LIMA - PERÚ LUNES 06 DE JUNIO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO
Primera de Pedro 3:8-13.
"Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?".
*** Tras haber compartido las bases que darían la estabilidad oportuna a las parejas casadas, el apóstol se proyecta hacia la iglesia como una entidad corporativa que requiere principios que los mantengan estables y dichosos. Se requiere, pues, que:
(1) Todos sean de un mismo sentir (la unidad criterial es básica para que todo funcione armónicamente).
(2) Ser mutuamente compasivos (el identificarse con sus hermanos en una sana empatía, poniéndonos en su lugar, y asumiendo el trato que quisiéramos que se nos diera).
(3) Amarnos fraternalmente (dado que el amor cubre multitud de pecados, precisamos del mismo para mantener los lazos filiales, y el deseo de recobrarnos en todas las áreas).
(4) Siendo misericordiosos (la misericordia es una característica del creyente para recobrar y ser recobrado de su crisis situacional, aplicándola en tiempos críticos, confiando en que será parte de la solución a los dilemas fraternos a nivel eclesial)
(5) Amigables (refiriéndose al afecto personal, puro y desinteresado, ordinariamente recíproco que nace y se fortalece en el trato, otorgándose mercedes y favores mutuamente. Tal ha de ser el sentido en el que nos tratemos al interrelacionarnos.
(6) No retribuyendo negativamente (no devolviéndonos un mal por otro mal, vengándonos de los que nos fueran contrarios an algún momento, sino buscando la forma de reconciliarnos).
(7) Convirtiendo la Bendición en nuestro lenguaje constante (habiendo entendido que fuimos llamados y programados para que heredásemos bendición, haciéndonos conscientes una vez más de la importancia de mantener un lenguaje de naturaleza divinal, bendiciendo y no maldiciendo).
*** Y a continuación, Pedro menciona el Salmo 34, en sus versos del 12 al 16. Veamos:
1. Porque: El que quiere amar la vida (en el contexto de lo que ella es para nosotros según Dios lo diseñara);
2. Y ver días buenos (encontrar dicha en el devenir histórico y profético en el plano existencial);
3. Refrene su lengua de mal (la necesidad de procurar el bien, e impartir una línea de acción positiva a nuestro lenguaje en el plano vivencial es algo imprescindible);
4. Y sus labios no hablen engaño (aquí se refiere a la naturaleza de lo que decimos, colocando la verdad como premisa básica y principio parlante, dando a entender la línea de pensamiento y el sentir que emerge de un corazón que interpreta el divino sentir, siendo verosímiles en todo tiempo);
5. Apártese del mal, y haga el bien (sin esenciar lo primero, desechando el mal como consigna; no habrá espacio para lo segundo, por ser opuesto en naturaleza y perspectiva. Se requiere de una renuncia a la maldad, para hacer lo que agrada a Dios, y que produzca nuestra paz como fruto excelente);
6. Busque la paz, y sígala (aquel estado de quietud y placidez que caracteriza la temporada pacífica, es como un oasis en medio de un desierto, alejando de nosotros todo temor e inquietud, mostrándonos una vasta extensión donde señorea el sosiego y la tranqulidad. La paz nos es ministrada como un andar o peregrinar persistente, como una burbuja en la que Dios nos introduce, perennizando ese estado de placidez que todos amamos).
7. Porque los ojos del Señor están sobre los justos (el Señor permanece atento a nuestro andar o peregrinar, y cuando estamos caminando dentro de su orden y voluntad, la vida es un continuo disfrute);
8. Los oídos atentos del Dios vivo (están siempre abiertos y dispuestos para quienes le sirven y hacen su voluntad. Todas nuestras oraciones llegan hasta sus oídos, descansando en el hecho de que seremos atendidos para la cobertura de cualquier necesidad que surgiera);
9. Pero el rostro del Señor (esto implica la ira que toda mala acción hecha contra nosotros despierta en él, y también, contra todo aquel que peca contra el orden instituido).
*** Esta porción (v.13), nos debe clarificar lo que es nuestra posición delante de él, y delante de los hombres. Nuestra certeza de su protección para sus santos es el producto de nuestra bendita continuidad en seguir sus pasos, haciendo el bien. El Señor quiere quitar de nosotros el temor existencial, cambiándolo por absoluta confianza en nuestros Protector.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 06/06/2016
(1) Todos sean de un mismo sentir (la unidad criterial es básica para que todo funcione armónicamente).
