AQUÍ EL APÓSTOL PABLO PORMENORIZA LA NATURALEZA PECAMINOSA OPUESTA AL DIVINO DESIGNIO Y LLAMAMIENTO QUE SE LE HA HECHO A CADA NEOCONVERTIDO. LA PARTICIPACIÓN EN ESTA CLASE DE PECADOS RESALTA LA IMPIEDAD DE QUIENES PRACTICAN TALES COSAS, AUNQUE SE AUTODENOMINEN HERMANOS.

LIMA - PERÚ  SÁBADO 25 DE ABRIL DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.

Primera de Corintios 6:9.

"...No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones...".

*** La interrogante con la que se iniciara el v.6, la vimos en nuestra página anterior; pero aquí el apóstol apela a nuestro sentido de la realidad, tornándose específico y, comenzando por los pecados sexuales (el diablo sabe lo que es el pecado contra el cuerpo como templo santo de Dios) y por eso apunta a los lugares más vulnerables de nuestro ser, con el fin de descalificarnos, y de desalentarnos a continuar en la brega, olvidándonos de la santidad, y resignándonos a una gracia perdonadora que no apunta al agrado divino; sino a continuos perdones, llantos y burdos consentimientos para con los hijos conflictivos; quienes no consideran la herencia como una motivación suficiente, sintiéndose satisfechos con no ir al infierno, esperando sus alas y su arpa en una falsa consolación, puesto que sin la santidad, NADIE VERÁ A DIOS. 

*** La santificación es energía vital que apunta a la herencia (Fil.2:12-13), y, junto con la fe, aparece un sentido claro de responsabilidad que nos invita a la santidad como una puerta de acceso a la gloria, no como una opción que podamos rechazar, como si fuera algo accesitario y no fundamental para alcanzar plenitud en el plano salvífico. Si observamos el panorama redentivo, veremos que está compuesto por ciertas cosas imprescindibles: (I) El Señorío de Jesús, y (II) La vigencia eternal por la resurrección de Jesús, y (III) Su expresión vital en nosotros de una manera trascendente (Ro.10:8b-11); (I) La muerte y; (II) La vida de Jesús actuando poderosamente en el creyente (Gá.2:20); entre muchas otras que sería ocioso citar.

*** Así, pues, la cópula física entre dos personas no casadas, o cualquier pecado de inmoralidad sexual, (porneia) implica la destrucción del templo del Señor; aunque al irreverente le parezca una nimiedad; la idolatría, dándole cabida en nuestros corazones y vidas a otros dioses (espíritus que controlan tu ser integral con una representación física que inducirá a compartir espacios y vidas con los demonios en igualdad de derechos); el adulterio (tomar a una pareja casada para tus prácticas inmorales, apunta a la destrucción de hogares y reputaciones, quebrando sociedades enteras con sus prácticas antiéticas); luego, el apóstol condena el amaneramiento, y las conductas afeminadas y ahombradas en personas de sexualidades indefinidas, las mismas que señalan su disconformidad con el orden creacional, pretendiendo parecer lo que no son; la siguiente mención habla directamente de los invertidos sexuales, quienes renunciando a su naturaleza divinamente otorgada, se degeneran en forma extrema, asumiendo roles totalmente opuestos a su género, siendo objeto del juicio divinal, como lo fueran Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, en el libro del Génesis... Continuaremos mañana...

EFRAÍN ARTURO CHÁBVEZ ESPARTA  25/04/2015