LIMA - PERÚ JUEVES 27 DE SETIEMBRE DEL 2018 MENSAJE # 2757
AMÓS 3:1-3, 6b-8.
"Oíd esta palabra que ha hablado Yahweh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de entre las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? ... ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Yahweh no haya hecho? Porque no hará nada Yahweh el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Yahweh el Señor, ¿quién no profetizará?".
=== El Padre llamó a Amós de detrás de sus ganados allá en Tecoa, en la zona de Judá, y le ordenó profetizar a las naciones que estaban alrededor de Judá e Israel; a los sirios, los filisteos, los fenicios (tirios), a los edomitas (descendientes de Esaú), a los amonitas y los moabitas; y también a Judá e Israel, puesto que Dios había salido para arreglar cuentas con todas estas naciones, señalando un juicio punitivo con el clásico hebraísmo: Por tres pecados, y por el cuarto, implicando que la mano de Dios sería implacable sobre todas ellas debido a su maldad; y podemos saber ello porque Dios no los intima al arrepentimiento, pues las medidas ya habían sido agotadas, y estas cartas notariales les hacían saber su veredicto, y su firme resolución contra todas las castas mencionadas, dejando para Judá e Israel las declaraciones más extensas por cuanto ellos eran los responsables directos; por causa de su relación con el Padre, y porque eran los depositarios de su naturaleza y su palabra en calidad de testigos ante el mundo. El éxodo de Egipto, así como las salidas de otras naciones mencionadas aquí desde su punto de origen nos permiten asumir que Dios estaba proveyendo heredades a las mismas, aunque ellas no decidieran honrarlo por su bondad, constituyéndose en sus recursos para echar a los gigantes de todo aquel territorio, como da testimonio Moisés allá en Deuteronomio 2.
=== Transmitidos los mensajes de cuño divinal con las naciones circunvecinas, el Padre refiere a Judá por su rebeldía contra su palabra, habiendo despreciado a ley divina, y desechado sus ordenanzas, mientras seguían las mentiras en las que sus padres habían andado antes. Pero es al mencionar a Israel, con sus pecados pormenorizados uno a uno, que la nación se queda pasmada, revelándoles su próximo destino en la dispersión que el Señor programara; para las diez tribus del norte, quienes serian cautivadas por la nación Asiria; y posteriormente para la tribu de Judá, como efectivamente aconteció. Yahweh refiere a Israel que solamente a ellos ha conocido de en medio de todas las familias de la tierra, destacando así su elección y también su responsabilidad, arguyendo que los castigaría por sus maldades (la maldad implica el pecado repetitivo que se niega al arrepentimiento, y se mantiene en su perversión retando a la justicia divina, habiendo de ser castigados por su obstinación). Y luego el Señor interroga a la nacion rebelde haciendo una pregunta que debe ser contestada por ellos: ¿Anarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? La palabra acuerdo se refiere al pacto entre Dios y sus elegidos, dejando de ser dos individualidades separadas, para fusionarse y hacerse una unidad con él, adquiriendo honor y representatividad que los hacía plenamente responsables ante los ojos de Dios y de los hombres. Es el acuerdo binario lo que mantiene vigente el andar pactual en la virtud de la unidad; quebrantado éste, tal unidad deja de ser, aplicándose el castigo contemplado en el acuerdo bilateral, el cual Dios no revocaría.
=== La disfuncionalidad de la tierra de promisión (algo que el profeta destaca una a una en el siguiente capítulo), no fue obra del diablo; sino actos disciplinarios divinos que buscaran que la nación se volviera a quien los disciplinaba; ¡algo que nunca quisieron hacer! Y la divina intención les era comunicada vez tras vez por la voz oracular de los profetas, las mismas que ellos desdeñaran y tuvieran en poco, llegando al extremo de ultrajar, castigar y hasta matar a los que les fueran enviados para amonestarlos e invitarlos al arrepentimiento, pensando que los dos becerros, de Dan y Beerseba, "calladitos, se veían más bonitos", y diciéndoles por los falsos profetas las mentiras consoladoras que ellos querían oír, para mantenerse contentos con su inmunda posición, la cual asumieran como ideal y preferible, y que hacía dichosos a la minoría privilegiada que vivieran en palacetes o en casas suntuosas, las cuales pasarían a ser pasto de las llamas en el trámite de la invasión asiria. El rugido del león suele ser espantoso y terrible, asustando a quien lo escucha, poniendo los pies en polvorosa; y el panorama profético no requería alguien vestido de frac o esmoquin, vistiendo el peculiar atuendo de un pastor ovejero que, siendo inspirado por Dios, no teme declararnos la verdad tal como le es referida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/09/2018 MENSAJE # 2757.
"Oíd esta palabra que ha hablado Yahweh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de entre las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? ... ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Yahweh no haya hecho? Porque no hará nada Yahweh el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Yahweh el Señor, ¿quién no profetizará?".
