jueves, 9 de junio de 2016

AQUELLOS TRES DÍAS Y TRES NOCHES QUE EL SEÑOR ANUNCIARA QUE PERMANECERÍA BAJO TIERRA, ERA POR EL TRABAJO QUE TENÍA QUE HACER EN LAS REGIONES TENEBROSAS DEL HADES, PROLAMANDO SU VICTORIA Y TRIUNFO SOBRE LA MUERTE Y EL HADES, LLEVÁNDOSE, DE PASO, LAS LLAVES DE LAS ESFERAS QUE ANTES ÉSTOS POSEYERAN, PRELUDIANDO LA RESURRECCIÓN Y SU POSTERIOR ASCENSO A LA GLORIA CON UN TRIUNFO TOTAL.

LIMA - PERÚ  MIÉRCOLES 08 DE JUNIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO

Primera de Pedro 3:19-22.

"En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperada la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades".

*** Cuando el apóstol describe el panorama redentivo, con el trueque correspondiente: "...El Justo por los injustos, para llevarnos a Dios..." (1P.3:18a), nos extrae de la condenación perpetua que fuera nuestro sino, disponiéndolo todo para que fuéramos manumitidos tras el pago de nuestro rescate, y en una condición santificada y resurrecta, fuéramos trasladados a nuestra morada eternal, participando anticipadamente de la esfera del reino por las dotaciones que nos impartiera por el Espíritu que hiciera morar en nosotros, usándonos como sus heraldos con la Palabra y el Poder que se nos asignara al predicar el evangelio a toda criatura. 

*** Lo que a continuación declara Pedro, debe ser plenamente entendido por el pueblo de Dios: "...Siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu" (1P.3:18b), porque esta realidad se constituye en nuestra experiencia particular, ya que aunque nos movemos en una naturaleza carnal y adámica, en lo natural, es decir, biológicamente hablando; el género vital que nos fuera otorgado es de naturaleza espiritual intrínseca, viviendo por ello, tal como lo revela Pablo también: "Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia (adjudicada). Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús VIVIFICARÁ TAMBIÉN VUESTROS CUERPOS MORTALES por el Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis" (Ro.8:10-13). La realidad de la resurrección componía una de las verdades más importantes para Pedro, refiriéndolo como la base de sus prédicas una y otra vez.

*** Fue en esta condición que el Señor Jesús se hizo presente ante los espíritus encarcelados, haciendo notorio su triunfo sobre la muerte, y la verdad de sus promesas a lo largo de la cronología humana, preservando aquellas generaciones que él asumiera como perfectas y dentro de su plan y propósito (Gn.6:9-13). Fue esta combinación perversa de seres angelicales con seres humanos, aquello que Dios desechó, determinando la destrucción de aquella casta degenerada. Notamos en Génesis 6 cómo nos es descrita dicha rebelión, y la opción que el Padre les transmitiera, mostrando su gracia al girarles un cheque por cobrar de ciento veinte años que se desestimara (En la numerología escritural ciento veinte es el número representativo de la iglesia como el arca divina) (2P.2:4) Lo que en los ángeles caídos fuera una aberración, llegó a ser entre el género humano algo análogo, y la tierra se llenó de maldad y de violencia, decidiendo el Señor su destrucción (2P.2:5; Jud.6). De toda aquella generación degenerada no quedó nadie, y solamente Noé y sus hijos, con sus respectivas esposas fueron preservados por la gracia divina, como lo testifica Pedro aquí. diciendo que fueron salvadas por agua, refiriéndose a su preservación del juicio divino, y al hecho de que toda aquella generación perversa no podría contaminarlos de nuevo.

*** (1P.3:21) Al ser sumergidos en esta realidad, en la gracia impartida en la forma de un arca que flotara sobre el juicio divinal acuoso, hemos de entender que tal empapamiento no veía para quitar las inmundicias de la carne, sino a predisponernos espiritualmente para mantener una buena conciencia hacia Dios y sus requerimientos, entendiendo que poseemos en nosotros mismos la vida de resurrección que es capaz de asociarnos con el Padre en su gloria regia, y que nos lleva a identificarnos con él viviendo bajo el gobierno divinal, cogobernando con él, viendo cómo las potestades celestiales trabajan con nosotros en el cubrimiento oficial del propósito divino.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   08/06/2016

1 comentario:

  1. EL PANORAMA QUE PEDRO NOS PRESENTA AQUÍ HA DE SER COTEJADO CON LO REFERIDO POR OTROS APÓSTOLES (PEDRO, JUDAS), Y CON LO REFERIDO POR MOISÉS, PARA QUE TENGAMOS UNA COMPLETA PERSPECTIVA DE LO QUE AQUÍ SE NOS REVELA.

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