LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 12 DE SETIEMBRE DEL 2018 MENSAJE # 2727
ROMANOS 5:12-21.
, "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó, porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo; los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abunde; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro".
=== Al establecerse un paralelismo entre Adán y Cristo, sus determinaciones respecto al orden original, en lo tocante a la vida y al reino divino, en su calidad de representantes de los intereses divinos, a nivel del género humano, trajeron resultados disímiles. Las decisiones adámicas significaron el desastre y la condenación para todos sus descendientes, los cuales vendrían conforme a la carne, ya contaminados por el pecado y sus proclividades, siendo pecadores por constitución (kathistemi), esto es el establecer, el poner o señalar a alguien en una posición, ya sea de autoridad o penalidad, reconociendo a cada cual dentro de su contexto.Y fue por ello que la muerte fue el común denominador, el estándar que impartiera la muerte y la condenación a la humanidad. Siendo por ello que Jesús tomara nuestra posición, y asumiera como sustituto nuestra suerte, dándonos a nosotros su justicia, y cargando sobre sí todo el pecado de la humanidad en el trámite de las edades, satisfaciendo la justicia divina, y trayendo la gracia que sobre nosotros es derramada hasta establecer el reino de Dios.
===Estos dos hombres: Adán y Jesús establecerían para nosotros uno de dos destinos: La vida, la honra y la inmortalidad por el evangelio; o el pecado, la muerte y la condenación eterna para los que desecharan su relación con el Creador-Redentor, y eligieran la perdición por auto determinación, Y mientras que Adán nos infectara con el pecado, y nos viralizara con esa maligna naturaleza, y nos constituyera en pecadores; el Señor Jesús asumiría el pago por nuestras transgresiones, impartiéndonos su gracia y su favor para que no seamos condenados, y para que fuéramos procesados por el Espíritu Santo, hasta hacernos semejantes a él, y ser aceptados en él, el Amado. Si el primero nos contaminó y nos degradó; el segundo, Jesucristo, nos limpió y purificó del todo para devolvernos a nuestro rol específico como hijos de Dios, para que compartiéramos con él la gloria de la que habíamos sido destituidos por causa del pecado. LA DESTITUCIÓN NOS PRIVÓ DE NUESTRA DIGNIDAD, EL PECADO NOS CONSTITUYÓ EN GENTE PECADORA Y HOSTIL A DIOS, Y FUE ASÍ QUE NOS CONSTITUIMOS EN SERES CONDENADOS POR SU MALDAD; EN CONTRAPOSICIÓN, LA RESTITUCIÓN OFICIADA POR LA REDENCIÓN NOS CONSTITUYÓ EN LA FAMILIA DE DIOS, EN LOS DIGNOS HEREDEROS DE SU CASA Y DE SU GLORIA ETERNAL.
=== Así fue que Adán en su calidad de hombre representativo, pecó y fue arrojado de la presencia de Dios, siendo erradicado del Edén; pero saliendo del huerto vestido de redención, y ligado a Dios por la promesa del trabajo de amor que Jesucristo realizaría para que por la gracia fuéramos rescatados, perdonados, reconciliados, justificados, santificados, transformados y conformados a la imagen del Hijo de Dios, pasando por su gracia de la promesa a la herencia. Y ese ejército de UNO SOLO, JESUCRISTO, se hizo cargo de nuestra redención: "Para que así como e pecado reinó para muerte, ASÍ TAMBIÉN LA GRACIA REINE POR LA JUSTICIA PARA VIDA ETERNA MEDIANTE JESUCRISTO, SEÑOR NUESTRO".
, "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó, porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo; los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abunde; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro".
=== Al establecerse un paralelismo entre Adán y Cristo, sus determinaciones respecto al orden original, en lo tocante a la vida y al reino divino, en su calidad de representantes de los intereses divinos, a nivel del género humano, trajeron resultados disímiles. Las decisiones adámicas significaron el desastre y la condenación para todos sus descendientes, los cuales vendrían conforme a la carne, ya contaminados por el pecado y sus proclividades, siendo pecadores por constitución (kathistemi), esto es el establecer, el poner o señalar a alguien en una posición, ya sea de autoridad o penalidad, reconociendo a cada cual dentro de su contexto.Y fue por ello que la muerte fue el común denominador, el estándar que impartiera la muerte y la condenación a la humanidad. Siendo por ello que Jesús tomara nuestra posición, y asumiera como sustituto nuestra suerte, dándonos a nosotros su justicia, y cargando sobre sí todo el pecado de la humanidad en el trámite de las edades, satisfaciendo la justicia divina, y trayendo la gracia que sobre nosotros es derramada hasta establecer el reino de Dios.
===Estos dos hombres: Adán y Jesús establecerían para nosotros uno de dos destinos: La vida, la honra y la inmortalidad por el evangelio; o el pecado, la muerte y la condenación eterna para los que desecharan su relación con el Creador-Redentor, y eligieran la perdición por auto determinación, Y mientras que Adán nos infectara con el pecado, y nos viralizara con esa maligna naturaleza, y nos constituyera en pecadores; el Señor Jesús asumiría el pago por nuestras transgresiones, impartiéndonos su gracia y su favor para que no seamos condenados, y para que fuéramos procesados por el Espíritu Santo, hasta hacernos semejantes a él, y ser aceptados en él, el Amado. Si el primero nos contaminó y nos degradó; el segundo, Jesucristo, nos limpió y purificó del todo para devolvernos a nuestro rol específico como hijos de Dios, para que compartiéramos con él la gloria de la que habíamos sido destituidos por causa del pecado. LA DESTITUCIÓN NOS PRIVÓ DE NUESTRA DIGNIDAD, EL PECADO NOS CONSTITUYÓ EN GENTE PECADORA Y HOSTIL A DIOS, Y FUE ASÍ QUE NOS CONSTITUIMOS EN SERES CONDENADOS POR SU MALDAD; EN CONTRAPOSICIÓN, LA RESTITUCIÓN OFICIADA POR LA REDENCIÓN NOS CONSTITUYÓ EN LA FAMILIA DE DIOS, EN LOS DIGNOS HEREDEROS DE SU CASA Y DE SU GLORIA ETERNAL.
=== Así fue que Adán en su calidad de hombre representativo, pecó y fue arrojado de la presencia de Dios, siendo erradicado del Edén; pero saliendo del huerto vestido de redención, y ligado a Dios por la promesa del trabajo de amor que Jesucristo realizaría para que por la gracia fuéramos rescatados, perdonados, reconciliados, justificados, santificados, transformados y conformados a la imagen del Hijo de Dios, pasando por su gracia de la promesa a la herencia. Y ese ejército de UNO SOLO, JESUCRISTO, se hizo cargo de nuestra redención: "Para que así como e pecado reinó para muerte, ASÍ TAMBIÉN LA GRACIA REINE POR LA JUSTICIA PARA VIDA ETERNA MEDIANTE JESUCRISTO, SEÑOR NUESTRO".
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 12/09/2018 MENSAJE # 2727.
AL INTROUCIRNOS EN ESTA PORCIÓN DE LA PALABRA EN EL LIBRO DE ROMANOS, EL APÓSTOL PABLO ESTABLECERÁ UN PARALELIMO ENTRE LOS DOS REPRESNETANTES DE LA RAZA HUMANA, Y SU INFLUENCIA SOBRE ÉSTA. ADÁN, GENERARÍA LA CONDENACIÓN A TRAVÉS DEL PECADO; Y JESÚS, NOS TRAERÍA LA REDENCIÓN, Y LA PLENA RESTAURACIÓN A LA COMUNIÓN DEL PADRE.
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