); hasta que el rey volviera de su locura, confesara que era un siervo fiel a la utilidad divina, y reconociera su naturaleza como subordinada a la corte celestial, como efectivamente ocurrió. Si recordamos el mandamiento sobre la renovación de nuestro entendimiento en Romanos 12:1-3, la sacaremos barata, y podremos seguir fluyendo bajo la gobernación de la mente de Cristo, y el andar en el Espíritu (1Co.2:16; Ef.4:21-24).

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA     08/12/2018   MENSAJE # 2903