LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 01 DE ABRIL DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS
Primera de Corintios 2:12-13
"Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual".
*** Ahora que el creyente conoce y entiende su panorama espiritual (el de Dios Padre y el suyo, según los vs.10-11), el plano revelacional no lo aturde ni lo confunde. El hombre espiritual entiende su fluir como una persona de dos campamentos; y aunque se torna más juicioso y enjundioso, analizando las cosas con exactitud y certeza en el ámbito espiritual, para actuar correctamente y en armonía con el Padre; su reacción frente a lo que tiene ante sí es inmediata y espontánea, pues su consciencia trabaja a plenitud dándole la oportuna dirección, o inhibiendo su fluir, según sea el caso.
*** Pablo argumenta que el mundo posee un espíritu (un pensamiento, una idea, un sentido, una orientación), cautivándolos en pos de ello. La multiplicidad de deseos y pareceres, difunde la realidad hasta hacerla imprecisa, dejándose arrastrar por los apetitos, los instintos o impulsos; sufriendo posteriormente las consecuencias del momentáneo desvarío. En contraposición, la naturaleza espiritual que procede del Espíritu de Dios, es preclara y meridiana, proveyendo la exactitud de la tripartita consideración, trayendo bendición y trascendencia.
*** El disertar de los hijos de Dios tiene la característica de lo puntual, lo específico, y lo que es sano para la vida procesal, la santificación y el agrado divino. Cuando queremos explicar el sentido preciso de la divina inspiración, las mentes convencionales quedan abismadas y trabadas, dada su limitación. El mundo material es abarcable mediante los sentidos, asumiendo como irreal o inexistente cualquier cosa que los tales no comprendan ni perciban; de allí que sea estrictamente necesario demostrar en lo natural el poder de la Palabra de Dios, para que se afecten los limitados sentidos con cosas que no tienen explicación, pero poseen tangibilidad.
*** Cuando intentamos explicarle a un ciego lo que es el color, y sus matices; su muerta visión no puede captar el significado de lo que le decimos; así tampoco el sordomudo posee audición y expresión; habiendo de buscar un modo específico para que nos puedan entender a los que sí vemos, hablamos y escuchamos. Lo anímico no posee el cupo ideal para captar lo que sólo es intuible por el Espíritu, ya que éste habita fuera de la dimensión de lo meramente anímico.
***Pablo nos habla de acomodar lo espiritual a lo espiritual, haciéndonos entender que solamente el nuevo nacimiento facultará al individuo a captar a Dios, su mover y sus principios. La relevancia de tener el Espíritu morando en nosotros es lo que crea el alojamiento para la nueva esfera y el ejercicio de sus funciones como una realidad vigente y actuante. El espíritu humano no imagina; sabe; no procesa la información, la intuye; no intenta etender la existencia de Dios; se comunica con él en su naturaleza esencial. ¿Bien? ¡Acomodémonos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/04/2015
EL CRISTIANO QUE HA SIDO HECHO PARTÍCIPE DEL ESPÍRITU DE DIOS Y DE SU PORTENTOSO OBRAR, SE HABITÚA A LOS MILAGROS, LAS SANIDADES, LAS SEÑALES Y LOS PORTENTOS. SU VIDA NO ES UN CONTINUO ACUMULAR INFORMACIÓN INTRASCENDENTE, SINO UN CONSTANTE INTERACTUAR CON LA TRINIDAD, VIENDO Y PROMOVIENDO EL FLUIR DEL REINO DIVINAL.
ResponderEliminar