LIMA - PERÚ LUNES 02 DE MAYO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS
Hebreos 11:30-37.
"Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados".
*** La singularidad de la fe, en sus operaciones, durante el trámite de la conquista de la tierra prometida, nos muestra nuevos matices, quitando la capacidad para estandarizarla o de darle una forma específica que indique hasta dónde llega su poder. Su naturaleza multiforme no puede ser catalogada dentro de lo lógico y definible, llamándonos el Padre a ser sorprendidos cada vez que él quiere actuar a su sazón. La instrucción para conquistar Jericó les llegó directo de arriba, y como siempre, de un modo nunca antes visto en la historia de la humanidad, y los muros se cayeron después de rodearlos siete días, dando trece vueltas alrededor del mismo.
*** De aquí, el autor pasa a mostrarnos la fe en una persona que siendo jericoíta, se definió por el Señor, y entendió que Yahweh era Dios en los cielos y en la tierra, salvando su vida y la de su familia que se reuniera en su casa. Ella recibió a los espías israelitas en paz, porque ya estaba persuadida que Dios les había entregado aquella tierra. Y de aquí, el autor salta súbitamente en la historicidad del pueblo escogido, nombrando a jueces, al rey David y al profeta Samuel entre otros tantos hombres de Dios que tuvieran la fe del caso para hacerse cargo de la reactivación de la nación, y de entrar a nuevos niveles de fe que hicieran de la casta judía lo que ésta sería en el contexto histórico.
*** El autor nos hace ver que las personas mencionadas por él en esta galería de la gente de fe, destaca por ello mismo. Esta gente no se detuvo a pensar en sí mismos como personas dignas, preparadas, de un superior intelecto, o de ser mejores que otros; simplemente asumieron el creer en Dios y en su llamado, disponiéndose para ser usados por la Deidad conforme a su sazón. Su elección, su fe, y su disposición, se hicieron el delicioso coctel con el que Dios brindara con el destino, aderezándolo todo según su predeterminación, y cumpliéndolo en el plano de la cronología humana conforme a su parecer inicial.
*** Los resultados del divino obrar en estos individuos, trajo la conquista de varios reinos, la correcta impartición de la justicia, que trajo el alcance de las promesas (la capacidad de recorrerlo todo desde la salida hasta la meta en el logro de los objetivos divinos que los tuviera a ellos como sus protagonistas), taparon bocas de leones (clara alusión a Daniel en el foso de los tales); apagaron fuegos impetuosos (nos recuerda a la ira de Nabucodonosor contra Ananías, Misael y Azarías lanzándolos al horno inocuo), fueron librados de morir en las guerras, se levantaron en medio de grandes debilidades, e hicieron correr al enemigo (la historia de uno de los valientes de David, Eliezer hijo de Dodo 2 Samuel 23:9-10).
*** Las madres israelitas que por la vía de la resurrección ¡cuán grande es la fe! recuperaron a sus muertos. Mas los que tenían una fe mucho mayor, no buscaron la prolongación de su existencia, sino una resurrección trascendente que los uniera con el Señor de modo sempiterno. Y otros siervos de Dios, fueron castigados sufriendo burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles. Las muertes más horribles, ya fuera por lapidación, siendo aserrados o partidos por la mitad; llevados a pruebas que llegaran al paroxismo, vilmente pasados a cuchillo, moviéndose como seres errantes en las condiciones más miserables; viéndose angustiados y maltratados de un modo excesivo, y en la más extrema pobreza, manteniendo en alto el estandarte de su fe en Dios a despecho de lo que les tocara sufrir. ¡Elos sabían quiénes eran, que tenían y qué podían hacer en el nombre de su Señor!
"Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados".
*** La singularidad de la fe, en sus operaciones, durante el trámite de la conquista de la tierra prometida, nos muestra nuevos matices, quitando la capacidad para estandarizarla o de darle una forma específica que indique hasta dónde llega su poder. Su naturaleza multiforme no puede ser catalogada dentro de lo lógico y definible, llamándonos el Padre a ser sorprendidos cada vez que él quiere actuar a su sazón. La instrucción para conquistar Jericó les llegó directo de arriba, y como siempre, de un modo nunca antes visto en la historia de la humanidad, y los muros se cayeron después de rodearlos siete días, dando trece vueltas alrededor del mismo.
*** De aquí, el autor pasa a mostrarnos la fe en una persona que siendo jericoíta, se definió por el Señor, y entendió que Yahweh era Dios en los cielos y en la tierra, salvando su vida y la de su familia que se reuniera en su casa. Ella recibió a los espías israelitas en paz, porque ya estaba persuadida que Dios les había entregado aquella tierra. Y de aquí, el autor salta súbitamente en la historicidad del pueblo escogido, nombrando a jueces, al rey David y al profeta Samuel entre otros tantos hombres de Dios que tuvieran la fe del caso para hacerse cargo de la reactivación de la nación, y de entrar a nuevos niveles de fe que hicieran de la casta judía lo que ésta sería en el contexto histórico.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 02/05/2016
LAS HISTORIAS DE LOS SUJETOS DE FE EN ESTA EXTENSA GALERÍA, CADA UNO DENTRO DE SU CONTEXTO, SUS ACIERTOS Y SUS FALENCIAS, ESTÁN AQUÍ PORQUE SU TESTIMONIO EN CUANTO A LA FE DEJÓ PROFUNDA HUELLA ENTRE SUS HERMANOS, MOSTRÁNDOLES QUE EL HILO ROJO DE LA FE ES LO ÚNICO QUE LOS UNE HISTÓRICA Y PROFÉTICAMENTE.
ResponderEliminar