(2) Ser mutuamente compasivos (el identificarse con sus hermanos en una sana empatía, poniéndonos en su lugar, y asumiendo el trato que quisiéramos que se nos diera).
(3) Amarnos fraternalmente (dado que el amor cubre multitud de pecados, precisamos del mismo para mantener los lazos filiales, y el deseo de recobrarnos en todas las áreas).
(4) Siendo misericordiosos (la misericordia es una característica del creyente para recobrar y ser recobrado de su crisis situacional, aplicándola en tiempos críticos, confiando en que será parte de la solución a los dilemas fraternos a nivel eclesial)
(5) Amigables (refiriéndose al afecto personal, puro y desinteresado, ordinariamente recíproco que nace y se fortalece en el trato, otorgándose mercedes y favores mutuamente. Tal ha de ser el sentido en el que nos tratemos al interrelacionarnos.
(6) No retribuyendo negativamente (no devolviéndonos un mal por otro mal, vengándonos de los que nos fueran contrarios an algún momento, sino buscando la forma de reconciliarnos).
(7) Convirtiendo la Bendición en nuestro lenguaje constante (habiendo entendido que fuimos llamados y programados para que heredásemos bendición, haciéndonos conscientes una vez más de la importancia de mantener un lenguaje de naturaleza divinal, bendiciendo y no maldiciendo).
*** Y a continuación, Pedro menciona el Salmo 34, en sus versos del 12 al 16. Veamos:
1. Porque: El que quiere amar la vida (en el contexto de lo que ella es para nosotros según Dios lo diseñara);
2. Y ver días buenos (encontrar dicha en el devenir histórico y profético en el plano existencial);
3. Refrene su lengua de mal (la necesidad de procurar el bien, e impartir una línea de acción positiva a nuestro lenguaje en el plano vivencial es algo imprescindible);
4. Y sus labios no hablen engaño (aquí se refiere a la naturaleza de lo que decimos, colocando la verdad como premisa básica y principio parlante, dando a entender la línea de pensamiento y el sentir que emerge de un corazón que interpreta el divino sentir, siendo verosímiles en todo tiempo);
5. Apártese del mal, y haga el bien (sin esenciar lo primero, desechando el mal como consigna; no habrá espacio para lo segundo, por ser opuesto en naturaleza y perspectiva. Se requiere de una renuncia a la maldad, para hacer lo que agrada a Dios, y que produzca nuestra paz como fruto excelente);
6. Busque la paz, y sígala (aquel estado de quietud y placidez que caracteriza la temporada pacífica, es como un oasis en medio de un desierto, alejando de nosotros todo temor e inquietud, mostrándonos una vasta extensión donde señorea el sosiego y la tranqulidad. La paz nos es ministrada como un andar o peregrinar persistente, como una burbuja en la que Dios nos introduce, perennizando ese estado de placidez que todos amamos).
7. Porque los ojos del Señor están sobre los justos (el Señor permanece atento a nuestro andar o peregrinar, y cuando estamos caminando dentro de su orden y voluntad, la vida es un continuo disfrute);
8. Los oídos atentos del Dios vivo (están siempre abiertos y dispuestos para quienes le sirven y hacen su voluntad. Todas nuestras oraciones llegan hasta sus oídos, descansando en el hecho de que seremos atendidos para la cobertura de cualquier necesidad que surgiera);
9. Pero el rostro del Señor (esto implica la ira que toda mala acción hecha contra nosotros despierta en él, y también, contra todo aquel que peca contra el orden instituido).
*** Esta porción (v.13), nos debe clarificar lo que es nuestra posición delante de él, y delante de los hombres. Nuestra certeza de su protección para sus santos es el producto de nuestra bendita continuidad en seguir sus pasos, haciendo el bien. El Señor quiere quitar de nosotros el temor existencial, cambiándolo por absoluta confianza en nuestros Protector.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 06/06/2016
CUANDO EL APÓSTOL PEDRO QUIERE MAGNIFICAR EL PLANO DE SU PATERNIDAD ESPIRITUAL, LA DESCRIBE COMO UNA CONTINUA TRATATIVA, UN CONSTANTE AMPARO, Y UNA ENSEÑANZA CLARA Y DEFINIDA SORE CÓMO DIOS CUIDA DE NOSOTROS, Y LA CLASE DE PAZ QUE ESPERA ENCONTRAR EN EL CUERPO DE CRISTO PARA MANTENER LA MISMA. SEAMOS SOBRIOS Y VELEMOS PARA QUE TODO SE MANTENGA CONFORME A SU VOLUNTAD.
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