LIMA - PERÚ VIERNES 07 DE SETIEMBRE DEL 2018 MENSAJE # 2717
PROVERBIOS 8:12-18.
"Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos. El temor de Yahweh es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder. Por mí reinan los reyes; y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra. Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan, Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas y justicia".
=== Aquí LA SABIDURÍA es personalizada, dándole una figura antropomórfica, definiéndola y singularizándola, permitiéndole así auto definirse, y dar testimonio de su naturaleza intrínseca, más allá de nuestros prejuicios o ideas respecto a ella. Esta es la autenticación de la sabiduría referida y certificada por ella misma como su más fiel deliberación en cuanto a sus cualidades, y el cómo hemos de tener comunión con ella. Veamos lo que ella dice sobre sí misma.
(1) Yo, la sabiduría, habito con la cordura.- Vale decir que el más sano entendimiento, y la total sapiencia para aplicar lo que se conoce como conviene, no se extralimita jamás, sino que puntualiza el saber hasta su gloria perimetral, no pisando jamás el territorio del delirio o la locura, trayendo las mas sanas inferencias, y valorando las cosas en su exacta magnitud. La exageración no está entre sus líneas de pensamiento.
(2) Y hallo la ciencia de los consejos.- Esto es que un exhaustivo análisis de la palabra de Dios es su principal fortaleza, su cabal entendimiento, y su puntualidad para establecer la ideal guianza que nos conduzca de la mano al éxito.
(3) El temor de Yahweh es aborrecer el mal.- Cuando nos conducimos dándole al padre el honor que se merece, nos apartamos de lo que es malo en su modo más esencial, definiendo que el mal no formará parte de nuestro bagaje espiritual, anímico y físico, guardando nuestro ser integral en santidad por causa de nuestra reverencia al Padre. El aborrecimiento equivale al odio, al rechazo y repudio de lo malo hasta el clímax.
(4) La soberbia, y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.- El autor hace ver que el endiosamiento progresivo, la fanfarronería, el andar en los caminos de los malos, y aun las palabras ociosas y sueltas que brotan de nuestros labios eventualmente, son cosas que él ha aprendido a eludir y erradicar de su diario fluir.
(5) Conmigo está el consejo y el buen juicio.- Nuestra mente (que es la de Cristo), ha entendido las cosas hasta convertirlas en proverbios, en principios aplicables que condensaran los mismos en dichos y sentencias que abrigan en sí el consejo divino; definiendo las cosas como lo haría alguien maduro, como un juez supremo.
(6) Yo soy la inteligencia, mío es el poder.- Cuando hacemos las cosas la sazón divina, es porque la inteligencia espiritual ha alcanzado su nivel ideal según Dios; y al actuar de consuno con él, se evidencia el poder que proviene de lo alto; y la palabra imposibilidad es borrada de nuestro diccionario.
(7) Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia.- Nuestra naturaleza regia, como hijos y herederos del rey, nos inclina a proceder con justicia en cada una de nuestras determinaciones, mostrando así nuestro desarrollo espiritual, y nuestra ascendencia como prole divina.
(8) Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.- Ella es el perfecto equilibrio que sujeta a los siervos de Dios que gobiernan para su gloria y honor, destruyendo la iniquidad, y promoviendo la bondad y la equidad cmo una norma que rige la grata existencia de la familia divina.
(9) Yo amo a los que me aman, y me encuentran los que temprano me buscan.- En la sabiduría prima la reciprocidad como fuerza causativa. No se trata de hacer injusticias mientras vamos aprendiendo; sino de aprejarnos y prepararnos antes de ocupar el solio regio. Recordemos la oración de Salomón allá en Gabaón, pidiendo sabiduría para gobernar y conducir al pueblo de Dios. Para él, la sabiduría era una prioridad insoslayable, y algo no negociable; y por eso el Padre se la dio sin reservas. ¡Qué sea lo primero por lo cual oremos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/09/2018 MENSAJE # 2717.
"Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos. El temor de Yahweh es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder. Por mí reinan los reyes; y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra. Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan, Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas y justicia".
