LIMA - PERÚ LUNES 27 DE ABRIL DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 6:11
"Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios".
*** Al haberse referido el apóstol al reino de Dios, envolvió todas estas declaraciones dentro de ese contexto. Los valores eternos no pueden ser tratados como algo despreciable. Si a Esaú no le importaba su heredad, ni su primogenitura, y un hambre momentáneo le pareció más importante que su posesión hereditaria, vendiéndola por un plato de lentejas; ¡esa no debe de ser la actitud de los genuinos hijos de Dios en cuanto a su sino! Si te ha sido dado ver el reino, y el entrar en él por el nuevo nacimiento, lo que sigue a continuación es identificarte con él en principios y prácticas, asumiendo como una realidad concreta tu filiación, ordenando tus pasos y asociándote con los santos en una realidad corporativa y trascendente.
*** Cuando alguien que ya está constituido como miembro de una localidad, decide comportarse neciamente, y actuar perversamente, como si no conociera a Dios, es evidente que el tal no considera su posición regia como una realidad determinante, ni como su destino final. Y su conducta en el seno congregacional revela a todos que no es un sujeto de fe, sino un mísero aventurero, alguien que abandonará sus privilegios regios en un momento de crisis, alguien que venderá a su Señor por treinta piezas de plata, y que ve la vida cristiana como algo que no merece la pena, como hicieran: Demas, Himeneo y Fileto, Alejandro el calderero, etc.
*** Pablo trae a la memoria de esta gente "lo que eran", implicando que estas cosas pertenecen al pasado, a la vieja creación, a la naturaleza adámica que no tiene cabida dentro del andar regio de los renacidos como príncipes neocreacionales. Pablo habla de nuestra consciencia como hijos amados, como gente del reino que guarda el orden divino y efectúa la voluntad de Dios con agrado.
¿ De qué hemos de estar conscientes?
(I) De que ya hemos sido lavados, y que toda maldad es removida por la Palabra de Dios que constantemente llega a nosotros mediante la predicación de la cruz y la práctica de la piedad;
(II) De que nuestra santificación es un hecho procesal que está obrando nuestra transformación y conformación, cambiando nuestra naturaleza para ser aceptos por el Señor dentro de su esfera, en aras de alcanzar la plenitud que nos hará dignos de nuestra herencia de modo perenne;
(III) De que somos la justicia de Dios en Cristo Jesús, y que dicha imputación se ha constituido en nuestro estado legal, estando presentes ante Dios como gente digna, pura y limpia, y que está facultada y dotada para ejecutar la voluntad divina como su fluir espontáneo y consciente de las bases del trono: Justicia y Juicio, ejecutándola con nosotros y con otros en la misma medida de nuestra fe; no habiendo pie o parte para conductas execrables.
(IV) El nombre de nuestro Señor Jesús, que sobre todo otro nombre está, es un llamado interno a una continua fidelidad al tal por causa de su Señorío, mediante el cual el proceso santificante es cubierto hasta lo sumo, sin que nuestra boca se ensucie mencionando profanamente el de otros dioses falsos.
(V) El Espíritu de nuestro Dios, el mismo que se movía sobre la faz de las aguas en Génesis 1:2, y que luego viniera a habitarnos con el propósito de santificarnos, es el que actúa en nosotros con el fin de perpetuar su naturaleza y llenarnos de su panorama trascendente.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/04/2015
*** Al haberse referido el apóstol al reino de Dios, envolvió todas estas declaraciones dentro de ese contexto. Los valores eternos no pueden ser tratados como algo despreciable. Si a Esaú no le importaba su heredad, ni su primogenitura, y un hambre momentáneo le pareció más importante que su posesión hereditaria, vendiéndola por un plato de lentejas; ¡esa no debe de ser la actitud de los genuinos hijos de Dios en cuanto a su sino! Si te ha sido dado ver el reino, y el entrar en él por el nuevo nacimiento, lo que sigue a continuación es identificarte con él en principios y prácticas, asumiendo como una realidad concreta tu filiación, ordenando tus pasos y asociándote con los santos en una realidad corporativa y trascendente.
*** Cuando alguien que ya está constituido como miembro de una localidad, decide comportarse neciamente, y actuar perversamente, como si no conociera a Dios, es evidente que el tal no considera su posición regia como una realidad determinante, ni como su destino final. Y su conducta en el seno congregacional revela a todos que no es un sujeto de fe, sino un mísero aventurero, alguien que abandonará sus privilegios regios en un momento de crisis, alguien que venderá a su Señor por treinta piezas de plata, y que ve la vida cristiana como algo que no merece la pena, como hicieran: Demas, Himeneo y Fileto, Alejandro el calderero, etc.
*** Pablo trae a la memoria de esta gente "lo que eran", implicando que estas cosas pertenecen al pasado, a la vieja creación, a la naturaleza adámica que no tiene cabida dentro del andar regio de los renacidos como príncipes neocreacionales. Pablo habla de nuestra consciencia como hijos amados, como gente del reino que guarda el orden divino y efectúa la voluntad de Dios con agrado.
¿ De qué hemos de estar conscientes?
(I) De que ya hemos sido lavados, y que toda maldad es removida por la Palabra de Dios que constantemente llega a nosotros mediante la predicación de la cruz y la práctica de la piedad;
(II) De que nuestra santificación es un hecho procesal que está obrando nuestra transformación y conformación, cambiando nuestra naturaleza para ser aceptos por el Señor dentro de su esfera, en aras de alcanzar la plenitud que nos hará dignos de nuestra herencia de modo perenne;
(III) De que somos la justicia de Dios en Cristo Jesús, y que dicha imputación se ha constituido en nuestro estado legal, estando presentes ante Dios como gente digna, pura y limpia, y que está facultada y dotada para ejecutar la voluntad divina como su fluir espontáneo y consciente de las bases del trono: Justicia y Juicio, ejecutándola con nosotros y con otros en la misma medida de nuestra fe; no habiendo pie o parte para conductas execrables.
(IV) El nombre de nuestro Señor Jesús, que sobre todo otro nombre está, es un llamado interno a una continua fidelidad al tal por causa de su Señorío, mediante el cual el proceso santificante es cubierto hasta lo sumo, sin que nuestra boca se ensucie mencionando profanamente el de otros dioses falsos.
(V) El Espíritu de nuestro Dios, el mismo que se movía sobre la faz de las aguas en Génesis 1:2, y que luego viniera a habitarnos con el propósito de santificarnos, es el que actúa en nosotros con el fin de perpetuar su naturaleza y llenarnos de su panorama trascendente.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/04/2015
CUANDO LA NUEVA CREACIÓN ES UN HECHO EN LA MENTE, EN EL CORAZÓN Y EN EL ACCIONAR, LO INHERENTE A LA VIEJA NATURALEZA HA DEJADO DE COMANDAR NUESTRAS VIDAS, Y LA RENOVACIÓN DE NUESTRO ENTENDIMIENTO OPERARÁ GRADUALMENTE HASTA DARNOS UNA ABSOLUTA CONVICCIÓN SOBRE LOS VALORES DE LA NUEVA VIDA, DESECHANDO LO REFERENTE A LA VIEJA NATURALEZA, INHIBIÉNDOLA PRIMERO, Y ANULÁNDOLA TOTALMENTE, DESPUÉS. NUESTRA CONSCIENCIA NEOCREACIONAL SE MANIFESTARÁ EN LAS OBRAS QUE DIOS PREPARÓ PARA NOSOTROS, PARA QUE ANDUVIÉSEMOS EN ELLAS.
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