=== El Padre llamó a Amós de detrás de sus ganados allá en Tecoa, en la zona de Judá, y le ordenó profetizar a las naciones que estaban alrededor de Judá e Israel; a los sirios, los filisteos, los fenicios (tirios), a los edomitas (descendientes de Esaú), a los amonitas y los moabitas; y también a Judá e Israel, puesto que Dios había salido para arreglar cuentas con todas estas naciones, señalando un juicio punitivo con el clásico hebraísmo: Por tres pecados, y por el cuarto, implicando que la mano de Dios sería implacable sobre todas ellas debido a su maldad; y podemos saber ello porque Dios no los intima al arrepentimiento, pues las medidas ya habían sido agotadas, y estas cartas notariales les hacían saber su veredicto, y su firme resolución contra todas las castas mencionadas, dejando para Judá e Israel las declaraciones más extensas por cuanto ellos eran los responsables directos; por causa de su relación con el Padre, y porque eran los depositarios de su naturaleza y su palabra en calidad de testigos ante el mundo. El éxodo de Egipto, así como las salidas de otras naciones mencionadas aquí desde su punto de origen nos permiten asumir que Dios estaba proveyendo heredades a las mismas, aunque ellas no decidieran honrarlo por su bondad, constituyéndose en sus recursos para echar a los gigantes de todo aquel territorio, como da testimonio Moisés allá en Deuteronomio 2.
=== Transmitidos los mensajes de cuño divinal con las naciones circunvecinas, el Padre refiere a Judá por su rebeldía contra su palabra, habiendo despreciado a ley divina, y desechado sus ordenanzas, mientras seguían las mentiras en las que sus padres habían andado antes. Pero es al mencionar a Israel, con sus pecados pormenorizados uno a uno, que la nación se queda pasmada, revelándoles su próximo destino en la dispersión que el Señor programara; para las diez tribus del norte, quienes serian cautivadas por la nación Asiria; y posteriormente para la tribu de Judá, como efectivamente aconteció. Yahweh refiere a Israel que solamente a ellos ha conocido de en medio de todas las familias de la tierra, destacando así su elección y también su responsabilidad, arguyendo que los castigaría por sus maldades (la maldad implica el pecado repetitivo que se niega al arrepentimiento, y se mantiene en su perversión retando a la justicia divina, habiendo de ser castigados por su obstinación). Y luego el Señor interroga a la nacion rebelde haciendo una pregunta que debe ser contestada por ellos: ¿Anarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? La palabra acuerdo se refiere al pacto entre Dios y sus elegidos, dejando de ser dos individualidades separadas, para fusionarse y hacerse una unidad con él, adquiriendo honor y representatividad que los hacía plenamente responsables ante los ojos de Dios y de los hombres. Es el acuerdo binario lo que mantiene vigente el andar pactual en la virtud de la unidad; quebrantado éste, tal unidad deja de ser, aplicándose el castigo contemplado en el acuerdo bilateral, el cual Dios no revocaría.
=== La disfuncionalidad de la tierra de promisión (algo que el profeta destaca una a una en el siguiente capítulo), no fue obra del diablo; sino actos disciplinarios divinos que buscaran que la nación se volviera a quien los disciplinaba; ¡algo que nunca quisieron hacer! Y la divina intención les era comunicada vez tras vez por la voz oracular de los profetas, las mismas que ellos desdeñaran y tuvieran en poco, llegando al extremo de ultrajar, castigar y hasta matar a los que les fueran enviados para amonestarlos e invitarlos al arrepentimiento, pensando que los dos becerros, de Dan y Beerseba, "calladitos, se veían más bonitos", y diciéndoles por los falsos profetas las mentiras consoladoras que ellos querían oír, para mantenerse contentos con su inmunda posición, la cual asumieran como ideal y preferible, y que hacía dichosos a la minoría privilegiada que vivieran en palacetes o en casas suntuosas, las cuales pasarían a ser pasto de las llamas en el trámite de la invasión asiria. El rugido del león suele ser espantoso y terrible, asustando a quien lo escucha, poniendo los pies en polvorosa; y el panorama profético no requería alguien vestido de frac o esmoquin, vistiendo el peculiar atuendo de un pastor ovejero que, siendo inspirado por Dios, no teme declararnos la verdad tal como le es referida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/09/2018 MENSAJE # 2757.
HAY TAREAS DE ORDEN PROFÉTICO QUE PUEDEN TRAER GRAVES PROBLEMAS A LOS PORTADORES DE LOS ORÁCULOS DIVINOS. AMÓS DEMOSTRÓ UN VALOR A TODA PRUEBA CUANDO SOLTÓ SU CARGA EN ISRAEL, EXPONIÉNDOSE AL MÁXIMO EN AQUEL AMBIENTE CORROMPIDO Y HOSTIL. GRACIAS, PADRE, POR VARONES COMO AMÓS.
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