LIMA - PERÚ VIERNES 03 DE JUNIO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO
Primera de Pedro 2:15-17.
"Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey".
*** (1P.2:15) La voluntad de Dios, en cuanto a la obediencia y sumisión a la autoridad constituida, forma parte de nuestro testimonio ante los demás, indicando nuestro acatamiento a lo divinamente instituido más allá de buenas o malas opiniones personales o ajenas. El hacer el bien cierra las bocas de los necios, quienes observarán que al hacer lo conveniente, obedeciendo a la autoridad, se cosecha el bienestar general, teniendo que "tragarse sus críticas o cuestionamientos". La insensatez tiene en poco la verdad y la razón prudente, ignorándolas por omisión, obcecación o rebelión, pretendiendo lo no existencia de la realidad, y asumiendo para sí el deleitarse en el autoengaño (Jn.3:18-21). Cualquiera que sea el engaño que sostiene tu insensatez, se estrellará con la realidad después que evadas tu responsabilidad.
*** (1P.2:16) La libertad en Dios ha de sujetarse a los designios divinos, porque la libertad está contenida dentro de los elementos constitutivos de la gloria regia, y sus metas. La libertad actúa libremente en el contexto del orden y las pautas que Dios puso en su sola potestad, respetando las leyes del tránsito cronológico, y las divinas prescripciones dentro de los parámetros que Yahweh dispuso para el cubrimiento de su propósito. Nuestra libertad en Cristo tiene ciertas características que la identifican como tal, y está compuesta por: "...Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Fil.4:8-9). Cualquier supuesta "libertad" para hacer lo malo, no tiene a Dios como su origen. El servicio útil a los demás, tiene el cumplimiento de la voluntad de Dios como su consigna.
*** (1P.2:17) Cuatro términos imperativos son clasificados como nuestra morma conductual:
(I) El Honrar a todos.- Es decir, el mostrar respeto y consideración para con nuestros hermanos en la grey, entendiendo que ellos también son hijos de Dios como tú, y que gozan de una exaltada posición por causa de su elección, filiación y destino. Todos hemos sido revestidos de dignidad por la justicia adjudicada por el Padre.
(II) El Amar a los hermanos.- Esta es una referencia directa al panorama fraternal que caracteriza a la Iglesia de Dios, siendo un eco del amor que Dios nos impartiera, revelándonos como su Familia en virtud de nuestra CONSANGUINIDAD, pues todos hemos sido salvos por el sacrificio vicario de Jesucristo en el monte Calvario, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu (1P.1:2;1Co.12:12-13).
(III) El Temor de Dios.- Los hijos no somos llamados a tener miedo del Señor, pues el plano relacional se caracteriza por el amor dispensado a nuestro favor. Nuestro temor hacia Dios toma la forma de un santo sentir que vibra en nuestro ser temiendo estar separados de la fuente de nuestra salud y salvación Al ser llamados a la santidad, surge el miedo en quienes ven esto como una obligación infalible que disuelve nuestra relación con el Padre a la primera falla o revés, viéndonos hundidos en la perdición por causa de nuestro legalismo. El temor de estar separados de Dios debe llenarnos de expectativa, para mantener firme y sin fluctuar la profesión o confesión de nuestra esperanza (Éx.33:13-17, 14-15e).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/06/2016
*** (1P.2:16) La libertad en Dios ha de sujetarse a los designios divinos, porque la libertad está contenida dentro de los elementos constitutivos de la gloria regia, y sus metas. La libertad actúa libremente en el contexto del orden y las pautas que Dios puso en su sola potestad, respetando las leyes del tránsito cronológico, y las divinas prescripciones dentro de los parámetros que Yahweh dispuso para el cubrimiento de su propósito. Nuestra libertad en Cristo tiene ciertas características que la identifican como tal, y está compuesta por: "...Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Fil.4:8-9). Cualquier supuesta "libertad" para hacer lo malo, no tiene a Dios como su origen. El servicio útil a los demás, tiene el cumplimiento de la voluntad de Dios como su consigna.
*** (1P.2:17) Cuatro términos imperativos son clasificados como nuestra morma conductual:
(I) El Honrar a todos.- Es decir, el mostrar respeto y consideración para con nuestros hermanos en la grey, entendiendo que ellos también son hijos de Dios como tú, y que gozan de una exaltada posición por causa de su elección, filiación y destino. Todos hemos sido revestidos de dignidad por la justicia adjudicada por el Padre.
(II) El Amar a los hermanos.- Esta es una referencia directa al panorama fraternal que caracteriza a la Iglesia de Dios, siendo un eco del amor que Dios nos impartiera, revelándonos como su Familia en virtud de nuestra CONSANGUINIDAD, pues todos hemos sido salvos por el sacrificio vicario de Jesucristo en el monte Calvario, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu (1P.1:2;1Co.12:12-13).
(III) El Temor de Dios.- Los hijos no somos llamados a tener miedo del Señor, pues el plano relacional se caracteriza por el amor dispensado a nuestro favor. Nuestro temor hacia Dios toma la forma de un santo sentir que vibra en nuestro ser temiendo estar separados de la fuente de nuestra salud y salvación Al ser llamados a la santidad, surge el miedo en quienes ven esto como una obligación infalible que disuelve nuestra relación con el Padre a la primera falla o revés, viéndonos hundidos en la perdición por causa de nuestro legalismo. El temor de estar separados de Dios debe llenarnos de expectativa, para mantener firme y sin fluctuar la profesión o confesión de nuestra esperanza (Éx.33:13-17, 14-15e).
(IV) El Honrar al rey.- La naturaleza regia, heredada por cada hijo de Dios durante todo el período de la gracia, nos conmina desde nuestro fuero interno, para respetar y reverenciar al rey; porque nuestro Señor es Rey de reyes, y Señor de señores, siendo su autoridad soberana la fuente de la nuestra en cuanto a nuestra herencia regia, y la forma como sujetaremos todo bajo su único y perenne gobierno (1Co.15:24-28).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/06/2016
LA AUTORIDAD Y LA SUMISIÓN HAN DE SER OBSERVADAS Y PONDERADAS DENTRO DE LA COMUNIÓN. LA AUTORIDAD INTERPRETA LA DIRECCIÓN Y EL GOBIERNO QUE IMPLICA EL BIENESTAR GENERAL; EL ACTUAR DE COMÚN ACUERDO, PARA EL BIEN COMÚN, ES LA SABIDURÍA EN EL PLANO DE LA SUMISIÓN. EL ADECUADO FLUIR DE TODO ELLO ES LO QUE HACE POSIBLE NUESTRA COMUNIÓN EN EL MEJOR DE LOS TÉRMINOS.
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