LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 19 DE SETIEMBRE DEL 2018 MENSAJE #2741
EZEQUIEL 8:1-6.
"... Aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí la mano de Yahweh el Señor. Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre, desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente. Y aquella figura extendió su mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza, y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el lado del norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario?".
=== Al penetrar al mundo espiritual y trascendente en el que Dios habita, dejamos de mirar las cosas en su simpleza natural, y comenzamos a ver todo más allá de lo evidente; y Ezequiel (Yahweh fortalece) fue atraído por el Señor manifestándole su gloria, viniendo en su carro, con el que circula sobre lo natural con la sobrenaturalidad como característica principal; y en el primer capítulo de su texto, Yahweh le permite ver la forma como él se moviliza, manteniendo el control sobre los cuatro puntos cardinales, representando el reino (león), el servicio (el buey); su revelación antropomórfica (hombre), y su manifestación celestial (águila); que son los equivalentes de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, en la evangélíca revelación, permitiendo que cada contacto ministre las necesidades del género humano en su particular relación con la Deidad. A Ezequiel le tocó gozar las virtudes y las responsabilidades del ministerio profético de un modo tan peculiar como el de otros siervos de Dios que estuvieron particularmente unidos al Señor, teniendo una visión abierta sobre los dos campamentos, el celeste y el pedestre, pudiendo ver no solamente lo que estaba delante de sus ojos, sino también los corazones en sus intentos e intenciones. Cada vez que la gloria de Dios hizo su aparición ante él, hubo un mensaje peculiar que se debía declarar para actualizar los duros corazones de los descendientes de Israel y Judá.
=== En esta ocasión, en el trámite de una reunión con los ancianos de Judá, el Señor arrebata a Ezequiel en el espíritu, para llevarlo al plano de la realidad en la que viven aquellas personas que dicen servir a Dios, y que se sientan junto con el sacerdote y profeta para buscar la divina guianza. Los que asisten a la congregación, según su nivel de crecimiento o su aprovechamiento de las cosas que se les ha enseñado acerca de Dios, mantienen la esfera de sus contactos en lo natural, e ignoran el panorama espiritual en el que la Deidad opera, el mismo que nos refiere Pablo de este modo: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y PENETRA HASTA PARTIR EL ALMA Y EL ESPÍRITU, LAS COYUNTURAS Y LOS TUÉTANOS, Y DISCIERNE LOS PENSAMIENTOS Y LAS INTENCIONES DEL CORAZÓN/ Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien, TODAS LAS COSAS ESTÁN DESNUDAS Y ABIERTAS A LOS OJOS DE AQUEL A QUIEN TENEMOS QUE DAR CUENTA" (He.4:12-13). Y mientras que los ancianos están hablando o compartiendo con el profeta, no detectan su ausencia en el ámbito espiritual (aunque su cuerpo allí seguía frente a ellos) porque el Padre puede dialogar con el profeta, y permitirle estar presente ante sus interlocutores sin perder su percepción de lo que allí acontece; mientras que Dios le muestra otros aspectos relacionados con lo que genuinamente hay en los corazones de éstos ... y lo que el hijo de Buzi iba a ver en este capítulo lo iba a sorprender sobremanera.
=== Cuando le toca a Ezequiel ver al ídolo que provoca los celos del Señor, él le da el correcto enfoque al profeta, de modo que él pueda apreciar el por qué Dios está operando de la forma en que lo hace. Ver las cosas tal como Dios las ve, nos imparte revelación. Ver las cosas desde nuestra particular impresión o perspectiva, nos lleva a presentar nuestra opinión sobre el plano de nuestro modo de pensar, o lo que deducimos de ello sin contar con la revelación divina, y es por eso que solemos adelantarnos a los hechos, y producimos nuestra inorgánica emisión de pareceres, sin el respaldo revelacional escritural al que debemos acudir indefectiblemente. Tanto Ezequiel, como Juan, nos dan una sana enseñanza: "Y me dijo: Hijo de hombre ¿vivirán estos huesos? Y dije: SEÑOR YAHWEH, TÚ LO SABES" (Ez.37:3); "Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? YO LE DIJE: SEÑOR TÚ LO SABES" (Ap.7:13-14a). Nótese la prudencia de la respuesta, temiendo dar una desafortunada opinión al no saber lo que no les es revelado. Una cosa es que hayas visto algo; y otra que se te dé el correcto significado según la divina versión, ¡No lo olvides! Al mostrarle al profeta lo que hacían aquellos hombres, estando suspendido entre el cielo y la tierra, observando las visiones abiertas, en un estado de éxtasis, Ezequiel se va a quedar perplejo de lo que verá. ¿Te gustaría que tu intimidad fuera exhibida?
