LIMA - PERÚ VIERNES 24 DE JUNIO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO
Segunda de Pedro 3:8-13.
"Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia".
*** El conteo del tiempo, en las mentes finitas, se torna relativo dentro de la esperanza de vida humana (70 a 80 años); pero cobra valores dimensionales impresionantes cuando aplicamos los divinos considerandos, reconociendo que: "En tu mano están mis tiempos" (Sal.3:15a); que "Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años" (Sal.90:10a); y que la petición de los hijos de Dios es: "¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Sal.90:11-12). Así, cuando pide nuestra conversión, nos dice: "Porque mil años delante de sus ojos son como el día de ayer que pasó, y como una de las vigilias de la noche (que duraban tres horas)" (Sal.90:3b-4). ¡Dios no trabaja las edades con nuestra cronometría natural; sino con la suya!
*** Los que absurdamente estiman como una tardanza el obrar divinal (cual vírgenes insensatas), desconocen los límites de la gracia por no estar atentos a lo que la Biblia dice sobre ello a través de los símbolos (los tres brazos del lado izquierdo del Menorah: Dos mil de gracia, y mil años del milenio; los dos mil codos de distancia entre la gente que atravesaba el Jordán y el arca del pacto que llevaban los sacerdotes; ¡y otros que no citaré para que ustedes también investiguen! Al no tener este conocimiento, las mentes profanas se tornan inmediatistas, y no forman parte de las generaciones que aguardan en la paciencia del Padre; para ellos la loganimidad divina es permisividad; y su aparente inactividad, se estima como consentimiento promoviendo la relajación en los inconstantes, y la disolución en los inconformes. Y será esa falta de arrepentimiento la que los cogerá de improviso, sorprendiéndolos con una súbita combustión que los abrasará hasta hacerlos uno con la tierra que amaron, igual que a la mujer de Lot, y a los habitantes de Pompeya que fueran cubiertos de lava, muriendo justo cuando la tierra era renovada por aquella volcánica explosión; ¡cruel paradoja de triste analogía!
*** La fisión o escisión del núcleo de un átomo, al dividirse liberando energía. producirá después la fusión de todos los elementos; ¿Sabes tú cuándo vendrán a robarte? Tampoco sabrás el tiempo que Dios elija para hacer su juicio, viéndote sorprendido, sintiendo el ruido ensordecedor mientras que todo se combustiona en aquel infernal momento, devorándolo todo y a todos los que se complacieron en la maldad ¿Estás aferrado a algo aquí? ¡Se hará chicharrón, se convertirá en una masa amorfa, uniéndose a lo que dejará de ser! Los cielos nuevos y la tierra nueva necesitan su espacio, el que hoy usurpa lo transitorio, donde la vida nueva no encuentra razón para existir, gimiendo por la ciudad cuyo Arquitecto es Dios. ¿Cuál debe ser nuestra actitud al respecto?
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/06/2016
*** El conteo del tiempo, en las mentes finitas, se torna relativo dentro de la esperanza de vida humana (70 a 80 años); pero cobra valores dimensionales impresionantes cuando aplicamos los divinos considerandos, reconociendo que: "En tu mano están mis tiempos" (Sal.3:15a); que "Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años" (Sal.90:10a); y que la petición de los hijos de Dios es: "¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Sal.90:11-12). Así, cuando pide nuestra conversión, nos dice: "Porque mil años delante de sus ojos son como el día de ayer que pasó, y como una de las vigilias de la noche (que duraban tres horas)" (Sal.90:3b-4). ¡Dios no trabaja las edades con nuestra cronometría natural; sino con la suya!
*** Los que absurdamente estiman como una tardanza el obrar divinal (cual vírgenes insensatas), desconocen los límites de la gracia por no estar atentos a lo que la Biblia dice sobre ello a través de los símbolos (los tres brazos del lado izquierdo del Menorah: Dos mil de gracia, y mil años del milenio; los dos mil codos de distancia entre la gente que atravesaba el Jordán y el arca del pacto que llevaban los sacerdotes; ¡y otros que no citaré para que ustedes también investiguen! Al no tener este conocimiento, las mentes profanas se tornan inmediatistas, y no forman parte de las generaciones que aguardan en la paciencia del Padre; para ellos la loganimidad divina es permisividad; y su aparente inactividad, se estima como consentimiento promoviendo la relajación en los inconstantes, y la disolución en los inconformes. Y será esa falta de arrepentimiento la que los cogerá de improviso, sorprendiéndolos con una súbita combustión que los abrasará hasta hacerlos uno con la tierra que amaron, igual que a la mujer de Lot, y a los habitantes de Pompeya que fueran cubiertos de lava, muriendo justo cuando la tierra era renovada por aquella volcánica explosión; ¡cruel paradoja de triste analogía!
*** La fisión o escisión del núcleo de un átomo, al dividirse liberando energía. producirá después la fusión de todos los elementos; ¿Sabes tú cuándo vendrán a robarte? Tampoco sabrás el tiempo que Dios elija para hacer su juicio, viéndote sorprendido, sintiendo el ruido ensordecedor mientras que todo se combustiona en aquel infernal momento, devorándolo todo y a todos los que se complacieron en la maldad ¿Estás aferrado a algo aquí? ¡Se hará chicharrón, se convertirá en una masa amorfa, uniéndose a lo que dejará de ser! Los cielos nuevos y la tierra nueva necesitan su espacio, el que hoy usurpa lo transitorio, donde la vida nueva no encuentra razón para existir, gimiendo por la ciudad cuyo Arquitecto es Dios. ¿Cuál debe ser nuestra actitud al respecto?
*** Pedro recomienda lo siguiente: Dado que todo lo transitorio tiene un sino trágico y final, lo que nos queda es adaptarnos al plano conductual que Dios aprueba, en santa y piadosa manera de vivir. De Enoc y de Noé se nos dice que CAMINARON CON DIOS, siendo el uno llevado por trasposición; el otro, preservado para forjar una nueva raza que rellenara la tierra con gente justa, y Pedro apela a que tales han de ser las características de los habitantes de la nueva tierra en aquella gloria tabernacular que compartiremos con la Deidad, en lo que Pedro denomina el Día de Dios ¡Aleluya!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/06/2016
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