=== Aquí LA SABIDURÍA es personalizada, dándole una figura antropomórfica, definiéndola y singularizándola, permitiéndole así auto definirse, y dar testimonio de su naturaleza intrínseca, más allá de nuestros prejuicios o ideas respecto a ella. Esta es la autenticación de la sabiduría referida y certificada por ella misma como su más fiel deliberación en cuanto a sus cualidades, y el cómo hemos de tener comunión con ella. Veamos lo que ella dice sobre sí misma.
(1) Yo, la sabiduría, habito con la cordura.- Vale decir que el más sano entendimiento, y la total sapiencia para aplicar lo que se conoce como conviene, no se extralimita jamás, sino que puntualiza el saber hasta su gloria perimetral, no pisando jamás el territorio del delirio o la locura, trayendo las mas sanas inferencias, y valorando las cosas en su exacta magnitud. La exageración no está entre sus líneas de pensamiento.
(2) Y hallo la ciencia de los consejos.- Esto es que un exhaustivo análisis de la palabra de Dios es su principal fortaleza, su cabal entendimiento, y su puntualidad para establecer la ideal guianza que nos conduzca de la mano al éxito.
(3) El temor de Yahweh es aborrecer el mal.- Cuando nos conducimos dándole al padre el honor que se merece, nos apartamos de lo que es malo en su modo más esencial, definiendo que el mal no formará parte de nuestro bagaje espiritual, anímico y físico, guardando nuestro ser integral en santidad por causa de nuestra reverencia al Padre. El aborrecimiento equivale al odio, al rechazo y repudio de lo malo hasta el clímax.
(4) La soberbia, y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.- El autor hace ver que el endiosamiento progresivo, la fanfarronería, el andar en los caminos de los malos, y aun las palabras ociosas y sueltas que brotan de nuestros labios eventualmente, son cosas que él ha aprendido a eludir y erradicar de su diario fluir.
(5) Conmigo está el consejo y el buen juicio.- Nuestra mente (que es la de Cristo), ha entendido las cosas hasta convertirlas en proverbios, en principios aplicables que condensaran los mismos en dichos y sentencias que abrigan en sí el consejo divino; definiendo las cosas como lo haría alguien maduro, como un juez supremo.
(6) Yo soy la inteligencia, mío es el poder.- Cuando hacemos las cosas la sazón divina, es porque la inteligencia espiritual ha alcanzado su nivel ideal según Dios; y al actuar de consuno con él, se evidencia el poder que proviene de lo alto; y la palabra imposibilidad es borrada de nuestro diccionario.
(7) Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia.- Nuestra naturaleza regia, como hijos y herederos del rey, nos inclina a proceder con justicia en cada una de nuestras determinaciones, mostrando así nuestro desarrollo espiritual, y nuestra ascendencia como prole divina.
(8) Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.- Ella es el perfecto equilibrio que sujeta a los siervos de Dios que gobiernan para su gloria y honor, destruyendo la iniquidad, y promoviendo la bondad y la equidad cmo una norma que rige la grata existencia de la familia divina.
(9) Yo amo a los que me aman, y me encuentran los que temprano me buscan.- En la sabiduría prima la reciprocidad como fuerza causativa. No se trata de hacer injusticias mientras vamos aprendiendo; sino de aprejarnos y prepararnos antes de ocupar el solio regio. Recordemos la oración de Salomón allá en Gabaón, pidiendo sabiduría para gobernar y conducir al pueblo de Dios. Para él, la sabiduría era una prioridad insoslayable, y algo no negociable; y por eso el Padre se la dio sin reservas. ¡Qué sea lo primero por lo cual oremos!
(10) Las riquezas y la honra están conmigo, riquezas duraderas y justicia.= Esa oportuna guianza en el corazón de Salomón, le valió saber que la sabiduría era la puerta grande para obtener las riquezas y el honor como una consecuencia de tener lo primero.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/09/2018 MENSAJE # 2717.
VER A LA MISMA SABIDURÍA DESCRIBIRSE SIN INHIBICIONES, DECLARÁNDOSE ABIERTAMENTE COMO LO QUE ES ESENCIALMENTE, Y DE LA NECESIDAD QUE TENEMOS DE CONTAR CON ELLA PARA OPTIMIZAR NUESTRA PARTICIPACIÓN PARA LA GLORIA DE DIOS.
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