LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 08 DE ABRIL DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
"Primera de Corintios 3:16-18.
"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio".
*** El giro apostólico, al pasar de lo que se hace como sobreedificadores, a lo que somos por la gracia de Dios, nos revela cómo debemos apreciarnos por causa de nuestra investidura como hijos y siervos de Dios. El pensamiento griego asumía que el cuerpo físico carecía de valor real, y que lo único importante era la vida interior, religiosa y anímica, descuidando su plano moral, y dedicándose a una total relajación que juzgaran sin consecuencias. De allí la solemne advertencia del apóstol considerada a renglón seguido, revelando nuestros cuerpos mortales como el templo donde mora el Señor, llamándonos a honrarlos y presevarlos a título personal, creando consciencia del ser tripartito que somos, y que no debemos ser negligentes con aquellas cosas que Dios aprecia como de inmenso valor para él.
*** El descuido y deterioro de nuestros cuerpos mortales equivale aquí a negligencia criminal, implicando que la salvación nos ocupa tripartitamente (1Ts.5:23), instándonos a guardar de un modo irreprensible cada parte de nosotros. Lo que hacemos, lo que comemos, el aseo y desaseo, el pudor al vestir, etc.; son cosas que el Señor considera de vital importancia, y así hemos de estimarlas nosotros también.
*** Cuando observamos cómo las personas cuidan de su hogar y de su apariencia exterior e interior, nos percatamos de cómo quiere Dios que nos conduzcamos con el cuidado templario. La presencia de Dios en nosotros, santifica el templo (Mt.23:16-22). El temor de Dios nos llevará a honrar el templo del Señor, conservándolo y vistiéndolo de gala todo el tiempo; repetando a nuestro prójimo, porque es el templo del Dios viviente y está hecho según su semejanza (Stg.3:9). Así, la envidia, el menosprecio, el rechazo, la ofensa, el agravio, la agresión y el insulto gratuito, cobran formas definidas, y entendemos lo dicho por Jesús en el sermón del monte (Mt.5:22-24). Nuestra consciencia templaria nos conducirá todo el tiempo en temor y temblor ante el Señor.
*** Aun las cosas más insignificantes, y que a un carnal le parecen inofensivas, pero que atentan contra el templo de Dios, que somos nosotros, son consideradas por Dios como una afrenta o una agresión. Cuidemos, pues, de nuestros cuerpos, como el espacio voluntariamente cedido a nuestro Dios, y donde él tiene total autoridad y prevalencia.
*** Por otro lado, la fatuidad de la así llamada "sabiduría humana", es amonestada, y se le recomienda al tal una actitud como la que tuvo Pablo al llegar con el mensaje de la cruz a los corintios, pues él se propuso no saber nada, sino a Jesucristo, y a éste crucificado o colgado de un madero. La renovación de nuestro entendimiento, es básica para alcanzar una perspectiva correcta según Dios. Sin la renovación del entendimiento, no procede la transformación; y nos hallaremos atentando una y otra vez contra el templo del Dios viviente, y contra el autor de nuestra santificación, ameritándose un juicio. Si queremos LA SABIDURÍA QUE DE ARRIBA PROVIENE, desechemos el bagaje de la vida natural, incluido su refinamiento, y vaciemos nuestros corazones de todo ello, penetrando a la esfera de lo celestial con un cupo total en nuestra mentalidad y nuestros deseos, haciendo la voluntad de Dios sobre la base de las nuevas instructivas.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/04/2015
LA GUIANZA DIVINA MUEVE AL APÓSTOL PABLO A MOSTRAR LA IMPORTANCIA DE NUESTROS CUERPOS MORTALES COMO TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO, INSTÁNDONOS A SU PRESERVACIÓN EN TODOS LOS SENTIDOS. RECORDEMOS QUE CUANDO EL ESPÍRITU SANTO VIENE A HACER DE NOSOTROS SU HABITACIÓN, ÉL SANTIFICA NUESTROS CUERPOS CON SU PRESENCIA. QUE NUESTRA ACTITUD HACIA ELLO SEA LA CORRECTA SOBRE LA BASE DE LO IMPARTIDO.
ResponderEliminar¡AMÉN! CUIDEMOS NUESTROS CUERPOS, TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO, TANTO EN LA HIGIENE FÍSICA, TENIENDO CUIDADO DE COMER ALIMENTOS SANOS, Y EN LO ESPIRITUAL, OCUPÁNDONOS DE LAS COSA DEL ESPÍRITU PARA BIENESTAR DE NUESTRO ESPÍRITU. ¡GLORIA A DIOS! GRACIAS PASTOR EFRAÍN POR LA ENSEÑANZA.
ResponderEliminar