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/09/2019 MENSAJE # 2741.
"... Aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí la mano de Yahweh el Señor. Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre, desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente. Y aquella figura extendió su mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza, y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el lado del norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario?".
=== Al penetrar al mundo espiritual y trascendente en el que Dios habita, dejamos de mirar las cosas en su simpleza natural, y comenzamos a ver todo más allá de lo evidente; y Ezequiel (Yahweh fortalece) fue atraído por el Señor manifestándole su gloria, viniendo en su carro, con el que circula sobre lo natural con la sobrenaturalidad como característica principal; y en el primer capítulo de su texto, Yahweh le permite ver la forma como él se moviliza, manteniendo el control sobre los cuatro puntos cardinales, representando el reino (león), el servicio (el buey); su revelación antropomórfica (hombre), y su manifestación celestial (águila); que son los equivalentes de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, en la evangélíca revelación, permitiendo que cada contacto ministre las necesidades del género humano en su particular relación con la Deidad. A Ezequiel le tocó gozar las virtudes y las responsabilidades del ministerio profético de un modo tan peculiar como el de otros siervos de Dios que estuvieron particularmente unidos al Señor, teniendo una visión abierta sobre los dos campamentos, el celeste y el pedestre, pudiendo ver no solamente lo que estaba delante de sus ojos, sino también los corazones en sus intentos e intenciones. Cada vez que la gloria de Dios hizo su aparición ante él, hubo un mensaje peculiar que se debía declarar para actualizar los duros corazones de los descendientes de Israel y Judá.
=== Cuando le toca a Ezequiel ver al ídolo que provoca los celos del Señor, él le da el correcto enfoque al profeta, de modo que él pueda apreciar el por qué Dios está operando de la forma en que lo hace. Ver las cosas tal como Dios las ve, nos imparte revelación. Ver las cosas desde nuestra particular impresión o perspectiva, nos lleva a presentar nuestra opinión sobre el plano de nuestro modo de pensar, o lo que deducimos de ello sin contar con la revelación divina, y es por eso que solemos adelantarnos a los hechos, y producimos nuestra inorgánica emisión de pareceres, sin el respaldo revelacional escritural al que debemos acudir indefectiblemente. Tanto Ezequiel, como Juan, nos dan una sana enseñanza: "Y me dijo: Hijo de hombre ¿vivirán estos huesos? Y dije: SEÑOR YAHWEH, TÚ LO SABES" (Ez.37:3); "Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? YO LE DIJE: SEÑOR TÚ LO SABES" (Ap.7:13-14a). Nótese la prudencia de la respuesta, temiendo dar una desafortunada opinión al no saber lo que no les es revelado. Una cosa es que hayas visto algo; y otra que se te dé el correcto significado según la divina versión, ¡No lo olvides! Al mostrarle al profeta lo que hacían aquellos hombres, estando suspendido entre el cielo y la tierra, observando las visiones abiertas, en un estado de éxtasis, Ezequiel se va a quedar perplejo de lo que verá. ¿Te gustaría que tu intimidad fuera exhibida?
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/09/2019 MENSAJE # 2741.
LA DIVINA INTIMIDAD ES EXPUESTA ANTE LOS OJOS DE EZEQUIEL, Y YAHWEH LE MUESTRA LA NATURALEZA RÉPROBA DE LOS ANCIANOS JEROSOLIMITANOS, EVIDENCIANDO SU NATURALEZA IDOLÁTRICA Y EL POR QUÉ LA IRA DEL SEÑOR OBRANDO CONTRA ELLOS Y SUS REPRESENTADOS. TODO ESTÁ EXPUESTO ANTE EL DIVINO MIRAR.
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