sábado, 18 de junio de 2016

LA CERTIFICACIÓN DE LA PALABRA DIVINA, COMO SELLO DE LA REALIDAD EN LA QUE EL PUEBLO DE DIOS CAMINA, VIVE, Y SE REALIZA, SE VE AQUÍ REFRENDADA POR EL TESTIMONIO ESCRITO DEL APÓSTOL QUE TENÍA LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS, Y QUE GOZOSO Y PERSUADIDO NOS LA COMPARTE COMO LA REALIDAD QUE YA NOS VIENE AFECTANDO VENTIÚN SIGLOS HASTA HOY, Y LO HARÁ POR OTROS MIL AÑOS EN NUESTRO REINADO CON CRISTO. ¿NOS ENCONTRAMOS ALLÍ UBICADOS?

LIMA - PERÚ  SÁBADO 18 DE JUNIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO

Segunda de Pedro 1:16-21.

"Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Éste es mi hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo".

*** (2P.1:16-17) El apóstol, habiendo referido lo inherente a la elección, y a la progresión espiritual básica para alcanzar la madurez, señaló su preocupación porque nuestra fe se mantuviera incólume, y en constante avance, hasta traducirse en un principio activo que fluyera uniformemente, y que testficara los valores de la vida genérica adquirida por gracia, y completada por el andar fedatario. Luego, certifica que todo lo revelado a través de la línea apostólica, posee un valor real, pues no procede de alguna información fabulosa o fantasiosa, sino del testimonio presencial de la gloria manifestada en el monte de la transfiguración, de la que hace una apretada síntesis. En aquel lugar, el Señor recibió del Padre honor y gloria, reconociendo éste su filiación con él, y revelando su fulgor en la habitación celestial por su etéreo revestimiento con estas palabras: ÉSTE ES MI HIJO AMADO, EN EL CUAL TENGO COMPLACENCIA. 

*** (2P.1:18) Ese monte, como punto de contacto célico-pedestre, fusionó ambas esferas en una para revelar lo que el cielo y la tierra componían juntos, y la gloria trascendente del reino de Dios obrando en la cronología humana a su sazón, para que la gloria eternal se manifestara en su esencia peculiar y trascendente. Los tres apóstoles: Pedro, Jacobo y Juan, representaban aquí los Salmos, los Escritos y los Profetas en una directa convergencia de los tiempos y las edades, para mostrar cómo el plan divino habría de alcanzar su genuina realización en la individualidad del Hijo de Dios; y cómo la economía neotestamentaria tendría en ella su participación, convirtiendo a estos tres apóstoles en sus testigos, heraldos e impartidores de la regia comisión mediante el evangelio de la gracia y del reino. Así como la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro.10:17); así también Pedro da testimonio de lo que los tres componentes de la intimidad divina escucharon en el monte aquel, completándose el número de testigos básicos para forjar un testimonio creíble. Me agrada mucho la forma de escribir del apóstol Pedro, pues él es muy enjundioso, y compendia magníficamente todo en su contexto ideal por aquella peculiar inspiración con que el Espíritu Santo le dotara, y su admirable capacidad de síntesis de hebreo cuño.

*** (2P.1:19) Pedro ahora asume la ilación profética categorizándola como LA MÁS SEGURA, a lo que decimos ¡AMÉN!; y nos insta a permanecer muy atentos y sintonizados a la misma, porque ella nos imparte luz y dirección en medio de la lobreguez con la que el enemigo intenta entorpecer la visión y arruinar la perspectiva de los santos escogidos; ¿qué tanto hemos de esperar y permanecer atentos a esta esplendente luz para estar totalmente seguros? ¡Hasta que el lucero de la mañana salga en nuestros corazones! El plano de realización espiritual propone la madurez como aquel glorioso amanecer que nos torna aceptos ante el Amado, como santos y testigos maduros que han entendido la visión y la misión celestial, a los cuales el oropel de este siglo no los puede engañar.

*** (2P.1:20) Dado lo dicho con anterioridad hemos de ponernos de acuerdo que la ilación del orden profético tiende a un plano de continua convergencia, focalizándose en una sola y única perspectiva. No hay, pues, jirones arrancados, retazos, versos libres. arrebatos oníricos, atractivas digresiones, ni aberrantes disonancias, en el panorama de la sinfonía doctrinal que hace a la línea profética cantar a una voz la realidad regia que tiene en Cristo su origen y sino, y que permanece para siempre como una estela pura en el límpido cielo. Las privadas indagaciones de quienes se creen los directos intérpretes del lenguaje divino, producirá nuevas decisiones rabínicas que cambien la ley en su exacta perspectiva, y nos den un nuevo talmud, o algún otro sincretismo religioso de dudosa procedencia, invalidando la palabra de Dios con las tradiciones que transmitan. La palabra de Dios discurre con magnífica espontaneidad y sobrenaturalidad desde Génesis hasta Apocalipsis; sin puentes rotos o vacíos espirituales con tres puntos suspensivos; llevándonos a Jesús, extendiéndonos en él, y retornándonos a él en una elíptica permanente e inalterable (Is.55:10-11).

*** (2P.1:21) Las "profecías rentadas, y a tu sazón, en el tiempo que tú la quieres", las puedes conseguir con Balaam el adivino, con los profetas de Acab, o con los ídolos de madera, y los leños que responden al espíritu de fornicación que Oseas nos revela; pero los tales no radican en el seno de la gloria regia que corresponden a una voluntad cedida al Espíritu Santo, la cual al inspirar a los hagiógrafos, proponía un conocimiento cabal de los tiempos y las edades, y de la voluntad de la Deidad en el contexto de los tales, para referirnos las cosas correspondientes a su beneplácito, y la cobertura de su propósito. La inspiración se da de Espíritu a espíritu, y cada cosa que se les transmitía a los hagiógrafos era puesta en el corazón y las plumas de los profetas para transmitirnos a nosotros lo que Dios en su Soberana Voluntad haría en el contexto de los siglos; y ésta es la palabra que se nos ha transmitido.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  18/06/2016.

1 comentario:

  1. PEDRO DESTACA LA IMPORTANCIA DE HABER SIDO TESTIGOS PRESENCIALES DE LA GLORIA DE CRISTO, AL RECIBIR TANTO ÉSTA COMO HONOR DE PARTE DEL PADRE, HACIENDO SABER QUE ÉL ERA SU HIJO, Y QUE EN ÉL SE CONDENSABA SU GRACIA, Y LA INTRODUCCIÓN Y PRESERVACIÓN DE SU REINO COMO ANTESALA DE LO QUE HABÍA DE MANIFESTARSE EN LOS POSTREROS DÍAS.

    ResponderEliminar