EL VALOR DE NUESTRAS CONVICCIONES SON MANIFESTADOS A TRAVÉS DE NUESTROS HECHOS, LOS CUALES DEBEN RIMAR CON NUESTRAS DECLARACIONES DE FE.

LIMA - PERÚ    MIÉRCOLES 05 DE SETIEMBRE DEL 2018     MENSAJE # 2713

SALMO 19:7-14.  (VERSIÓN PESHITTA EN ESPAÑOL)

"La ley de Yahweh es perfecta, y restaura el alma; el testimonio de Yahweh es fiel, y hace sabios a los inmaduros. Las ordenanzas de Yahweh son íntegras, y alegran el corazón; el mandamiento de Yahweh es puro, y alumbra los ojos. La reverencia a Yahweh es limpia, y permanece para siempre. Los juicios de Yahweh son verdaderos y rectos en todo; son más deseables que el oro, y más que las piedras preciosas; más dulces son que la miel, y más que un panal de miel. Además tu siervo tendrá cuidado de ellos; si los guarda será recompensado en gran manera. ¿Quién podrá percibir sus propias faltas? Tenme por inocente de las que me son ocultas. Libra también a tu siervo de iniquidad, para que los malvados no me dominen; entonces seré limpio de mis pecados. Sean gratos ante ti los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón, oh Yahweh, ayudador mío y mi Salvador",

=== Este glorioso salmo está dividido en dos partes, mostrando el nivel de entendimiento de quien lo escribe, describiendo la gloria celestial. Al contemplar el estrellado cielo de la zona nororiental, son mostrados los astros allá en el éter, y se contempla diariamente el cómo las horas diurnas y la oscura nocturnidad van escribiendo la historia, desarrollando el panorama profético. Más allá del sonido de las palabras, está la visión cautiva que se solaza de ver la mano de Dios escribiendo en la esfera celeste lo que él quisiera imprimir en nuestros corazones. La lumbrera mayor (el sol como creación divina, y no como una falsa deidad), recorre el circuito aparejado para él. alegrándose en su función iluminadora, esparciendo su mensaje divinal por todo el planeta, no dejando zonas olvidadas, y proclamando la justicia del Creador. Al hacerlo, revela la instrucción divina en sus muchas facetas, proclamando la perfección del alma por medio de la continua obediencia a la palabra de Dios, para que de ese modo comprobemos lo cierto de sus aserciones, no sólo en la ciencia; si no en la experiencia, logrando que las almas puedan ser afinadas y afiliadas a la divina y regia sazón.

=== Al referirse a la instrucción divina como el testimonio de Yahweh, queda establecida su verdad trascendente por las edades, revelando su fidelidad y su panorama pactual generacional que nos lleva de menos a más al conocimiento de los valores espirituales que van afectando progresivamente nuestros corazones y nuestras mentes, asociándonos con el Señor en principios y prácticas. Luego, el salmista menciona las enseñanzas divinas en cuanto a su integridad, y ello indica que cada entrega que Dios nos hace de su revelación, es inalterable, y que contiene en sí misma todo lo que Dios quiere que entendamos, manipulemos y practiquemos, comprobando que no hay cosas ocultas, ni medias verdades, ni entrelíneas. Así al funcionar y fluir en ellas, cada uno de nosotros puede descubrir las realidades aplicativas que componen nuestro saber, y el desarrollo de nuestro potencial, alegrando nuestros corazones al notar que la fidelidad del Padre es de valor absoluto. También sus mandamientos, como imperativos categóricos para nuestras conciencias, nos permiten ver la pureza de sus postulados, siendo todo tal como él lo propusiera, viendo nuestra luz en la luz que él nos impartiera, gozándonos en ello. Nuestro corazón debe preservar el recogimiento y la reverencia, como una constante a las proposiciones divinas. Tanto como siervos, y  como hijos, el respeto y el honor del Señor han de permanecer como algo inalterable en nuestro diario fluir.

=== Al escuchar a nuestro Señor hablarnos serenamente, nos percatamos que sus juicios y sus deliberaciones poseen la característica de la exactitud y la correspondencia a su visión y su propósito se cumplen inexorablemente. Y con el continuo fluir con él aparece lo que denominamos el gusto por el divino obrar, constituyéndose ello en nuestra manjar más preciado y en el deleite de nuestros corazones. Y los que sirven a Dios con puro corazón, entienden el panorama de las recompensas y coronas. La introspección humana, no se asemeja a la forma de mirar del Padre debiendo orar para que aquellas cosas que nos abisman, y nos apartan de él, puedan ser discernidas siguiendo el sentir del corazón de la Deidad, y no de nuestras impresiones. La rogativa del verso 13, le pide al Padre verse librado de la iniquidad (maldad repetitiva), para que los malvados (deseos del propio corazón engañado, y de quienes nos persuadieran de seguir haciendo lo malo) no alcancen a dominarnos y anularnos en el plano de la obediencia, perdiendo la perspectiva de la correcta obediencia. Y cuando todo ello haya llegado a cubrirse, nuestros labios y nuestras confesiones de fe, estarán convenientemente aderezados a la divina voluntad.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    05/09/2018     MENSAJE # 2713.